Por primera vez desde que comenzó la invasión de Ucrania, hace tres semanas, Rusia utilizó un misil hipersónico, según informó el propio Ministerio de Defensa ruso a través de agencias del régimen de Vladímir Putin. En concreto, los rusos usaron este armamento de última generación para destruir un arsenal subterráneo en la región de Ivano-Frankivsk, en el suroeste de Ucrania, no lejos de la frontera con Rumanía, territorio OTAN.
El misil hipersónico Kinzhal (Daga, en ruso), presentado por Putin en 2018 como parte de una nueva gama de armas estratégicas, es muy difícil de rastrear e interceptar por los radares por su velocidad, maniobrabilidad y por la altitud que alcanza. Su empleo es un paso más de Rusia en esta guerra, aunque según el Ministerio de Defensa ruso se ha utilizado para pulverizar un depósito ucraniano de misiles y munición.
“El sistema de misiles aerobalísticos hipersónicos Kinzhal ha destruido un gran almacén subterráneo que contenía misiles y municiones de aviación”, aseguró el portavoz de Defensa, Igor Konashenkov, quien no ofreció más detalles, según las agencias rusas TASS e Interfax, esta última no dependiente de la dictadura que preside Putin.
Konashenkov informó, además, que desde el comienzo de la “operación militar especial”, como denominan eufemísticamente a la invasión de Ucrania, las Fuerzas Armadas rusas han destruido 196 drones, 1,438 tanques y otros vehículos blindados de combate, 145 lanzacohetes de lanzamiento múltiple, 556 piezas de artillería de campaña y morteros, y 1,237 unidades de vehículos militares especiales.
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