Dice que tiene un gen jarocho que le domina tremendamente y es “francota”. Esa característica es inherente a su trayectoria en la procuración de justicia. Luz María Zarza Delgado, exmagistrada electoral mexiquense, de donde es oriunda, no titubea en plantear que, como ministra, cargo al que aspira el próximo 1 de junio, impulsará optimizar recursos públicos y combatir en colegiado la ‘ley patriarcal’
-Por un voto se gana, o se pierde. Compite con 33 mujeres por una de cinco sillas para ministras. En total, son 64 candidaturas, 31 para hombres. ¿Impugnaría esa diferencia?
-Somos 33 candidatas, y me lo tengo clarísimo porque yo soy la número 33. La última de la boleta morada, por mi apellido, porque es en orden alfabético, y no es un proceso electoral fácil, pero quien finalmente va a tener el poder de decidir es cada una y cada uno de los mexicanos que vayan a votar ese día, y por eso la importancia de su participación. Conozco el derecho electoral, fui magistrada. Y no tengo en la mente impugnar, tan sólo por el hecho de lo complicado que es este proceso. No tenemos representantes en casillas, no va a haber las casillas como generalmente se establecen y no habrá resultados inmediatos. Todo eso complica mucho una impugnación o la propia revisión del proceso y, además, le estoy dando un voto de confianza al proceso, con optimismo, esperando que todo esto sea para beneficio de México y de las y de los mexicanos.
-Usted tiene doctorado y maestría en derecho por la UNAM. La Presidenta de México también es doctora, en física. Es legal, está en la Constitución, que ningún servidor público perciba más que la jefa de Estado, ¿pero eso justo para las mujeres, así como usted?
-Esto obedece a varios contextos. Sí hubo abusos, temas donde ha habido privilegios que se tienen que acotar. Sí es cierto que muchos de los recursos públicos se han dirigido más a sueldos o a privilegios de algunos puestos en lugar de atender las necesidades sociales de la gente que está en condiciones muy complicadas. Por ejemplo, como tan sólo resolver temas de agua, de pavimiento, una serie de problemáticas que en el día a día se viven y que eso no es justo. No se debe estar viviendo de esa manera onerosa, mientras que la gente sufre y le genera molestia. Yo no creo que es comparar sueldos de mujeres con mujeres. El tema es resolver los sueldos de mujeres con hombres y, también, dentro de un contexto porque, por ejemplo, hay que ver quién paga renta, quién paga comida, quién paga esto, o lo otro. ¿Cuál es el contexto de los ingresos? Eso es para verlo con una perspectiva. Y tú decías algo que me parece importante. Darte mi opinión: El tema de lo justo con lo legal. Para mí, no puede darse esa dicotomía, y menos un choque entre lo justo y lo legal. Y quienes hemos estudiado derecho sabemos que lo legal siempre tiene que ir en busca de la justicia. Lo legal, la ley o lo legal, toda la parte normativa es un instrumento para lograr algo, ¿qué? La justicia. Yo estoy muy en contra de ese principio, que, creo, no sé escribió correctamente, o sea, malinterpretado o lo dijo mal el famoso decálogo de cultura de los abogados que dice que ‘si en algún momento encuentras un choque de la justicia con la ley, optes por la justicia’. A mí me parece que, en ese escenario, un abogado o una abogada, quien estudia derecho, sabe que es irreal, que eso no se debe dar. Es muy riesgoso decir: ‘¡Ah!, bueno, entonces voy por la justicia. Porque entonces la justicia es según quién, según qué, o sea, te sales de todos los parámetros. Es completamente subjetivo y es riesgoso. Me parece que es hasta un camino no sólo a la ilegalidad, sino a ciertas arbitrariedades o a cuestiones negativas en nombre de la justicia. Más bien hay que hacer un correcto trabajo legal de interpretación, de aplicación para que siempre sea todo a lo que llegues, ¿no? Que no haya esa percepción, explícalo, plásmalo correctamente para que quede claro qué es lo legal y lo justo, como siempre debe de ser.
