
México enfrenta una crisis silenciosa pero devastadora, de ciberacoso en el país, grave si se toma en cuenta que con base en datos del INEGI, durante el año pasado, más de 18.9 millones de personas en el país sufrieron ciberacoso, cifra que representa al 21% de todos los usuarios de internet mayores de 12 años.
Esta situación cobra mayor relevancia, debido a que, datos del INEGI señalan que el acoso digital no descansa, aunado al hecho de las consecuencias emocionales, sociales y económicas son tan graves como invisibles.
Las formas más comunes de agresión están: contacto mediante identidades falsas 36%, mensajes ofensivos 34% y llamadas hostiles 22.6%, todo ello, con una mayor frecuencia a través de, en primer lugar, WhatsApp 39.8% y Facebook 39.7%.
El impacto emocional es brutal, con un 58.6% de víctimas que se sintieron enojadas, 36.7% con desconfianza y 30.1% con sentimientos de inseguridad.
El acoso tiene una mayor prevalencia en las mujeres con un 22.2% de los 18.9 millones de personas afectadas, en tanto que a los hombres les impacta en un 19.6%. Por entidad federativa, Yucatán, es el más afectado por ciberacoso, con un 29.7%, seguido de San Luis Potosí (26.9%) e Hidalgo (26.2%).
Una realidad preocupante en las escuelas de nuestro país, es que, siete de cada 10 estudiantes ha vivido o presenciado bullying, y en 2024 los reportes de acoso escolar en la Ciudad de México crecieron un 205% respecto a 2019, problema que no solo afecta la convivencia escolar, sino que además cuesta al país más de 7 mil millones de pesos anuales, sobre todo por la atención a problemas de salud mental como ansiedad, depresión y autolesiones.
Ante este panorama, el Consejo de Protocolo Antibuylling advirtió que con la próxima presentación de la Norma BULL-LI:2025/A, prevista para noviembre de este año, ofrece una herramienta vital al contemplar un sistema integral de prevención, atención y seguimiento del bullying y ciberacoso, basado en el enfoque ADIPS (Atención, Detección, Intervención, Prevención, Seguimiento, Sanción y Apoyo).
La meta es clara: escuelas libres de violencia, con personal capacitado y una Política de Tolerancia Cero que proteja de forma real y efectiva a niñas, niños y adolescentes.
Desde Protocol AB, hacemos un llamado urgente a la sociedad en general para actuar y dejar de callar ante esta situación que viven millones de personas y dejar de ser cómplices con este tipo de abusos que se ven, pero no se denuncian.