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“El político que entienda que un usuario, más que un voto es una persona con la que se puede construir diálogo, tendrá una plataforma viva. Quien no lo entienda, seguirá hablando en el desierto digital”, advierte

El error de los políticos en redes no es técnico sino de contenido humano: Alan Santelices

El uso de las redes sociales se han convertido en un reto para los políticos en su búsqueda de contar con más impacto en el electorado en México (rawpixel.com/rawpixel.com)

El fracaso de los políticos en las redes sociales no es por falta de tecnología, inversión o diseño, sino por falta de contenido humano y acercamiento con la ciudadanía digital lo que genera distanciamiento con esos sectores que en la actualidad son tan relevantes en la comunicación política.

Así lo advierten consultores políticos como Alan Santelices quien recalca que en un entorno donde un TikTok puede tener más impacto que una conferencia de prensa, muchos políticos siguen fracasando en redes sociales a pesar de invertir en equipo, asesores y estrategia, pues sus perfiles digitales generan poca interacción y, en ocasiones, provocan rechazo o burla.

“El político que entienda que un  usuario,  más que un voto  es una persona con la que se puede construir diálogo, tendrá una plataforma viva. Quien no lo entienda, seguirá hablando en el desierto digital”, advierte

Con experiencia en campañas electorales en México y América Latina, Santelices explica que la raíz del problema no está en la tecnología ni en los algoritmos, sino en la forma en que los políticos se comunican.

“No es el algoritmo el que los castiga, es la falta de autenticidad. Las redes sociales valoran lo real, lo humano. Y muchos políticos siguen comunicándose como si estuvieran dando un informe, no contando su historia”, afirma

Según el consultor  hay tres fallas principales que explican por qué tantos perfiles políticos fracasan en conectar con la ciudadanía digital:  Demasiada perfección, es decir las  cuentas de muchos políticos parecen escaparates: fotos impecables, frases medidas, gestos estudiados.

 El problema –agrega--es que esa imagen idealizada genera distancia.

“Cuando todo parece producido y ensayado, la gente desconfía. Hoy, la perfección desconecta. Lo que se busca es cercanía, alguien con quien se pueda identificar”, explica

Para Santelices otro error común es un contenido sin emoción, pues muchas veces “incurren en publicaciones que suenan a boletines reciclados: frases planas, videos sin narrativa, hashtags sin contexto. El resultado: indiferencia”.

“Las redes no son para comunicar como en los años 90. Necesitan contenido vivo, emocional, humano. La gente quiere conocer a la persona detrás del político”, señala el consultor.

Otra práctica equivocada es comprar seguidores, pedir interacciones forzadas o inundar los comentarios con cuentas afines no solo son ineficaces,  sino  también pueden perjudicar el alcance de los mensajes.

“Los algoritmos penalizan lo que no es orgánico. Y, además, estas prácticas dañan la credibilidad. El político termina hablando solo sin darse cuenta”, advierte Alan Santelices.

El consultor considera que el  camino para tener impacto en las redes sociales es la autenticidad pues lo que  conecta no es la perfección, sino la verdad.

“Escuchar, responder, equivocarse y seguir. Eso es lo que genera comunidad y conversación”, dice

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