-Entonces hay errores en el Poder Legislativo
-¡Ah!, ¡claro! Y hay que corregirlos. Cuando alguien dice: ‘Hay que dejar lo legal para ir por lo justo’, a mí me parece súper peligroso, porque entonces de entrada vas a estar en la ilegalidad, porque vas a ser a un lado lo legal. Y la justicia, según tu criterio. Una ley puede tener errores, no hay ley perfecta. Hay que seguirla reformando. Hay que ver dónde está fallando, se corrige con interpretaciones correctas a la hora de aplicar y hay que Hacer las acciones correspondientes para que el legislativo, que es un trabajo permanente, que vaya revisando y perfeccionando las normas para que el criterio no sea necesario, pero mientras se resuelve con el criterio, ¿no?
-Sí, pero si vamos de interpretación a interpretación, pues ya tenemos una deformación de lo que expresamente dice la ley, por esas lagunas, y falla mucho afuera para los justiciables, para el acceso a la justicia.
-Lo que sí es cierto es que hay una exigencia de la gente para una justicia distinta, ¿no? Que algo no se ha hecho bien, que hay esa percepción y hay que corregirla. Hay que trabajar en función de eso porque un país sin certeza legal, pues es un país con muchos problemas.
-La Ley General de Acceso a las Mujeres a una Vida Libre de Violencia tiene 22 artículos. Los hombres no le temen, porque no se aplica como debiera, por interpretaciones, justamente. ¿Cómo nos hacemos hablar ante la Corte?
-Como ministra, en mis asuntos, convencer al pleno, ser sensible en los asuntos que presenten otras ministras o ministros, siempre cuidar y convencer y hacer visible el tema de que hay una mujer o que hay que aplicar la perspectiva de género, lo que mandata la ley y la Constitución, para ir impactando en los criterios de la Corte. Y en determinado momento impulsar tribunales especiales con personas juzgadoras certificadas en el tema, que hayan sido ya capacitadas y hayan aprobado las evaluaciones correspondientes para poder atender temas de mujeres. Y muy importante ahora con el nuevo Tribunal de Disciplina Judicial que puede sancionar a los jueces, magistrados, incluso ministros, que se alejen o que no estén atendiendo todas estas medidas de perspectiva de género. Y quizás con eso podamos ir avanzando en el tema, tanto al interior como al exterior del Poder Judicial.
HAY LEYES, PERO HAY QUE DENUNCIAR Y DESLIGAR EL “PAGO DE IMPULSO”
Luz María Zarza, madre de una hija, es lectora de Han Kang, la escritora surcoreana distinguida el año pasado con el Premio Nobel de Literatura, por su la obra ‘La Vegetariana’. Es una autora que expone “la fragilidad de la vida humana”, según algunas referencias.
Para Zarza Delgado, las mujeres deben armarse de valor y poder desligarse de “devolver favores” por los impulsos que hayan recibido de hombres, como en la Cámara de Diputados.
-¿Se puede rediseñar la estructura patriarcal?
