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Pese a la anexión, Rusia se retira de la estratégica Limán ante el avance ucraniano

Un día después de proclamar la anexión del este ucraniano, las tropas rusas se retiran de “su” ciudad y abren el camino a Kiev para avanzar sobre Donetsk y Lugansk

la guerra de putin

Pavlo, un soldado de la Guardia Nacional ucraniana, patrulla este sábado 1 de octubre de 2022 por la región de Donetsk.

Pavlo, un soldado de la Guardia Nacional ucraniana, patrulla este sábado 1 de octubre de 2022 por la región de Donetsk.

EFE / EPA / Oleg Petrasyuk

El Ejército ruso sufrió este sábado su segunda gran derrota en el este de Ucrania en menos de un mes tras retirarse del bastión prorruso de Limán, en la región de Donetsk, veinticuatro horas después de anexionarse esa y otras tres regiones del este y sur del país vecino.

"Debido al riesgo de ser cercados, las fuerzas aliadas han sido retiradas de la localidad de Limán hasta posiciones más ventajosas", informó este sábado Ígor Konashénkov, portavoz del Ministerio de Defensa de Rusia.

Esta derrota es difícil de digerir, ya que el presidente ruso, Vladímir Putin, prometió el viernes a los rusos tanto en el Kremlin como en la plaza Roja de que garantizaría la seguridad de los nuevos territorios con "todas las fuerzas y medios", en lo que llamó "misión libertadora".

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Además, este repliegue tiene lugar después de la retirada hace tres semanas de la vecina región de Járkiv, humillación que obligó a Putin a decretar la movilización parcial, muy impopular entre los rusos.

De hecho, según la prensa, los primeros batallones con reservistas ya se encuentran sobre el terreno, aunque su presencia apenas se ha notado.

LA RECONQUISTA UCRANIANA, MUY REAL

Los ucranianos tenían a Limán entre ceja y ceja desde que recuperaron la región de Járkiv, ya que se trata de un importante nudo ferroviario.

Antes de firmar el viernes el tratado de anexión en el Kremlin, el líder de la autoproclamada república popular de Donetsk, Denís Pushilin, ya reconoció que había recibido "noticias alarmantes" de Limán, donde sus tropas estaban casi rodeadas.

Desde anoche los rusos intentaron "desbloquear" con intensos bombardeos la ciudad, a la que el estadounidense Instituto sobre el Estudio de la Guerra daba 72 horas.

Como ocurrió con JárkIv, el parte militar ruso se escudó en que las unidades ucranianas tenían superioridad tanto de hombres como de equipos.

La cartera castrense rusa intentó mostrar una nota positiva al afirmar que la artillería rusa ha causado numerosas bajas a las brigadas mecanizadas ucranianas 66 y 93, además de destruir tanques y otros vehículos militares. Y admitió que, "pese a las pérdidas sufridas, al disponer de superioridad en fuerzas y recursos, el enemigo introdujo refuerzos y continuó su ofensiva en esa dirección".

CAPTURA ESTRATÉGICA

El nudo de Limán conduce tanto a los irreductibles bastiones ucranianos en Donetsk -Kramatorsk y Lugansk- como a la zona prorrusa en la vecina Lugansk.

El imparable avance ucraniano, sumado a que la línea de frente que deben proteger los rusos tiene más de mil kilómetros de largo, ha puesto en serios aprietos las capacidades del Ejército ruso.

Aunque los prorrusos aseguran controlar la carretera que lleva a Kremina, ya en la región de Lugansk, Kiev también recuperó cinco localidades en la inmediaciones de Limán.

SIN FRONTERAS CLARAS

Las derrotas en el campo de batalla dificultan aún más labor del Kremlin ya que, tras revisar por segunda vez en su historia sus fronteras, no controla totalmente la geografía de las cuatro regiones anexionadas.

Al Kremlin se le acaban las respuestas. Horas antes de la firma de los tratados de anexión, el portavoz presidencial, Dmitri Peskov, adelantó en rueda de prensa que el viernes se aclararía el tema de los límites exactos de la anexión.

Incumplió su palabra. Veinticuatro horas después, los rusos siguen sin saber exactamente qué es lo que se ha anexionado Rusia, aparte de la noción vaga del este y el sur de Ucrania.

Los contornos de Donetsk y Lugansk no despiertan dudas sobre el papel, aunque el Ejército controla poco más de la mitad de la primera de esas repúblicas populares.

El problema reside en Jersón y Zaporiyia, que conforman lo que se conoce como corredor terrestre hacia Crimea. A día de hoy no sabemos si Putin se conformará con las partes de ambas regiones sureñas actualmente bajo control del Ejército ruso o querrá llegar hasta la frontera administrativa.

MOVILIZACIÓN: RETRASOS E IMPOPULARIDAD

La movilización también ha encallado nada más arrancar. Putin ha tenido que aplazar un mes la llamada a filas de reclutas ante la saturación en las oficinas de reclutamiento, según reconoció este sábado el Kremlin.

Llamó a filas a 120 mil personas entre 18 y 27 años, que iniciarán el servicio obligatorio el 1 de noviembre en vez del 1 de octubre, como es tradición.

Putin, cuya aprobación ha caído varios puntos debido a su decreto de movilización, admitió esta semana errores por parte de los militares y ordenó que vuelvan inmediatamente a casa aquellos rusos citados por error.