
En medio del drama que sufre la población ucraniana por la invasión rusa, el ministro de Defensa del gobierno de Kiev, Oleksei Resnikov, se tomó a risa el desconcierto del Kremlin ante lo que parece ser un nuevo fiasco bélico para el presidente Vladimir Putin, luego de las “misteriosas” explosiones en una base aérea rusa en Crimea, cuatro meses después del hundimiento del buque insignia ruso en el mar Negro.
“Las fuerzas ucranianas no estuvieron involucradas” en el ataque a la base aérea de Saki, declaró Reznikov el miércoles durante una rueda de prensa en Copenhague, donde este jueves participará en una conferencia de donantes de ayuda militar a Ucrania. “Lo que pasa es que es un lugar muy peligroso, no se puede fumar. No hay que fumar en lugares peligrosos”, ha indicado en una comparecencia conjunta con sus homólogos británico, Ben Wallace, y danés, Morten Bødskov.
Confusión rusa
El responsable del bando ucraniano reaccionaba así a la declaración del martes del Ministerio de Defensa ruso, en la que afirmaba que se habían detonado municiones en un lugar en el que estaban almacenadas en el aeródromo debido a un acto de negligencia, no a un ataque, y que ningún avión resultó dañado.
Pero las imágenes satelitales, antes y después de las explosiones muestran claramente la destrucción de al menos nueve aviones de guerra y varias instalaciones de la base.
Ante la evidencia, el "milblogger" ruso Rybar (bloguero especializado en asuntos relacionados con la guerra) afirmó este jueves que la destrucción probablemente no fue causada por un ataque con misiles y planteó la hipótesis de que las explosiones pudieran deberse a “negligencia e incumplimiento de las normas de seguridad o a un pequeño helicóptero con una bomba que atacó un estacionamiento cercano”.
Ante el silencio revelador del Kremlin, el presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, aseguró este jueves en su habitual discurso diario que Ucrania ha destruido 10 aviones de combate rusos. “En tan solo un día, hemos hecho perder a los ocupantes nueve aviones de combate en Crimea y uno más en Zaporiyia, cerca de la asediada central nuclear, la más grande de Europa.
Asimismo, Zelenski detalló que los invasores rusos “también han sufrido nuevas pérdidas de vehículos blindados, almacenes con munición y rutas logísticas”.
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