Mundo

Johnson tira la toalla y abre la puerta a que Sunak sea el nuevo premier británico

El exprimer ministro dimitido tira la toalla tras comprobar que dos tercios de los diputados conservadores no quiere que regrese

crisis en el reino unido

.

Foto de archivo del ex primer ministro Boris Johnson y su entonces ministro de Economía, Rishi Sunak 

EFE

Boris Johnson, el protagonista principal del caos político y económico en el que se encuentra el Reino Unido desde que empujara al país a un divorcio brusco de la Unión Europea (Brexit), abandona su ambición de volver a gobernar el país, luego de comprobar que, aunque tiene el apoyo fiel de ala dura del votante conservador y de la prensa sensacionalista, no cuenta con el apoyo de la mayoría de los parlamentarios “tories”, que se decantan por su exministro de Economía, Rishi Sunak.

A lo largo de un frenético fin de semana en el que a duras penas ha logrado recabar los 100 avales de compañeros diputados para poder presentarse a las primarias —ha conseguido 102, asegura—, ha tenido tiempo de comprobar que Sunak puede presumir de 160 y que casi dos tercios de los 357 diputados conservadores rechazan respaldar al líder populista.

A primera hora de este domingo, se conoció que Johnson contactó sin éxito con Sunak y con la tercera candidata, Penny Mordaunt, para sondear si era posible que renunciaran para que él fuera elegido de nuevo primer ministro, alegando que cuenta con el apoyo mayoritario de los votantes conservadores, como anuncian algunas encuestas.

Según la agencia PA, Mordaunt —quien apenas logró recabar una treintena de avales, pese a ser una figura respetada entre sus compañeros— rechazó la petición del ex primer ministro de que se retirara de la contienda, e incluso le advirtió que, en caso de que decidiese retirarse, su apoyo y el de sus afines irían a parar a Sunak.

“No es el momento”

“Confié en que podríamos juntarnos en defensa del interés nacional, pero desgraciadamente, no hemos sido capaces de hacerlo. Lo mejor que puedo hacer ahora es retirar mi candidatura y apoyar a quien acabe triunfando. Creo que me queda mucho por ofrecer, pero me temo que este, simplemente, no era el momento adecuado”, declaró Johnson, quien perdió la confianza de su partido y fue obligado a dejar el poder en septiembre, tras el cúmulo de escándalos en torno a sus fiestas en la residencia oficial en lo más duro de la pandemia, mientras el país era obligado a duro confinamiento.

En un intento de salvar la cara ante este nuevo fracaso y de no cerrar las puertas a un futuro regreso a la política en mayúsculas, Johnson explicó sus razones por las que consideraba que era el candidato más idóneo.

“Me atraía la idea de regresar, porque ya lideré a nuestro partido para lograr una victoria electoral enorme hace tres años, y creo que soy el más capacitado para evitar ahora unas nuevas elecciones”, dijo y aseguró: “Creo que puedo lograr una nueva victoria para los conservadores en 2024”.

De esta manera, Johnson ha preferido jugar la baza de estadista, antes que la de provocar una guerra civil entre los tories que podría haber terminado de fracturar definitivamente al partido.

Tras confirmar su retirada, declaró: “Simplemente, no sería lo correcto (intentar competir). No se puede gobernar de un modo eficaz si no tienes detrás de ti a un grupo parlamentario unido”.

Sunak acaricia el poder

Salvo que Mordaunt obre un milagro y consiga de aquí a las dos de la tarde (hora local) de este lunes (plazo para presentar candidaturas) más de cien avales y decida seguir en la carrera, Sunak podría ser investido primer ministro británico este mismo día, para un mandato que finaliza a finales de 2023, cuando están convocadas elecciones generales que, de celebrarse ahora, ganarían por más de 30 puntos de diferencia el laborista Keir Starmer.

Con Johnson fuera de la carrera y con Mordaunt en dificultades para obtener los cien avales necesarios, Sunak no necesitaría la votación de los afiliados al partido, que debería celebrarse el viernes 28 de octubre, en caso de compitieran dos candidatos.

El denominado Comité 1922, que agrupa a los diputados sin cargos ministeriales, organizó este proceso después de que Liz Truss dimitiera el jueves como líder conservadora y primera ministra a raíz de la polémica en torno a su programa fiscal —con recortes de impuestos a los más ricos—, que provocó turbulencias en los mercados financieros.