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Uno de cada 400 niños desarrolla una malformación en el tórax

La cirugía de mínima invasión permite mejorar el bienestar físico y emocional del paciente

El doctor  José Manuel Mier Odriozola, cirujano de tórax, señaló que las malformaciones de tórax, se pueden atender a través de una cirugía no invasiva para remover los cartílagos deformados

El doctor José Manuel Mier Odriozola, cirujano de tórax, señaló que las malformaciones de tórax, se pueden atender a través de una cirugía no invasiva para remover los cartílagos deformados

Las malformaciones torácicas son frecuentes. En la infancia se presentan en el pecho debido a un mal desarrollo en el crecimiento de los cartílagos que puede ocasionar malformaciones.

La malformación torácica es un padecimiento que afecta a uno de cada 400 infantes,

La malformación torácica es un padecimiento que afecta a uno de cada 400 infantes,

Aunque se desconoce la causa exacta de esta malformación, denominada como “tórax en embudo”, se estima que puede tratarse de un trastorno hereditario, debido a que algunas veces estos infantes tienen antecedentes familiares.

El problema de este padecimiento, es que algunos de estos menores, en los casos graves pueden comprimir el corazón y los pulmones empujar el corazón hacia un costado.

En este sentido, el doctor José Manuel Mier Odriozola, cirujano de Tórax del Hospital Ángeles de las Lomas, especialista en cirugía torácica, explicó que, la prevalencia de este padecimiento afecta a uno por cada 400 niños, que desarrolla este defecto que se pueden observar cuando nacen o durante los primeros meses.

Aclaró que “las malformaciones de la pared del tórax son patologías que traen consigo problemas estéticos importantes, con repercusiones físicas y emocionales y se pueden empezar a percibir en niños de cuatro o cinco años y se hacen más evidentes durante la adolescencia”.

A través de una cirugía de mínima invasión, se pueden remover los cartílagos costales que no se han terminado de formar y evitar las complicaciones de esta malformación

A través de una cirugía de mínima invasión, se pueden remover los cartílagos costales que no se han terminado de formar y evitar las complicaciones de esta malformación

Esta malformación que se ha identificado como Pectus Excavatum, o tórax excavado es una afección en la que tiende a hundirse el esternón, que es un hueso plano que se encuentra al frente del pecho y conecta las costillas con el cartílago.

El esternón es parte de la caja torácica, una serie de huesos que protege el corazón y los pulmones contra lesiones, sin embargo, esta deformidad, suele desarrollarse durante la etapa del crecimiento y es más evidente durante la adolescencia.

La prevalencia es mayor en niños respecto de las mujeres, y el riesgo es que si no se corrige quirúrgicamente, esta deformación puede interferir en la función del corazón y los pulmones, ya que en los casos graves de tórax excavado, el esternón puede comprimir los pulmones y el corazón.

IMPACTO POR ESTA MALFORMACIÓN

Advirtió que si el tórax hundido se deja evolucionar, además del problema estético que representa y con ello el impacto en el autoestima de estos pacientes, puede traer problemas graves a la salud, por desviaciones de la columna vertebral, de hipoplasia (disminución del crecimiento) pulmonar y desviación de las estructuras más importantes del tórax, como son el corazón, tráquea y esófago.

Pectus simétrico es otra de las malformaciones del tórax que de no ser atendida, puede ocasionar complicaciones respiratorias y de crecimiento a estos pequeños pacientes

Pectus simétrico es otra de las malformaciones del tórax que de no ser atendida, puede ocasionar complicaciones respiratorias y de crecimiento a estos pequeños pacientes

Además, ocasiona que las personas que tienen este tipo de malformaciones no puedan realizar ejercicio, ya que experimentan una sensación de ahogo constante y se vuelven más propensas a infecciones en el aparato respiratorio y cabe destacar que no todos los casos de malformaciones son graves, sino dependerá del grado de hundimiento que presente.

Cabe mencionar que entre los signos y síntomas que se presentan, se encuentran: limitación de la actividad física, taquicardia, infecciones respiratorias recurrentes, sibilancia o tos, dolor en el pecho, soplo cardíaco y fatiga.

CIRUGÍA DE MÍNIMA INVASIÓN: LA SOLUCIÓN

El doctor José Manuel Mier dijo que en la actualidad existe una alternativa para tratar estas patologías con una intervención quirúrgica de mínima invasión que tiene la ventaja de no manipular ningún otro órgano al realizar la cirugía.

Durante la intervención, abundó, se realizan pequeños orificios se introducen las herramientas quirúrgicas y se remueven los cartílagos deformados y en su lugar se colocan unas bases de materia sintético que moldean los cartílagos cuando vuelven a crecer.

La importancia de realizar esta intervención quirúrgica a temprana edad, es idealmente a los 8 años, es decir, antes del final de la adolescencia, porque es cuando los niños tienen los cartílagos costales menos osificados, lo que permite que la remodelación ósea sea más fácil.

El cirujano de tórax, Mier Odriozola, enfatizó que “esta técnica innovadora tiene una efectividad del 99% en comparación a las técnicas que se realizaban anteriormente como la técnica de Nuss, en la cual los cartílagos volvían a deformarse cuando crecían”, con lo que dicho procedimiento originaba un dolor insoportable, no se puede dar resucitación cardiaca al paciente, en caso de necesitarlo y precisa una cirugía mayor para retirar el material 3 años después.

Ante ello, recomendó que los pacientes sean tratados por expertos en cirugía torácica de mínima invasión para tener mejores resultados y tempranamente y mejorar el bienestar emocional y físico del paciente.