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Xi se juega su encumbramiento definitivo como líder chino en el nuevo Congreso del PCCh

Todo está preparado para que el mandatario rompa la norma de la retirada obligada a los 67 años y sume un tercer mandato que lo eleve a la altura de Mao

China

Un hombre captura la imagen de Xi jinping en una exhibición fotográfica en el Hotel Nikko, que alberga el vigésimo Congreso del PCCh, este sábado 15 de octubre de 2022 en Pekín.

Un hombre captura la imagen de Xi jinping en una exhibición fotográfica en el Hotel Nikko, que alberga el vigésimo Congreso del PCCh, este sábado 15 de octubre de 2022 en Pekín.

EFE / EPA / Mark R. Cristino

Ha llegado la hora de la verdad para Xi Jinping. Después de años preparándose y allanando el camino para su encumbramiento político definitivo, el líder chino enfrenta a partir de este domingo el 20º Congreso Nacional del Partido Comunista de China con todo listo para cumplir sus objetivos, pero con la historia aun por escribir.

Xi aspira a ser reelegido secretario general del PCCh y a encabezar de nuevo el Comité Permanente del Politburó, la cúspide del poder, para controlar el régimen con un tercer mandato quinquenal inédito entre sus dos últimos predecesores (Hu Jintao (2003-2013) y Jiang Zemin (1993-2003)), que se limitaron a diez años en el poder, dos mandatos.

Para asegurarse el éxito del cometido, Xi ha elevado a un selecto grupo de aliados que, espera, logren ocupar los principales cargos del país, incluyendo al ejército y el partido, especialmente de su temida Comisión Disciplinaria.

Sin embargo, esto no depende plenamente de su voluntad, pues el Comité Central del partido que tomará las decisiones se compone de 300 miembros, y el 60 por ciento de ellos, casi 200, son nuevos respecto al último Congreso Nacional, celebrado en 2017.

Un hombre pasea este sábado 15 de octubre de 2022 entre las decoraciones en el Hotel Nikko de Pekín para albergar el 20º Congreso Nacional del PCCh.

Un hombre pasea este sábado 15 de octubre de 2022 entre las decoraciones en el Hotel Nikko de Pekín para albergar el 20º Congreso Nacional del PCCh.

EFE / EPA / Mark R. Cristino

De todos modos, de los 7 integrantes del Comité Permanente del PCCh, 5 de ellos entraron en 2017 y son firmes aliados de Xi, y mayores de 60 años.

Esto es relevante porque existe la norma no escrita de que el poder debe renovarse con asiduidad. Por esto es que se renuevan constantemente los cargos del Comité Central y también del Politburó y el Comité Permanente y existe la norma no escrita de que los cargos públicos deben jubilarse a los 67 años.

Xi Jinping tiene 69 años y, por tanto, debería terminar su mandato ahora mismo. Pero el poder que concentra en el Partido, incluyendo el Comité Permanente y el Politburó, hace prever que la norma no escrita no se cumplirá y lo que prevalecerá es el enaltecimiento permanente que el mandatario ha impulsado desde 2017.

Este enaltecimiento incluye la Constitución china. Hace cinco años se aprobó la inscripción de la frase que menciona el "Pensamiento de Xi Jinping sobre el socialismo con características chinas para una nueva era", una definición que consolidó el comunismo con aromas capitalistas que impulsó Deng en los ochentas para modernizar el país.

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Ahora, en 2022, sin embargo, esta frase se acortaría para mencionar únicamente el “Pensamiento de Xi Jinping” y dar el resto por hecho, lo que confiere aún más relevancia a su figura, pues lo que representa su ideario ya no se considerará que necesite explicaciones.

Quien sí cumplirá la norma no escrita del retiro a los 67 años será el actual primer ministro, Li Keqiang, que avanzó que dejará el cargo. Esto significa que habrá que buscarle reemplazo, lo que abre la puerta a afianzar todavía más el poder de Xi si consigue al candidato ideal.

El "Xiismo", ante su examen más importante

Mientras Xi afianza su poder como el líder chino más importante desde Mao, por delante de Deng, el Congreso servirá también para que los casi 2 mil 300 delegados que estarán presentes en total revisen los logros del líder y todos los pormenores de su política durante el último lustro. En conscuencia, se establecerán las "orientaciones ideológicas y políticas" del PCCh para el próximo quinquenio.

Las tensiones geopolíticas entre China y Occidente, la insistencia en la política de Covid cero mientras el resto del mundo comienza a pasar página de la pandemia o los planes para conseguir la autosuficiencia tecnológica y mantener la estabilidad social, santo grial del PCCh, serán el telón de fondo sobre el que se celebrará el Congreso.

