CDMX — “Si vas usar Didi Moto, piénsalo dos veces”, dice Vania, de 28 años, a siete meses de esa trágica decisión, porque ni el sentido común la pudo alertar de que la mejor opción era trasladarse en automóvil a Plaza Forum -este servicio motorizado es ilegal en México-. En cuatro llantas, 100 pesos, a bordo de moto, 54 pesos.
A diferencia de María del Carmen, de 30 años, pasajera de Didi Moto que perdió la vida el pasado jueves, Vania dice que se vio en la imagen de esa víctima, pero ella, aunque ahora con bastón, respira, y puede contar los 20 minutos de un viaje trunco que viró para convertirse en una pesadilla.
“Ahí en el asfalto, tirada, ya no me pude levantar por mí misma ese 25 de diciembre. Era la segunda vez que me animaba a usar Didi Moto. Era la segunda vez que comparaba las tarifas y tiempos entre automóvil y motocicleta. La diferencia es significante, en promedio 50 pesos, pero uno no sabe si este servicio es legal. Y todos queremos llegar rápido a nuestro destino”.
A más de 500 metros antes de su destino, a bordo de una moto, el conductor comenzó a zigzaguear. “Y todo fue tan rápido que sólo me abracé al joven que manejaba”.
Con ayuda de transeúntes, Vania quedó sobre una banqueta. Y el largo tiempo que ha transcurrido, siete meses exactos, mucho más que esos 20 minutos que le martillan que la diferencia económica de ese día hoy le cobra con creces.
“Dos meses después del accidente, finalmente fui operada dos veces de una rodilla, y a la par de buscar las responsabilidades por este percance. Hoy sé que mi accidente (como casi todos) se pudo prevenir. Primero, el servicio de Didi Moto es ilegal. La moto en la que viajaba tiene placas de Guerrero y no cuenta con seguro. Los usuarios confiamos en la app, en la plataforma. No nos ponemos a ver si todo eso es conforme la ley. Hay obligaciones administrativas”, dice Vania.
se encuentra aún en rehabilitación, con un bastón que es su apoyo, pero ya por su propia cuenta.
En el IMSS sólo le dieron ocho sesiones, y a la vez debía enfrentar anomalías en su trabajo. Prestaba sus servicios para la Universidad de Guadalajara y de Las Tres Culturas. Le adeudan salario y la forzaron a abandonar su empleo. Hoy está en el conflicto laboral. Con un juicio de por medio.
Aunque no tiene hijos, su empleo le permitía aportar el gasto de servicios de su casa, donde vive con su mamá y hermano.
La vida de Vania no sólo cambió con esta tragedia. La vida de su mamá y su familia también, que la tienen que apoyar en sus desplazamientos, tanto al MP como a las rehabilitaciones que hoy deben pagar sus familiares. Cada sesión semanal le representan más de 800 pesos, aparte los traslados que los sigue haciendo a través de Didi automóvil.
“Yo quiero decir que lo piensen dos veces antes de decidirse a usar Didi Moto. Hay algo que falla, y ahí está el caso de María del Carmen. Yo pude ser también esa víctima mortal, así me vi al verla a ella en el asfalto cubierta con una sábana”, comenta a Crónica tras una larga charla.
Respecto al proceso judicial que se abrió en el MP por el accidente de tránsito culposo, la joven dice que se reserva poder hablar del tema, porque así se lo han pedido diversas autoridades. Y en aras de contribuir a la justicia, ella se atiene a la recomendación.