Aproximadamente 680 millones de niños en todo el mundo carecen de datos sobre su nivel educativo. Esta carencia es especialmente alarmante en África y en el sureste y este de Asia, donde casi la mitad de los países no cuentan con sistemas de medición adecuados.

En una conferencia sobre Datos y Estadísticas de Educación, en París, Silvia Montoya, directora del Instituto de Estadística de la UNESCO, señaló que esta falta de datos hace que estos niños sean "invisibles" en términos educativos.

Sin datos, es imposible saber cuánto aprenden, si completan el sistema educativo o si reciben el apoyo necesario en sus hogares. Montoya adviertió que incluso si se dispusiera de datos, es probable que los resultados no sean alentadores.

La UNESCO ha estado monitoreando el avance del aprendizaje en el mundo desde 2015 en relación con los compromisos nacionales establecidos por los países. Sin embargo, muchos países aún no han logrado establecer sistemas de medición efectivos para evaluar el progreso educativo. Esta falta de datos dificulta la identificación de áreas problemáticas y la implementación de soluciones efectivas.

Escasez de docentes calificados

Además de la falta de datos, otro desafío importante en la educación global es la escasez de docentes cualificados. El informe presentado en la conferencia de París resalta que la falta de docentes capacitados es un obstáculo significativo para garantizar una educación de calidad. Esta escasez es aún más preocupante en áreas afectadas por la pobreza y el crecimiento demográfico.

La falta de docentes calificados no solo afecta la calidad de la educación, sino que también pone en peligro el progreso hacia los Objetivos de Desarrollo Sostenible de la ONU. Si los países no tienen suficientes docentes capacitados, es poco probable que logren sus metas educativas para el año 2025.

La UNESCO insta a los gobiernos y a la comunidad internacional a tomar medidas urgentes para abordar esta escasez de docentes. Esto incluye invertir en programas de formación docente, mejorar las condiciones laborales de los educadores y promover la igualdad de género en el acceso a la educación.

"Hay solamente un cuarto de países, alrededor de uno cada cinco, que están haciendo progreso suficiente como para poder llegar a sus objetivos nacionales y poder decir que a nivel internacional, si bien no se alcanza la meta total, por lo menos estamos haciendo un progreso", alerta Montoya.

Con esos factores en mente, uno de los objetivos centrales de la conferencia sobre Datos y Estadísticas de Educación, que concluirá el viernes, será reforzar el mensaje de que aunque "alcanzar la meta total" es difícil, "el esfuerzo debería ser mayor", porque en palabras de Montoya, "a este paso no estamos alcanzando ni siquiera los objetivos nacionales".

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EFE / Redacción

África y Asia: carencia de datos

Algunas regiones sufren lagunas de datos sobre el aprendizaje especialmente grandes. Por ejemplo, desde que empezó el seguimiento en 2015, nunca se ha evaluado la capacidad de lectura al finalizar la escuela primaria o secundaria del 93 % de los niños de África Central y Meridional y del 62 % de los de África Subsahariana y Asia Oriental y Sudoriental, todas ellas regiones muy pobladas.

Con menos densidad poblacional, también presentan grandes problemas zonas como las islas del Caribe y el Pacífico.

Otras, como Latinoamérica, partían de un buen nivel inicial, pero sufrieron un serio revés con los prolongados cierres de escuelas durante la pandemia de covid-19.

Latinoamérica "tiene la ventaja de un nivel alto de partida, pero la desventaja es que las últimas tendencias muestran que los resultados están siendo hacia la pérdida de aprendizajes. Ahí hay un llamado de atención", indicó esta experta de origen argentino.

En general, los países ricos son los que progresan adecuadamente, lo que supone un toque de atención para la comunidad internacional. El "futuro de cientos de millones de niños" de África y Asia, resalta Montoya, debe ser una "preocupación central" para todos "como humanidad".

Para la resolución de este problema es vital abordar otro: que no hay suficientes docentes adecuadamente cualificados.

En ese elemento se centra la segunda edición del Tablero ODS 4 de la Unesco, un informe en torno al Objetivo de Desarrollo número 4 para 2030 -el relativo a la educación- que se presentó hoy en la conferencia de París.

"Hay un problema de cantidad de docentes calificados, que en un contexto de pobreza y de dificultad y de expansión (poblacional), hace que realmente sea un cóctel explosivo", lamentó Montoya.

El informe también resalta que si los países estuvieran en vías de alcanzar sus metas de referencia para 2025, "el 76 % de los niños participarían en la educación de primera infancia y el 66 % de los estudiantes serían competentes en lectura al final de la primaria". En la actualidad estas cifras se sitúan en el 69 % y el 58 %, respectivamente.