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Los obispos de la Conferencia del Episcopado Mexicano advirtieron que se ha llorado a las víctimas de la delincuencia, “pero no podemos acostumbrarnos a este dolor”

Principal desafío de la Iglesia, la violencia que no cesa y que impacta a las familias

Conferencia del Episcopado Mexicano
Asamblea Plenaria de la Conferencia del Episcopado Mexicano La Conferencia del Episcopado Mexicano (CEM), resaltaron en su Asamblea Plenaria, que el principal reto que enfrenta la Iglesia Católica es la violencia que no cesa (La Crónica de Hoy)

Los obispos del país resaltaron que los principales desafíos que enfrenta la Iglesia en México con mayor urgencia y que preocupan a todos están: la violencia que no cesa y que va impactando directamente a las familias y a los diversos ámbitos de la sociedad. 

Mención especial mereció el asesinato de ocho jóvenes y seis heridos del grupo juvenil en la comunidad de San José de Mendoza, de la diócesis de Irapuato, así como las desapariciones forzadas de personas “que terminan o en fosas clandestinas o incineradas o en las filas del crimen organizado”. 

Hemos llorado a las víctimas de la delincuencia, de la corrupción, de la impunidad y del miedo. Sabemos que no hay paz sin justicia, ni justicia sin verdad, ni verdad sin amor. México sigue siendo un país profundamente lastimado, pero no podemos acostumbrarnos a este dolor, establecieron. 

Otro flagelo que afecta a la sociedad en su conjunto, pero de manera particular en la juventud son el alcoholismo y la drogadicción “que se va extendiendo hasta las comunidades más alejadas”. 

Así lo puntualizaron los obispos de la Conferencia del Episcopado Mexicano (CEM), en el marco de la CXVIII Asamblea Plenaria, los mitrados del país también mencionaron la relevancia de las elecciones -del próximo 6 de junio-, como parte de la Reforma Judicial, a fin de elegir diversos cargos en el ámbito de dicho poder de la Unión. 

En el encuentro de los obispos congregados en la CEM, encabezada por el obispo de Cuernavaca, monseñor Ramón Castro Castro, reconocieron que ante el panorama poco alentador, hicieron un exhorto al pueblo de México “a convertirse en signos de esperanza, comenzando con poner atención a todo lo bueno que hay en nuestro país, para no caer en la tentación de considerarnos superados por el mal y la violencia y a “no dejarse robar la esperanza”. 

En el encuentro que tuvo lugar en Casa Lago, sede de la CEM, en un ambiente de comunión y unidad, celebramos la Eucaristía en sufragio “por el eterno descanso del Papa Francisco” y recordaron su visita a la Virgen de Guadalupe, en la Basílica, en su memorable viaje a México. 

Los mitrados reflexionaron que ante la violencia que no cesa en el país, la inseguridad, la reconciliación y la paz, ante lo cual, se comprometieron con acciones concretas, “para promover procesos de acompañamiento, ayuda y formación en favor de las familias, la reconciliación y la paz”. 

 

La familia atraviesa por una grave crisis 

En el tema de la familia, se reconoció que es en donde se tejen las relaciones de cariño, fraternidad y solidaridad entre los esposos, hijos, nietos, hermanos y demás relaciones familiares, no obstante, atraviesa por una grave crisis, atacada por varios frentes: ciertas ideologías avaladas por las mismas leyes, la violencia, las políticas migratorias, “la pobreza, un machismo históricamente arraigado, la desintegración, la violencia intrafamiliar, las migraciones forzadas, la inseguridad y ciertas políticas públicas que atentan contra esta institución tan fundamental para el desarrollo y el bienestar de una sociedad”. 

Ante ello, hoy más que nunca es urgente sostener y acompañar a las familias, “no con discursos abstractos, sino con cercanía, políticas públicas que reconozcan su valor fundamental, y comunidades cristianas que las acompañen en sus angustias y desafíos”. 

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