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Doña Margarita aparece en primaria y doña Cecilia con nivel de excelencia, pero no saben leer ni escribir. Acreditar en 4 meses, reducir los libros y aplicar rúbricas para saltar el proceso, mandatos en el Instituto en busca de membrete de la UNESCO.

Alteran base de datos de alfabetización en el INEA; “subir números”, orden a colaboradores…

SEGUNDA PARTE

Doña Cecilia no sabe leer ni escribir, pero aperece con calificación de excelencia (9) en el libro La Palabra, el cual acredita con altoi nivel de aprendizaje

Doña Margarita García Feliciano, de 62 años, no sabe leer ni escribir, pero en los registros del Instituto Nacional para la Educación de los Adultos (INEA) aparece como alumna de primaria.

La historia de doña Cecilia Armenta Tejeda, de 78 años, es similar. Según su expediente oficial, al cual Crónica tuvo acceso, acreditó ya el libro de la Palabra con una calificación de 9: en el papel, suficiencia en lectura y escritura, pero con dificultades escribe su nombre.

-¿Han encontrado personas registradas por el INEA como alfabetizadas, pero que no saben leer ni escribir? -se preguntó a Marco Antonio Olvera, Apoyo Operativo Territorial asignado a Iztapalapa.

-En esta colonia (Predio Degollado, una de las de mayor marginación en la alcaldía), considerada punto rojo a nivel nacional, sí, y son varios casos. Sólo se busca cumplir un número. Quieren que a México se le declare libre de analfabetismo, pero los compañeros se niegan a falsear datos. Independientemente de si nos pagan o no, nuestra ética es muy alta.

El despido masivo de colaboradores del INEA (por el desvío de más de 302 millones de pesos al pago de prebendas pactadas con la CNTE), condujo a otras anomalías en la dependencia, como alteraciones e inconsistencias en la base de datos oficial de alfabetización. Todo se enmarca en el afán del gobierno federal por recibir lo antes posible bandera blanca de la UNESCO, membrete para los países con menos de 4 por ciento de su población libre de analfabetismo. El director del Instituto, Armando Contreras, ha prometido concretarlo este mismo año.

EXpediente de Doña Cecilia en el que se hace referencia a un nivel educativo falso

“Tú me vas a traer dos personas a la semana, tu apoyo en plaza otras dos y los asesores otros dos, busquen gente hasta debajo de las piedras, porque hay que levantar bandera blanca”, fue la orden recibida por Mario, según su propio testimonio. Es operativo en la coordinación de Nezahualcóyotl.

“Lo que en otras épocas se ha logrado en un sexenio, lo quieren hacer en unos meses”, reprochó.

“No les interesa la misión educativa del Instituto, sino quedar bien, dar la pantalla. Las personas confían en nosotros, les ofertamos que aprenderán a leer y a escribir y eso cambiará su vida para siempre, pero a las autoridades lo que menos les interesa son las historias de superación personal”, señaló Miriam, técnico-docente de la coordinación Tláhuac.

El INEA informó este lunes a Crónica de la alfabetización de 41 mil 857 personas, en el lapso de enero a junio de este año, lo cual equivale a 233 alfabetizados al día. Apenas el lunes anterior, 30 de junio, el director Contreras habló de 35 mil beneficiados. Una semana después, la cifra se disparó.

Pero la realidad va en contrasentido…

Doña Margarita aparece en nivel intermedio, equivalente a primaria, pero tampoco saber leer ni escribir

Pese a la premura de esta investigación, la cual se detonó tras la baja de miles de colaboradores, del 1 y el 3 de julio, este reportero logró corroborar casos en los cuales hay discordancia entre los datos reportados por el INEA y el nivel de los educandos. Mientras se redactaba este trabajo, otros casos salieron a la luz, pero ya no fue posible la comprobación directa.

EVIDENCIAS. Doña Cecilia Armenta nos recibió en su casa de Iztapalapa. En la boleta del INEA aparece con acreditación de excelencia en el libro de aprendizaje de lectura y escritura, pero no escribe ni lee.

“Nací en Mineral del Monte, pero sólo fui unos días a la escuela. Tuve una infancia difícil, siempre sumisa, con la cabeza agachada. A los burros nos sentaban hasta atrás, y la maestra nos pegaba, mejor me iba al cerro a perder el tiempo y mi mamá nunca nos exigió”.

-¿Cómo le ha hecho toda su vida para pagar en el mercado, para transportarse?

-Preguntándole a las personas: ´ayúdeme, por favor´. Voy a un restaurante y no sé qué pedir, no sé qué camión tomar ni usar el celular, sólo Dios me ha ayudado.

Doña Margarita aparece con acreditación intermedia, equivalente al de haber cursado la Primaria y no sabe leer ni escribir

-¿No sabe leer y escribir?

-No, voy muy lenta, ya estoy viejita, quiero pagarle a una maestra por fuera para que me ayude.

Doña Cecilia fue incapaz de leer un fragmento del libro del INEA “Nombrando y Contando al Mundo”.

-En su expediente aparece con una calificación de nueve en el libro -se le comentó.

-No sé por qué. Sí quiero mi papel, pero no regalado...

