La batalla contra la inflación en Estados Unidos está a punto de ganarse, luego de que la tasa cayó en junio un punto hasta el 3%, colocándose en su nivel más bajo desde antes de la pandemia y completando así un año seguido de bajadas, gracias a la agresiva política de subida del precio del dinero aplicada por la Reserva Federal (Fed).

Según la Oficina de Estadísticas Laborales (BLS, por sus siglas en inglés), en términos mensuales los precios de consumo subieron dos décimas con respecto al mes de mayo, mientras en los últimos 12 meses ha bajado seis puntos porcentuales, desde el pico que alcanzó en junio de 2022, cuando alcanzó el 9.1%, lo nueva visto en 40 años, debido a la subida meteórica del precio del combustible, por las sanciones de Occidente al petróleo y el gas ruso.

Sin embargo, la rápida sustitución del petróleo y el gas rusos por parte de sus clientes europeos logró en este año que los precios globales de la energía cayeran el 16.7%, lo que ha sido decisivo para frenar la inflación, en paralelo a las subidas de las tasas interés, que en EU se sitúan en el 5.25%.

Alegría en las bolsas

Todo esto ha permitido que la inflación en la primera economía del mundo se sitúe ahora en niveles previos a la pandemia y en su índice más bajo en dos años, para alegría de los mercados financieros, que reaccionaron con fuertes subidas al anuncio. La meta para la Reserva Federal es que los precios se estabilicen en torno a 2.5%.

Las bolsas europeas rebotaron este miércoles con subidas superiores a 1.5%, lideradas por de Londres, con una subida de 1.85%, ante la persepectiva de el dato ayude a esquivar una recesión anunciada desde hace más de un año.

Esta importante bajada de la inflación será uno de los datos a tener en cuenta por la Reserva Federal, que en dos semanas inicia una nueva reunión de su Comité de Mercado Abierto para decidir sobre si mantiene o frena en seco la subida del precio del dinero que prestan los bancos.

Aunque en su reunión anterior no se subieron las tasas, el presidente de la Fed, Jerome Powell, advirtió de que en esta próxima ocasión se preveía una nueva subida para evitar el sobrecalentamiento de la economía. Pero esto lo dijo antes de conocer la fuerte caída de la inflación de 1 punto porcentual.

Conocido el dato de este miércoles, habrá que ver si la Fed cumple con esa idea de subir aunque sea lo mínimo, los tipos, o los deja en la horquilla actual, entre el 5% y el 5.25%.

Mercado laboral fuerte

El mercado laboral sigue siendo fuerte, y en junio se crearon 209,000 empleos netos, mientras que la tasa de desempleo bajó una décima hasta situarse en el 3.6%. Ambos datos fomentan el consumo y podría volver a tensionar los precios y en consecuencia la inflación.

Además, la inflación subyacente (la que no cuenta los de la energía y sí el de los alimentos) sige estando muy por encima (4.8%), lo que lleva a los responsables del organismo que preside Jerome Powell a desconfiar.

Tras la pausa de junio pasado en la escalada del precio del dinero, está por ver si el banco central estadounidense vuelve a elevar las tasas el próximo 26 de julio, situándolos en el nivel más alto desde 2001.

La batalla contra la inflación parece que se está ganando, pero está aún por verse si vence o no a la guerra contra la recesión.