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La pandemia dejó 16 millones más de niños y jóvenes pobres en AL: Unicef

La crisis desatada por covid-19 también provocó un retroceso de 20 años en los indicadores de pobreza. Existen casi 87 millones de infantes pobres en AL y el Caribe.

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Existen alrededor de 87 millones de niños, niñas y adolescentes pobres en AL y el Caribe.

Existen alrededor de 87 millones de niños, niñas y adolescentes pobres en AL y el Caribe.

EFE

El impacto transformador de la pandemia desatada por covid-19 arroja continuamente cifras preocupantes. De acuerdo con la asesora regional de política social para América Latina y el Caribe del Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef), Mónica Rubio, la crisis provocó 16 millones más de niños y jóvenes pobres en Latinoamérica y causó un retroceso de 20 años en los indicadores de pobreza.

Rubio aseguró que en 2018 había una incidencia del 38.2 % de pobreza en la población entre 0 y 18 años, que se elevó a 46.5 % como consecuencia de la crisis por covid-19.

"Existen aproximadamente 87 millones de niños, niñas y adolescentes pobres en América Latina y el Caribe. Según estimaciones de Unicef y Save the Children, la pandemia de la covid-19 ha podido adicionar 159 millones de niños, niñas y adolescentes a las filas de la pobreza", comentó.

Protección social fragmentada

A raíz de la crisis de la covid-19, Rubio observó una "fragmentación" en el acceso a la protección social en la región, es decir, a aquellos programas y políticas contra el desempleo, la falta de educación o que garantizan la salud.

El efecto de esa fragmentación se distingue entre los que tienen un empleo formal y quienes trabajan en la informalidad, aseguró.

El empleo formal, afirmó, brinda protección con seguros de salud, prestaciones familiares y acceso a una pensión por jubilación, algo que no tienen los trabajadores informales.

Como ejemplo, la experta mencionó que el 60.8 % de las familias en América Latina utiliza recursos económicos propios para satisfacer las necesidades materiales y de alimentación de niños, adolescentes y jóvenes entre 0 y 24 años.

De ese total, el 17.9 % es financiado por los Estados, de acuerdo con la cifras de la Unicef.

En contraste, señaló que en países como Finlandia el Estado financia el 49,1 del consumo de los niños, adolescentes y jóvenes.

"Desde la licencia maternal, la licencia paternal, los programas de transferencias a las familias para los niños, los servicios de cuidado infantil, la escuela pública, la salud pública de buena calidad. Todo eso, es una apuesta de protección social", expresó.

En ese contexto, consideró que "acabar con la pobreza infantil es una decisión de política pública que trae productividad y crecimiento a futuro".

Incluso, opinó, "es una decisión de política pública evitar" que "un niño tenga que trabajar o una niña prostituirse para poder comer".

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Rezagos en educación y salud

Un informe publicado por Unicef se habla de que el cierre de las escuelas en la mayoría de AL significó que niños y niñas se quedaran solos y sin atención en la casa, y con un contacto esporádico e irregular con el sistema educativo.

Además, la reducción en los ingresos de las familias y el aumento de la incertidumbre generó estrés y tensiones considerables en los hogares, algo que impactó negativamente en el aprendizaje y al desarrollo infantil.