
En su recorrido por Yucatán como parte del proceso para ocupar una vacante en la Suprema Corte de Justicia de la Nación, Fabiana Estrada Tena, magistrada con más de dos décadas de trayectoria judicial, llamó a impulsar una transformación profunda del Poder Judicial que parta de las voces y realidades de la ciudadanía. “La justicia tiene que comenzar en el territorio”, sostuvo ante comunidades, estudiantes y académicos.
Durante su visita a Valladolid, Estrada Tena dialogó con habitantes del oriente yucateco, quienes compartieron sus preocupaciones sobre el acceso a la justicia, la defensa del entorno y su participación en decisiones que les afectan directamente. Más que un acto protocolario, la candidata destacó la necesidad de una justicia sensible a la diversidad cultural y social del país.
Más tarde, en un encuentro con mujeres mayas artesanas, la magistrada reconoció que la inclusión de las mujeres indígenas en los procesos judiciales es una deuda histórica. Afirmó que saldarla requiere reformas estructurales, voluntad política y sensibilidad institucional, factores que, desde su experiencia, no siempre han estado presentes en las decisiones de la Corte.
Ante la comunidad universitaria en Mérida, Estrada compartió un testimonio crítico sobre los casos más emblemáticos que han pasado por la Suprema Corte. Recordó el caso Atenco, donde —dijo— la Corte no quiso responsabilizar a altos mandos, y el de la Guardería ABC, cuyos expedientes revisó directamente sin que se concretaran resoluciones firmes contra el poder político. Estas experiencias, afirmó, la impulsaron a promover desde dentro una reforma judicial de fondo.

Como coordinadora general de asesores de la presidencia de la Corte (2019-2022), impulsó el proyecto que derivó en la reforma judicial de 2021, orientada a combatir el nepotismo, la corrupción y la desigualdad dentro del propio Poder Judicial. Entre los cambios logrados bajo su coordinación destacan el aumento de mujeres juzgadoras del 20% al 40%, concursos exclusivos para mujeres, licencias de paternidad pagadas, y la creación de una unidad de combate al acoso sexual y laboral.
Además, Estrada impulsó una política de cercanía con sectores marginados, como en su visita a mujeres privadas de la libertad en Santa Marta Acatitla. “El solo hecho de estar ahí, escuchar, ya significaba una forma de reparación”, relató.
Al cierre de su jornada, Estrada lanzó un llamado firme a ciudadanizar el Poder Judicial, señalando que “no hay nadie más experto que la víctima” y que sin su voz no puede haber justicia real. Subrayó que este proceso de selección ministerial representa una oportunidad inédita para redefinir el papel de la Suprema Corte en contacto con el pueblo. “No dejemos pasar esta oportunidad”, concluyó.