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Para ayudar a los niños olvidados del país, 5 estudiantes innovan y rompen barreras

Mujeres en prisión y sus bebés reciben terapia y materiales por parte de alumnos del Edron Academy School; que los bebés de la cárcel tengan el mismo futuro que otros niños, su meta

Jóvenes en prisión
Alumnos del Edron Academy School innovaron con un programa social para apoyar a los niños olvidados de México y sus Madres reclusas en penal de Neza-bordo. Alumnos del Edron Academy School innovaron con un programa social para apoyar a los niños olvidados de México y sus Madres reclusas en penal de Neza-bordo. (Cortesía de los Alumnos)

Cinco estudiantes mexicanos de preparatoria lograron romper las barreras de la pandemia y la tramitología administrativa imperante en el sistema penitenciario, para ayudar a sobrevivir e iniciar diferente su vida a “los niños olvidados del país”, los bebés de las mamás que cumplen condena en prisión.

Los niños de la cárcel no tienen contacto con el mundo exterior, con nada, y esto es de alto riesgo para su desarrollo neurológico, físico y emocional.

Aunque no cometieron ningún delito, purgan una condena incluso mayor que la de sus madres pues serán separados de ellas al cumplir 3 años.

Para estos infantes, que a nivel nacional antes de la pandemia sumaban 700, la palabra mamá no es la primera que aprenden, sino “reja” o “valla de metal”, como lo refiere Yohali Reséndiz en su libro “Los Hijos de la Cárcel”.

Si no se les ayuda a estos infantes, un día serán adultos con estas profundas huellas en su mentalidad y sistema emocional.

Lo que comenzó como un proyecto para concursar en la reputada organización Global Social Leaders GSL (Líderes Sociales Globales) que trabaja con jóvenes, el liderazgo y formación del carácter, pronto se convirtió en algo más para los estudiantes.

Fue así como Rebeca Silva, líder del proyecto; Patrick Zavala, María José Duarte, Valentina Trujillo, y Paloma Corzo, alumnos de preparatoria del Edron Academy School, implementaron un emprendimiento social llamado “Authors of our Future” (Autores de Nuestro Futuro) que ya beneficia a mujeres en prisión y sus bebés.

El proyecto fue nominado en 2021 para el Premio Especial de Elogio a la Resiliencia, por parte de GSL.

12 meses de espera

Los estudiantes conversaron con Crónica para explicar su proyecto y cómo lograron vencer los obstáculos para llevar una serie de beneficios a los infantes y sus madres, desde aprender en cursos especiales hasta soportar una burocrática espera de 12 meses para poder ayudar a las mamás y sus bebés.

Rebeca Silva platica que, aunque la espera para entrar a prisión fue larga, también fue necesaria porque las autoridades tuvieron que solucionar que un grupo de jóvenes de 16 años pudiera ingresar a servir a los bebés de la cárcel y sus madres.

“Nos topamos dentro de la cárcel con custodios y servidores públicos sumamente amables, el director general de Reinserción Social del estado de México, Juan de Dios Rodríguez Marín; de la directora del penal, Verónica Jiménez Moreno, María Antonieta Madrigal, y el Maestro Rodolfo, quien nos cuidaba, y guiaba durante nuestra estancia en el penal”, refiere Silva.

Dijo que encontrarse con servidores públicos así, le alienta a creer que aún se están haciendo bien las cosas en México.

A través de actividades de estimulación temprana y desarrollo, el proyecto busca mejorar la salud neurológica, emocional y física de los niños que crecen en las cárceles mexicanas, y cultivar un sentido de esperanza y poder personal en las madres que actualmente cumplen una sentencia, explicó María José Duarte.

Los niños de la cárcel e internos crecen socialmente estigmatizados, se les imponen prejuicios que los aíslan, por eso “Autores de Nuestro Futuro” busca que a través de un trabajo que crea conciencia social, los infantes y sus madres sean dueños y creadores de su porvenir, en lugar de ser rechazados por su origen y lo que han vivido.

Después de 15 meses de trabajo, 73 horas de capacitación en desarrollo temprano, 4 horas de reuniones con abogados y la organización Reinserta, y 32 horas de reuniones de equipo, finalmente recibieron la aprobación para ingresar primero a trabajar en la prisión mexicana de Neza-bordo, en el estado de México.

“La noticia nos enorgulleció, nos llenó de satisfacción, pero también nos trajo nuevas ideas y planes”, añadió María José Duarte, Majo, como le dicen afectuosamente.

Desarrollo Infantil

Dijo que dentro de Neza-bordo implementaron el programa denominado “Desarrollo Infantil”  impartido a las personas, observando las medidas sanitarias anti Covid.

El programa contempla la impartición de cinco talleres o áreas de desarrollo: el desarrollo de la motricidad fina, la motricidad gruesa, el lenguaje, el desarrollo emocional y el desarrollo sensorial y cognitivo.

Rebeca Silva explicó que aunque redactaron un plan muy detallado, se ajustaron a las posibilidades y necesidades de las mamás reclusas; esto implicó que impartieran un taller por cada área a 8 mamás durante 105 minutos cada uno, en un espacio reducido para trabajar motricidad gruesa.

Utilizaron 25 tipos diferentes de materiales para las actividades, la mayoría de los cuales hicieron con sus propias manos y recursos.

Paloma Corzo explicó que fue importante recibir retroalimentación directa de las madres en cada sesión para establecer procesos de mejora y lograr un impacto relevante.

Niños fuertes, México fuerte

Frederick Douglass, reformador social estadounidense que contribuyó a la abolición de la esclavitud en el siglo XIX, solía decir que "es más fácil construir niños fuertes que reparar hombres rotos".

