
En respuesta a las críticas por los perfiles propuestos recientemente como nuevos cónsules, la presidenta Claudia Sheinbaum subrayó que su gobierno apuesta por un nuevo modelo de representación consular centrado en la cercanía humana, el compromiso social y la renovación institucional. Más allá del debate por supuestos “pagos de favores”, la mandataria delineó un enfoque que busca modificar de raíz la forma en que México atiende a su diáspora, particularmente en Estados Unidos.
“La prioridad es que los cónsules estén realmente del lado de los paisanos”, afirmó Sheinbaum durante una de sus conferencias matutinas. “No se trata de repartir cargos, sino de dignificar el servicio que damos en el extranjero”, añadió, al tiempo que defendió la inclusión de perfiles diversos, tanto políticos como provenientes de la sociedad civil, en la lista de nombramientos enviada al Senado.
Aunque algunos nombres han generado polémica, como el del excomandante de la Guardia Nacional Luis Rodríguez Bucio o varios exmilitantes del PRI, Sheinbaum enfatizó que todos los seleccionados pasaron por un proceso de revisión donde se valoró su experiencia, capacidad y sensibilidad hacia las problemáticas migrantes.
“Tuvimos más de 200 personas interesadas, se hicieron entrevistas, revisamos trayectorias, incluso los vi personalmente. Todos están a prueba. Esta etapa también es de aprendizaje institucional”, aclaró.
De acuerdo con la presidenta, el objetivo de su gobierno no es replicar prácticas anteriores ni cerrar el paso a figuras con experiencia, pero sí garantizar que cada cónsul comparta una visión de servicio público con enfoque comunitario.
“Nuestra meta es que la red consular deje de ser percibida como una oficina lejana o burocrática. Queremos que sea el primer refugio, el primer apoyo, para quienes viven en otro país y enfrentan situaciones difíciles por su estatus migratorio o por discriminación”, explicó.
Sheinbaum destacó que los nuevos nombramientos no significan la exclusión del Servicio Exterior Mexicano.
“Muchos diplomáticos continúan su labor, pero hay quienes por normativas deben rotar o dejar sus cargos. Esto abrió una ventana para pensar distinto. La pluralidad también es un valor en la política exterior”, afirmó.
Consultada sobre las críticas que señalan una supuesta falta de mérito en algunos perfiles, la jefa del Ejecutivo respondió que cualquier propuesta habría sido objeto de cuestionamientos.
“La crítica no nos asusta. Pero no hubo improvisación. Lo que sí hubo fue una decisión clara de impulsar una política consular distinta, más empática y con rostro humano”, recalcó.
Además de la formación consular impartida a quienes asumirán las nuevas responsabilidades, Sheinbaum insistió en que continuará un proceso de acompañamiento y evaluación para asegurar que cada cónsul cumpla con los objetivos trazados.
“La atención digna y profesional a los migrantes no es opcional, es una obligación del Estado mexicano”, dijo.
La presidenta también adelantó que vendrán más designaciones en embajadas y consulados, algunas de las cuales no requieren ratificación del Senado. Estos nuevos nombramientos, aseguró, incluirán a personas con formación técnica en comercio, cultura, educación, ciencia y protección consular, para ampliar el alcance de la diplomacia mexicana desde una perspectiva integral.
En un contexto internacional cada vez más hostil para los migrantes, la mandataria reiteró su compromiso con una política exterior basada en la defensa de los derechos humanos.
“La visión que nos mueve no es partidista, es humanista. Estamos ante un reto histórico: construir un vínculo sólido entre México y sus comunidades en el extranjero, no sólo desde lo institucional, sino desde lo humano”, concluyó.