
Pese a que en nuestro país en las dos últimas décadas se ha avanzado en materia de procuración de diversos derechos básicos de niñas, niños y adolescentes, como alimentación e identidad, aún persisten delicados flagelos como la inasistencia escolar, inseguridad, servicios de salud y trabajo infantil que deben atenderse con políticas públicas de fondo para lograr soluciones estructurales.
Así lo estableció la organización Razón, Autonomía y Derecho (RAUDER), encabezada por Rafael Lara, señaló que han pasado más de 100 años de la promulgación de designar al 30 de abril como el día del niño -en 1924 por el presidente Álvaro Obregón-, sin embargo, la realidad es que México aún enfrenta sensibles rezagos en rubros como educación y trabajo infantil, flagelos que no distinguen género ni localidad.
Trabajo infantil, los condena a una condición de pobreza
El también especialista en derechos humanos y activista alertó que adicional al desgaste físico y emocional que implica el trabajo infantil, ese flagelo también conlleva la inasistencia escolar, condición que extermina oportunidades de desarrollo mental y educativo para poder superar la condición de segregación o pobreza de las y los niños.

“El hecho de que los infantes sean obligados a cumplir jornadas de trabajo les impide acudir a la escuela; datos oficiales revelan que 43% y 33% de los niños y niñas, respectivamente, que trabajan no acuden a la escuela, dato sumamente preocupante, porque esa condición condena a esos infantes a un futuro adverso y con escasas oportunidades de desarrollo”, enfatizó.
México, en deuda con sus infancias
En este sentido, añadió que nuestro país tiene una profunda deuda con sus infancias por diversas razones, debido a que en la actualidad la cifra de niñas y niños que realizan trabajo infantil asciende a alrededor de 3.7 millones menores, cifra que representa el 13.1% del total de esa población, ello, con base en información del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI).
En este sentido, criticó que por más discursos “triunfalistas” de las autoridades, lo cierto es que los rezagos son evidentes: 13 de cada 100 menores trabajan en actividades como agricultura, comercio y construcción.
Se trata, abundó, de niñas y niños, tanto de zonas rurales como urbanas, por lo que aseveró “mientras un solo niño sea sometido a labores productivas no podremos sostener que en el país se haya erradicado el trabajo infantil, actividad tan perversa y dañina para el desarrollo de cualquier infante”, que además pone en riesgo la salud y el desarrollo de las y los menores.
El abogado constitucionalista hizo hincapié en los riesgos para estos menores, ya que realizan trabajos peligrosos, insalubres o que pueden afectar la moralidad o buenas costumbres del menor.
Señaló que datos del INEGI arrojan que tan sólo el sector agropecuario concentra el 29.2% de los infantes en dichas condiciones, seguido por el área de servicios con el 25% y el comercio con el 22.8%.
Urgente acciones de los tres órdenes de gobierno
Ante tal panorama, el presidente de RAUDER hizo un llamado a los tres órdenes de gobierno a definir y ejecutar acciones encaminadas a combatir el trabajo infantil, a través de programas de monitoreo y vigilancia en centros de trabajo; becas y apoyos económicos a menores de edad en condición de riesgo; concientización a padres de familia sobre los riesgos de someter a sus hijos e hijas a actividades productivas, así como velar por una efectiva aplicación de la Ley Federal del Trabajo.
Con motivo de la celebración del pasado 30 de abril, sugirió que más que realizar festivales, se debe cobrar conciencia respecto de los grandes pendientes que se tiene con las infancias.