Lesvy Osorio tenía solo 22 años cuando fue asesinada por su pareja. Fue encontrada muerta en una caseta de un teléfono público en Ciudad Universitaria y el caso se tornó icónico de la violencia contra las mujeres y la desfachatez macha por encubrirla.

Araceli Osorio, su madre, ha participado en manifestaciones desde ese 3 de mayo de 2017, día en que asesinaron a su hija.

En este 2021 dice: “Vine a la marcha para pelar por la verdad y la justicia que en este país, de nombre México, se hace invisible: la violencia que se ejerce contra nuestros cuerpos, contra las niñas, jóvenes”.

Cuando trataron de hacer pasar el asesinato de su hija por suicidio, Araceli comenzó a luchar. “Desde hace tiempo, en conjunto de otras madres, nos dedicamos a demostrarle a todas las autoridades que estaban mintiendo, una vez más se pretendía culpabilizar a las víctimas”.

El día 11 de octubre, Jorge Luis González Hernández fue declarado culpable de feminicidio, después de haber encontrado las pruebas suficientes para dejar en claro que él la estranguló.

Aquella sentencia no se hubiese logrado sin la tenacidad de la madre de la víctima. Las autoridades, sencillamente, no pueden festejar ese caso porque se les obligó a sancionarlo debidamente.