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El trastorno por déficit de atención con hiperactividad requiere un abordaje médico integral y oportuno, ya que la vida de estos pacientes puede ser más difícil sin atención profesional

El TDAH, uno de los trastornos más prevalentes en la población infantil

El trastorno por déficit de atención con hiperactividad (TDAH) El trastorno por déficit de atención e hiperactividad (TDAH), es incurable, dura toda la vida, pero con un diagnóstico temprano y tratamiento profesional farmacológico, mejoran su calidad de vida (La Crónica de Hoy)

El doctor Emmanuel Sarmiento Hernández, presidente de la Asociación Mexicana de Psiquiatría Infantil advirtió que las personas que viven con Trastorno por Déficit de Atención con Hiperactividad (TDAH), cuando no recibe el tratamiento profesional adecuado “su vida puede ser más difícil”. 

El especialista señaló que el TDAH es uno de los trastornos más prevalentes en la población infantil y requiere de un abordaje médico integral y oportuno, y aunque no siempre tendrá malas experiencias, deberá esforzarse mucho más para avanzar. 

Recordó que esta es una condición que acompaña a quien lo padece a lo largo de toda su vida, por lo que requiere una red de apoyo familiar sólida y acompañamiento médico a fin de reducir los riesgos de este trastorno. 

Señaló que el TDAH es una condición, que forma parte de un grupo más amplio de trastornos del neurodesarrollo, que incluye también el espectro autista, la discapacidad intelectual, los trastornos del aprendizaje y los tics." 

Aunque reconoció que el TDAH no tiene cura y es una condición con la que estos pacientes deberán vivir el resto de la vida, Sarmiento Hernández enfatizó que “con un tratamiento adecuado, es posible mejorar significativamente la calidad de vida de quienes lo padecen”, lo cual requiere un enfoque integral y oportuno que permita alcanzar un desarrollo funcional y social comparable al de cualquier individuo. 

Cuáles son los síntomas 

El Paidopsiquiatra, Investigador en Ciencias Médicas, indicó que el TDAH puede manifestarse de tres formas distintas: con predominio de la inatención, la hiperactividad e impulsividad, o como una combinación de todas.  

En los primeros casos, los síntomas más visibles son la desorganización, la distracción y el olvido; en los segundos, sobresale la incapacidad para quedarse quieto, la interrupción constante y la baja tolerancia a la frustración. 

Enfatizó que uno de los elementos que más destacan son los factores genéticos relacionados con el TDAH, el cual es uno de los trastornos con mayor heredabilidad”, ante lo cual, es común identificar comportamientos similares en los padres o abuelos de niños que han sido diagnosticados.  

En este contexto, comparó que en el pasado, las personas con este padecimiento fueron estigmatizados y catalogados como niños “latosos” o “distraídos”, y quienes no recibían atención especializada. 

Diagnóstico oportuno, que cambia la vida  

las estimaciones, dijo, son que entre 5% y 7% de la población infantil vive con este diagnóstico, prevalencia que se mantiene constante a nivel global, aunque los países con mayor desarrollo cuentan con mejores mecanismos de detección, estadísticas más actualizadas y estructuras de tratamiento más sólidas.  

En México, en cambio, muchas veces el acceso a servicios especializados está limitado por factores económicos, culturales, desinformación e incluso falta de infraestructura. 

Ante ello, sostuvo que un diagnóstico temprano permite intervención profesional que pueden transformar por completo el pronóstico del paciente, a diferencia de quienes llegan a la vida adulta sin diagnóstico, ni tratamiento y suelen enfrentar mayores complicaciones: abandono escolar, embarazos no planeados, consumo de sustancias, trastornos emocionales como la ansiedad y la depresión, e incluso mayor riesgo de accidentes. 

 “Cuando alguien no recibe tratamiento, su vida puede ser mucho más difícil. No necesariamente le irá mal, pero tendrá que esforzarse mucho más. Y si no tiene una red de apoyo familiar sólida, los riesgos aumentan significativamente”, advirtió. 

Medicación mejora el funcionamiento integral 

En este contexto, Sarmiento Hernández subrayó que el tratamiento farmacológico se es fundamental en el abordaje clínico del TDAH, ya que la función no busca alterar la personalidad de los pacientes, sino reducir la intensidad de los síntomas, “el medicamento no los vuelve menos graciosos, ni los cambia, solo mejora su atención, baja su impulsividad y les permite funcionar mejor”, subrayó. 

El impacto positivo de la medicación se ve reflejado en el rendimiento escolar, la dinámica familiar y la integración social, y aunque los infantes muchas veces no saben expresar los beneficios del tratamiento, padres y maestros observan estas mejoras, mientras que adolescentes y adultos, reportan que se sienten más funcionales, que el día les rinde más, que son menos explosivos, es decir, que pueden concentrarse y organizarse. 

En este sentido, resaltó que ha llegado a nuestro país Metilfenidato de liberación prolongada, innovación terapéutica que asegura una mayor adherencia al tratamiento y reduce significativamente el riesgo de abandono. 

Ello, debido a que la duración de su efectividad es más prolongada entre 8 a 12 horas, lo que permite una mayor efectividad durante la mayor parte del día, aunque enfatizó la prescripción debe ser por un profesional de la salud, siempre evaluando la reacción de cada paciente y en caso necesario, ajustar la dosis de manera progresiva. 

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