En este sentido, Valentina Trujillo explica que están convencidas de que “sólo cuando consideremos a los niños invisibles y olvidados, se puede construir un futuro prominente para México”.

Señaló que los bebés se van de la cárcel a los tres años, como estipula la Ley Nacional de Ejecución Penal; “son los únicos años que las mamás tienen para estar con sus bebés, queremos que ellas valoren y aprovechen este tiempo con sus hijos”.

Si vemos cómo está creciendo el crimen organizado, y si queremos disminuirlo necesitamos atacar las causas, las raíces del problema, por eso es importante trabajar con estos bebés y con sus mamás, resaltó Rebeca Silva.

Detalló que antes de la pandemia, más de 700 bebés a nivel nacional estaban en esta condición; muchos salieron de la cárcel, pero no hay mucha ayuda para ellos, pocos esfuerzos se llevan a cabo para que vivan con las condiciones humanas necesarias.

Por su parte, Rebeca Silva señaló que los niños de la cárcel no tienen contacto con el mundo exterior, con nada, y esto es mucho riesgo para su desarrollo neurológico, físico y emocional.

Vivimos, dijo, en un país donde las necesidades son interminables, y con “Authors of Our Future”, estamos encaminados a trabajar con la “juventud invisible”.

Despertar el potencial

Rebeca dijo que uno de los retos más grandes que tuvieron que vencer fue el burocratismo administrativo, pero algo bueno lograron sacar de la singular espera.

“En este tiempo descubrimos más áreas de oportunidad en las que podemos ayudar dentro del sistema penal, como dar clases de inglés, donativos, o trabajar con los niños que van de visita”, explicó.

Contactar con el sistema penitenciario se presentó como el reto más significativo, pero con él también llegó nuestra mayor victoria; “si algo roto no necesita ser replanteado, es esencial someterse a uno mismo y a un proyecto, a un proceso constante de mejora”, dijo.

“Al final, aprendimos la importancia de comprometerse a confiar en los demás y en nosotros mismos y no solo a ver algo por sus pedazos rotos, sino por su potencial para convertirse en un todo mayor”, detalló Rebeca Silva.

Las toallas femeninas

Dentro de las áreas de oportunidad que descubrieron en las cuales también servir y contribuir, Majo señaló que recientemente hicieron una campaña para recolectar 10 mil toallas femeninas para las reclusas.

Su meta era recolectar 10 mil unidades y lograron recaudar 14 mil 365.

Explicó que las internas no tienen este tipo de productos de higiene femenina, que son muy importantes para su salud.

“Si ellas son saludables, respaldadas y apoyadas, les será más fácil llevar a cabo su labor como madres”, señaló.

Rebeca Silva y María José explicaron que la campaña inició dentro de la comunidad del Edron, logrando una destacada participación de las Mamás, iniciando inclusive una conversación social en la comunidad estudiantil sobre este tema.

El trabajo de recaudación creció paulatinamente a la audiencia externa de otras instituciones y grupos sociales.

“Cuando vimos la respuesta y el apoyo de las Mamás Edron, nos motivamos a seguir adelante porque entendimos que existe una comunidad comprometida que te apoya e impulsa a mejorar las cosas”, destacó Rebeca.

Añadió con pasión y energía en su voz que como sociedad “podemos vivir en una burbuja, sumergirnos en una indiferencia y falta de compromiso que está destruyendo al país, y está costando vidas”.

Tendemos a comportarnos como víctimas y querer salir del país, en lugar de asumir una responsabilidad para cambiar y mejorarlo, es necesario cambiar paradigmas, humanizar los problemas, entender que las personas son las más importantes, comentó.

Luego dijo que el principal problema de nuestra economía es que no es incluyente; “la Maternidad no se puede quedar ni permanece dentro de una reja, es necesario insertarla realmente en la sociedad para que participe y contribuya al desarrollo nacional”.

Los integrantes de “Autores de Nuestro Futuro” señalaron que la experiencia las cambió, y aunque quisieron tirar la toalla a la mitad del camino, supieron continuar unidos en equipo, y aunque el concurso de GSL termine, quieren continuarlo o trasladarlo para que siga ayudando a los niños de la cárcel.

Valorar diferente

Crónica conversó con una de las madres de los integrantes de este equipo creador de “Authors of Our Future”.

Claudia Villa, mamá de María José Duarte, compartió con el reportero cómo vivió desde su rol este esfuerzo de los alumnos del Edron.

“Me encantó verla trabajar en equipo, creando consciencia entre sus compañeros de la problemática de las mujeres madres con sus hijos en prisión; de todas estas carencias surgió lo de las toallas sanitarias, el que lograran juntar tantas sin mucha difusión, fue súper motivador para ellas, de ver que pueden influir en los demás para un bien diferente a ellas mismas”, relató.

Dijo que su hija Majo estaba impresionada de que sólo les tocase a las presas, si acaso, una toalla por día o durante todo su ciclo menstrual.

Eso las ubicó en los privilegios que tienen y que a veces los dan por hecho sin pensarlo, hasta un simple pañuelo desechable.

Con los bebés de la cárcel y sus mamás, después de estar empujando y empujando, el ver realizado su esfuerzo de ir y enseñar, y platicar, y convivir fue impresionante para todos.

“Lloraron, se emocionaron al ver que las mamás tienen poco tiempo con sus hijos, que no pueden desperdiciar ni un segundo, observar el apoyo entre ellas al compartir la botella a otro bebé, unidas en momentos difíciles, soportando y conteniéndose cuando les quitan a sus hijos a los 3 años de edad”, comentó.

Claudia Villa dijo que esto hará una gran diferencia en los jóvenes, para decisiones futuras, y para seguir construyendo una realidad más benévola para los que menos tienen y para las mamás en hijos en condiciones vulnerables, culminó.

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