Se visitó por igual el hogar de doña Margarita García Feliciano, en la colonia Santa María Tomatlán, también de Iztapalapa. En su historial académico del INEA la refieren en nivel intermedio, correspondiente a primaria, pero tampoco sabe leer ni escribir.

Trabajó durante 25 años como niñera, el año pasado la liquidaron y hoy cuida tres veces a la semana a una abuelita enferma.

Su sueño ha sido siempre entender la información de la Biblia y los demás folletos repartidos en la iglesia, así como el contenido de revistas. “La gente se ha burlado de mí porque no sé nada”, aseguró.

“Le cuesta juntar las consonantes con las vocales. Hace dos meses empezó a ir a clases en un Pilares, que tiene convenio con el INEA, pero no había ni libros y, como sólo la ponían a repetir palabras, se aburrió”, contó su hija Rosalba, con quien vive.

-En su boleta aparece cursando la primaria -se le refirió.

-¿De dónde sacan eso? Ella no sabe. Se compró un libro para aprender sílabas, le está echando ganas.

Hojas con las cuales se omite todo el proceso de estudio para acreditar con una sola firma la alfabetización

DESCONFIANZA. “Este discurso de éxito, triunfalista, de decir: ´lo estamos logrando´, sólo se lo cree el gobierno. Sin instituciones para medir o evaluar la calidad educativa, porque las han desaparecido, no contamos con estadísticas confiables”, expresó Alma Maldonado, investigadora del CINVESTAV.

-¿Qué hay de la bandera blanca de la UNESCO? -se le preguntó.

-Lo malo de esta etiqueta es que la UNESCO sólo se basa en las cifras de los mismos gobiernos. ¿Qué tan confiables son hoy los datos del gobierno mexicano? Claramente no son confiables, porque todo lo absorbe la SEP y el INEA y nadie rinde cuentas por esos datos. Los organismos internacionales pueden creerles, pero internamente sabemos que no es información verificada.

TESTIMONIOS. “En las juntas internas del INEA ya ha brincado el tema de que hay alfas (personas captadas para albetización) fake, personas que ya tienen constancia o hasta primaria o secundaria y las registran como analfabetas”, reveló Aratza, de la coordinación de Xochimilco.

“No es justificación, pero ha sido mucha la presión”.

-¿Por subir las cifras?

-Sí, para cubrir la cuota. Se han encontrado casos donde se registran a familiares, amigos, conocidos o vecinos que no cumplen el perfil. ´Déjame anotarte, y pongo que no sabes leer ni escribir´. Muchos registros falsos son de personas que estudiaron en provincia, porque es más difícil rastrear sus documentos.

Anexo de las Reglas de Operación, en las cuales condicionan el apoyo económico a los asesores a que analfabeticen a una persona en un periodo no mayor a cuatro meses

En esta carrera sin freno rumbo a la bandera blanca, en los últimos meses las autoridades del INEA han implementado diversas disposiciones para facilitar la expedición de constancias de alfabetización: la sustitución de libros por unos más pequeños, los cuales reducen al mínimo el método de enseñanza; la aplicación de rúbricas para acreditar a los alumnos saltándose el proceso de estudio, y el mandato, a partir de 2023, de alfabetizar a las personas (la mayoría de la tercera edad) en sólo cuatro meses.

Las Reglas de Operación del Programa, incluso, condicionan el pago a los asesores educativos. El subsidio, apunta el documento, se dará “siempre y cuando el educando se encuentre activo, con módulo vinculado, presente y acredite al menos un examen final de módulo concluido y lo acredite en un periodo no mayor a 4 meses en alfabetización”.

“Poner plazos refleja una falta de sensibilidad y un desconocimiento total de los procesos educativos y de la realidad de cada persona, de su edad y sus condiciones sociales”, opinó la investigadora Maldonado.

-¿Puede una persona ser alfabetizada en cuatro meses? -se le preguntó a Luisa, técnico-docente de la coordinación Álvaro Obregón Sur.

-Ni de chiste. Es una burla, por eso les he dicho a mis apoyos: persona que no sepa, no la avancen, sólo le daremos en la torre.

-¿Y las rúbricas?

-En dos hojas resumen los libros, es ignorar todo el proceso, decirles: ´lléneme la hojita y le doy su constancia´. Si puede medio resolver, ya es un número, políticamente es un logro.

-¿Hay alguna garantía de que la persona realmente es la que llena la hoja?

-No, se puede borrar la información después y se corrige. Las rúbricas son una trampa, no es alfabetizar.

“Ninguna persona puede alfabetizarse en cuatro meses. Llevamos siete meses de estudio en nuestro grupo y las personas apenas están empezando a escribir”, ejemplificó Marco Antonio Olvera, Apoyo en Iztapalapa.

-¿Cuál es el tiempo promedio que se requiere?

-De nueve meses a un año.

-¿Y entonces?

-Orden de arriba. ¿Quién lo ha hecho de mis compañeros? Nos resistimos. ¿De qué sirve que les des su constancia si siguen en lo mismo? El Instituto los ve como un número, no ve lo que hay detrás de ese número.

Doña Cecilia vende sombrillas en un tianguis. La experiencia de vida la ha ayudado a mantener a flote el negocio. “No quiero regalos -repite-, si me dan un papel, que sea por lo aprendido”…

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