El reto de la nueva cúpula china será, según afirmó el investigador español Xulio Ríos a la agencia Efe, decidir "si aplica y en qué medida recetas liberales o si, por el contrario, persiste invariablemente en su modelo", es decir, la eterna búsqueda por adaptar el marxismo al contexto chino.

Un periodista camina frente a un cartel que anuncia el salón de prensa para el 20º Congreso Nacional del PCCh, este jueves 13 de octubre de 2022 en el Hotel Nikko de Pekín.

Un periodista camina frente a un cartel que anuncia el salón de prensa para el 20º Congreso Nacional del PCCh, este jueves 13 de octubre de 2022 en el Hotel Nikko de Pekín.

EFE / EPA / Mark R. Cristino

Este nuevo ciclo podría también terminar con el llamado "liderazgo colectivo" y terminar de apostar todo a una carta que, marcada por el nacionalismo, pueda "completar la modernización del país" y "reducir los desequilibrios y desigualdades que aún caracterizan el modelo chino", apunta Ríos.

Pero un tercer mandato de Xi también levanta suspicacias entre quienes auguran "un empeoramiento de los derechos civiles y políticos, los cuales ya estaban gravemente restringidos, dado que las autoridades responden a las quejas con más censura, detenciones arbitrarias y represión", según denunció recientemente la ONG Human Rights Watch (HRW).

El futuro de la estrategia de "covid cero" para controlar la pandemia -que implica cuarentenas obligatorias para los llegados del exterior, test masivos a la población o el cierre de ciudades enteras- podría estar también sobre la mesa, aunque ni las voces oficiales ni los expertos auguran cambios a corto plazo.

China alega que su política es "sostenible" y que ha sido "superior" a la de Occidente tras registrar poco más de 5.000 fallecidos, según las cifras oficiales.

Pero las estrictas medidas también han levantado malestar en la población y problemas para una economía incapaz, por ahora, de recuperar su brío habitual tras el frenazo provocado por las restricciones, así como por otros factores como el pinchazo de la burbuja inmobiliaria.

El reto ante la amenaza económica

El Congreso llega además en un momento internacional convulso agravado por la guerra en Ucrania, que alimenta el riesgo de una contracción económica en los próximos meses, que llegaría también como consecuencia de las cuarentenas obligadas en numerosas zonas industriales, como la tecnológica Shenzén, por las políticas anticovid.

Asimismo, desde 2021 ha planeado una sombra de duda sobre el mercado inmboiliario chino, especialmente a raíz de que el gigante Evergrande quedó al borde de la quiebra, aunque en los últimos meses los nubarrones más negros parecen haber comenzado a pasar de largo.

Esta pasado martes, el Fondo Monetario Internacional (FMI) publicó sus nuevas previsiones de crecimiento para el mundo, y rebajó una décima la previsión económica para China en este 2022, del 3.3 por ciento de julio al actual 3.2 por ciento. En 2023, el organismo prevé ahora que China crezca un 4.4 por ciento, dos décimas menos de lo que estimó anteriormente.

Sin embargo, el Fondo apuntó entonces que la baja inflación y la relajación de la política monetaria convierten a China en la mayor excepción entre los países, aunque advierte de que, de todos modos la economía del gigante asiático se ralentizará y afectará a toda la economía global.

Taiwán en la mira... y los microchips

Por otra parte, la guerra de Ucrania no es ni de lejos el principal frente internacional abierto que tiene Pekín, que se ha limitado a apoyar a Rusia de forma más tácita y silenciosa que explícita y práctica, y ya ha comenzado a pedir al presidente ruso, Vladímir Putin, contención y una desescalada.

Es, sobre todo, Taiwán, el principal asunto internacional que ocupa a China, y el nuevo liderazgo del PCCh y del país tendrá que decidir si reconciliarse o no con un Occidente que recela cada vez más de las intenciones de Pekín con la isla, especialmente tras la escalada de tensión ocurrida en julio, a raíz de la visita a Taipéi de Nancy Pelosi, presidenta del legislativo estadounidense.

Sin embargo, esto no significa que el Congreso deba derivar en una nueva política explícita del gobierno, pues desde 2005 la Constitución del país afirma que, si Taiwán trata de declarar su independencia, puede recurrir a medidas militares para reconquistar la isla. Esto, claro, de entrar en práctica podría implicar a Estados Unidos, que aunque mantiene su política de “una sola China”, apoya militarmente a Taipéi.

Y ni siquiera este es el único punto de conflicto con Washington. Si en 2017 la guerra comercial iniciada por el expresidente Donald Trump se cernía sobre la economía china, ahora el actual mandatario estadounidense, Joe Biden, ha decidido echar el pulso a Pekín por la producción de semiconductores, incluyendo la prohibición a las empresas del país para que vendan chips a China. 

Con información de EFE.