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El derecho a un futuro, clamor de las juventudes

La Iglesia Católica advirtió de los retos que hoy en día enfrentan los jóvenes desde verse enrolados voluntaria o involuntariamente en la criminalidad, hasta no poder hacer proyecciones a futuro y el miedo a la responsabilidad

las juventudes y su futuro

Foto: Especial

Iglesia Católica resaltó la Decimotercera Marcha por la Vida en la Ciudad de México, con el clamor de: derecho al futuro 

La Iglesia Católica respaldó el clamor de la Decimotercera Marcha por la Vida en la Ciudad de México, la cual fue convocada por organizaciones de la sociedad civil, en la cual cientos de jóvenes se unieron en una sola demanda: tener derecho al futuro.

En este contexto, la jerarquía católica mencionó que la juventud hoy en día, enfrenta diversas situaciones complejas tales como la inseguridad, verse enrolados en las redes de la criminalidad, falta de visión en un futuro, no poder definir proyectos de vida, si quieren casarse o no, tener hijos o no, entre un largo etcétera que las y los aquejan.

En la editorial “El derecho a un futuro”, publicado en el semanario “Desde la Fe”, la Iglesia Católica, señaló que lamentablemente en la actualidad el panorama de inseguridad es para las juventudes, quienes corren el riesgo de verse enrolados voluntaria o involuntariamente en las redes criminales, no tienen una visión propia del futuro mediano, es decir, que no son capaces de visualizarse en un plazo de 10 o 15 años.

La publicación resalta que “es escalofriante este dato, pero es el que aporta una gran explicación sobre el presente que están viviendo en medio de la violencia... Entre los jóvenes universitarios, un gran porcentaje se encuentra con gran incertidumbre sobre su futuro y una vez terminada la carrera, algunos ni siquiera saben si quieren casarse o tener hijos.

En este sentido, se hizo hincapié en que tal pareciera que las acciones políticas y sociales actuales están muy focalizadas a resolver el presente, lo cual es muy necesario, “pero la gran demanda de un derecho al futuro va más allá, es el mismo derecho que tenían generaciones anteriores, que podían planear su vida, su posible matrimonio, cuantos hijos tener, y hasta su jubilación.

Asimismo, se resaltó el hecho de estar viviendo una crisis antropológica y sociológica, “en la que se da mayor valor a la comodidad que a la virtud, a la pasión antes que el amor, y a la autorrealización antes que la entrega y el servicio”.

Y en el tema de la autorrealización, el planteamiento que se hace es, si ésta tiene que ver, exclusivamente con el hecho de cuestiones materiales y el miedo de enfrentarse a un futuro solos, ante el temor de un compromiso para toda la vida, tener estabilidad o compartir la propia vida, ante el miedo al sacrificio, a no cumplir con las expectativas, miedo a tener hijos, miedo a fallar.

Ese derecho al futuro también tiene que ver con el hecho de que a la mujer se le está cargando con la responsabilidad de decidir sobre sus hijos, tenerlos o no, criarlos y sacarlos adelante, a cambio de un futuro, e incluso, tener que estar ante la decisión de tener que deshacerse de sus hijos a cambio de un futuro, o el derecho que tienen los hombres a un futuro con sus hijos, e incluso el derecho a un futuro, de los seres humanos en desarrollo en el vientre materno.

Ante este panorama, la Iglesia Católica advirtió que si se sigue actuando desde una perspectiva “material e individualista, día a día estamos cancelando nuestro futuro, y sobre todo, el futuro de los niños y los jóvenes”.

La vida, se resaltó, es la realización de los sueños de los niños y los jóvenes, por ello los adultos hemos de sembrar grandes y nobles ideales en el corazón de las nuevas generaciones y ayudar a su realización en un futuro venidero.

De ahí que el reto para todas las instituciones, la familia, la escuela, la Iglesia y el gobierno, es el de colaborar para transmitir los valores y herramientas que ayudarán a las nuevas generaciones a construir un mejor futuro.