El cáncer de esófago ocupa el séptimo lugar de los tipos de cáncer más frecuentes a nivel mundial, con una elevada tasa de mortalidad, tanto por su comportamiento biológico agresivo como por el retraso diagnóstico, debido a que no se presentan síntomas en sus fases iniciales.

Así lo señaló el doctor José Manuel Mier Odriozola, cirujano de tórax del Hospital Ángeles de las Lomas, quien puntualizó que algunos síntomas que merecen la pena mantenerse alerta y sospechar de que pudiera tratarse de este tipo de cáncer son: ronquera, acidez, pérdida de peso, debilidad por anemia y dificultad para comer alimentos sólidos.

En este mismo sentido, señaló que algunos hábitos como el consumo de alcohol, la enfermedad por reflujo gastro esofágico, el tabaquismo y la ingesta de cáusticos (en medicina suelen utilizarse para destruir verrugas y pequeños tumores), son los factores de riesgo más importante para desarrollar cáncer de esófago.

El especialista indicó que para el correcto diagnóstico y estadificación de este tipo de cáncer se cuenta con una importante cantidad de pruebas complementarias, en tanto que el abordaje debe ser multidisciplinario y la incorporación de recientes dianas terapéuticas abren nuevas perspectivas de tratamiento en esta agresiva patología.

El doctor Mier Odriozola mencionó que hay notables diferencias entre sexos en cuanto a incidencia y mortalidad, ya que hasta un 70% de los diagnósticos corresponden a varones, el tratamiento multidisciplinario basado en una detección en etapa temprana es la clave y la cirugía es la única manera de conseguir una curación completa.

Resaltó que la quimioterapia, radioterapia y cirugía pueden ayudar a prolongar y mejorar la calidad de vida en etapas más avanzadas y pacientes con enfermedad por reflujo, antecedentes de consumo de cáusticos, abuso de alcohol y tabaco se deben realizar endoscopías esofágicas con toma de biopsia para la detección del tumor en etapa temprana.