-Si bien se ha avanzado en leyes, en integraciones paritarias, todavía no se siente ese cambio porque es un tema muy complejo. Hay que capacitarnos, entender primero el tema, y capacitarnos de manera constante y permanente hasta lograr un cambio de forma de ser, un cambio de modelos culturales y lo que dices que no lo había escuchado alguien que también lo comentara como tu servidora, el cambiar las estructuras, el rediseñar las estructuras para que las mujeres puedan estar en condiciones de igualdad reales. Por ejemplo, el tema paritario, ya se logró estar en paridad. Por ejemplo, en las Cámaras, en el Congreso de la Unión. Sin embargo, hace poco me platicaba una diputada que no se está sintiendo esa paridad. Que a la hora de resolver temas de violaciones o temas de la de las mujeres, resulta que las mujeres no votan por eso, y la paridad no se está reflejando en el voto, ¿por qué? Pues porque falta conciencia, falta capacitación, falta valor para desligarse de los hombres que están atrás y que les cobran el haberlas impulsado. Necesitamos seguir avanzando hacia la famosa igualdad sustantiva porque estamos en temas todavía muy formales. Hay autores que se señalan que esto va a tardar más de 40 años en modificarse, y parece que sí, porque vamos un paso adelante, y dos atrás. Va lento y las resistencias son culturales. Esto no es ni siquiera un tema de puras mujeres, es un tema de reeducarnos, de rehacernos, reestructurarnos, como tú lo dices, y no es sencillo. Yo también marcho cada 8 de marzo, y veo esa fuerza, veo esa cantidad de mujeres, veo esa identidad, esa unión y me pregunto: ¿Cómo es posible que siendo tantas y mostrando esta solidaridad a la hora del día a día no se refleja? Falta el Estado. Impera el miedo a las represiones, el miedo a que denuncies y sea un vía crucis y no haya resultados. Y ahí es justo donde entra el Poder Judicial. Y ahí mis propuestas son para impulsar un PJF más activo, conocedor, capaz, para juzgar con perspectiva de género y para tratar de ir acompañando a esas mujeres solas que no están viendo los resultados ni la confianza. Es por una transformación, de protección de vidas de mujeres, porque los feminicidios siguen en aumento. Nosotros no vamos avanzar ni siquiera económicamente mientras no atendamos estas necesidades y esta problemática de más de la mitad de la población que son las mujeres.
En el marco del Día de las Madres, la candidata a ministra también expone que la perspectiva de género debe extenderse para madres de familia monoparentales. Dice que, en México, la maternidad sigue siendo un factor de discriminación en el mundo laboral, “un techo que no es de cristal, sino una loza que cargan las mujeres mamás proveedoras y cuidadoras. Además de reconocerlas, también es indispensable hacerles justicia. Las y los juzgadores deben reconocer que ellas son el nuevo pilar de México y actúen conforme a esa realidad, porque hay una generación de mexicanas que tienen más obligaciones económicas, mismas labores del hogar, al tiempo que también educan y cuidan a sus hijas e hijos, pero que aún sufren prácticas e injusticias del pasado”.
-Tenemos un alud de reformas, leyes generales, a la Constitución, ¿ve un México a la vanguardia para proteger derechos?
-No, y por eso estamos en un proceso como el que estamos viviendo y estamos invirtiéndole nuestros recursos personales a una institución que se tiene que modificar. Ni en temas de criterios, ni en temas de tecnología y su propio rezago refleja que no hay un PJF de vanguardia, y eso es lo que tendríamos que tener en mente todas y todos. Y también respetar temas, pero temas más regionales, porque no podemos generalizar, y atender usos y costumbres.
-Sobre las nuevas tecnologías, ¿cuáles y cómo sin invadir la esfera privada?
-Hay que aumentar la transparencia de los algoritmos y asegurar que los sesgos, por ejemplo, de la inteligencia artificial no afecten los derechos humanos, a fin de alimentar bases de datos jurídicos con perspectiva de género para que la inteligencia artificial las haga propias. El mal uso tecnológico permite robar identidades, falsificar documentos legales, extorsionar o manipular registros jurídicos, pero sí se pueden generar ahorros, acelerar tiempos y prevenir corrupción. Se deben modernizar reglas e infraestructura, junto con una cultura digital basada en ética, responsabilidad y prevención. El Poder Judicial debe actualizarse y para acompañar esa labor, la inteligencia artificial es un gran instrumento para el derecho. Es una herramienta potencial respecto a la comisión de delitos y la evasión de leyes. Hay abusos tecnológicos que arriesgan la información personal y patrimonial. En los juicios se maneja una gran cantidad de información y datos sensibles y confidenciales, de ahí la importancia de resguardarlos en una deliberación de la Suprema Corte de Justicia de la Nación.
