
En medio del proceso más polémico de reforma judicial en la historia reciente de México, Silvia Delgado —quien en 2016 formó parte del equipo legal del narcotraficante Joaquín “El Chapo” Guzmán— fue electa como jueza penal en Ciudad Juárez, Chihuahua.
La noticia, confirmada por el conteo oficial del Instituto Estatal Electoral (IEE), encendió las alarmas entre organizaciones civiles, que ven en su nombramiento un símbolo del debilitamiento del Estado de derecho.
Delgado, identificada como una “candidata de alto riesgo” por el colectivo Defensorxs, obtuvo el segundo mayor número de votos en su circunscripción, asegurando su lugar como jueza penal.
Aunque los resultados aún no han sido formalizados, el escrutinio del 100% de las actas la coloca entre las ganadoras en el marco de las inéditas elecciones judiciales celebradas el 1 de junio, donde más de 840 cargos federales y miles de jueces locales fueron elegidos por voto popular.
Exigencias de impugnación por “mala reputación”
La polémica no tardó en escalar. Miguel Meza, presidente de Defensorxs, urgió a los contendientes de Delgado a impugnar el resultado con base en un supuesto incumplimiento del requisito constitucional de “buena reputación”.
Según Meza, representar legalmente a uno de los líderes del crimen organizado más buscados del mundo es, por sí solo, motivo de cuestionamiento ético y jurídico.
“El INE está borrando de facto el requisito de buena reputación que establece la Constitución. No es un capricho, es una norma legal”, declaró Meza, quien también adelantó que su organización ha presentado denuncias contra otros 20 perfiles ganadores en distintos estados.
Hasta el momento, el Instituto Nacional Electoral no ha invalidado ninguna candidatura ni emitido comentarios al respecto.
Silvia Delgado, con base profesional en Chihuahua, visitó de forma recurrente a El Chapo en el penal del Altiplano antes de su extradición a Estados Unidos, donde cumple cadena perpetua.
La abogada rechazó tajantemente que su relación profesional implique cercanía con el crimen organizado y, consultada por medios, se negó a emitir comentarios hasta que su triunfo sea oficial.
Ciudad Juárez, epicentro de la preocupación
Para analistas, el caso de Silvia Delgado encarna ciertos temores. Su elección en Ciudad Juárez —una zona históricamente golpeada por la violencia del narcotráfico— refuerza la preocupación de que las estructuras judiciales están siendo permeadas por figuras ligadas, directa o indirectamente, a redes de poder criminal.
La nueva Suprema Corte, afirman especialistas, tendrá una mayoría alineada con Morena. Esto podría significar un debilitamiento en los contrapesos institucionales y una progresiva concentración del poder, en detrimento de la imparcialidad judicial (con información de agencias).