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Falta de certeza sobre identidad, punto débil en la lucha vs. lavado de dinero

México lleva una docena de años integrado a la lucha antilavado de activos procedentes del terrorismo, el narco y otras actividades ilegales; un punto vulnerable está en torno a la certera identificación de un ciudadano que realiza operaciones financieras. Verificar y dar certeza a quien abre una cuenta bancaria, por ejemplo, es vital.

Investigación

Revisiones superficiales permiten que se puedan realizar operaciones financieras con documentos falsos

Revisiones superficiales permiten que se puedan realizar operaciones financieras con documentos falsos

En el Informe de Evaluación Mutua 2018, Medidas antilavado, se indica que México, en diez años de trabajo, logró desarrollar un marco legal acorde con las medidas que se han establecido para evitar el blanqueo de activos ligados al terrorismo, al crimen organizado o incluso a la corrupción. No obstante, el talón de Aquiles, como en muchos otros casos en el país, es la implementación, lo que incluye verificar cabalmente la identidad de quien está involucrado en las operaciones financieras significativas.

Tener certeza de la identidad del usuario del sistema financiero o contar con el conocimiento debido, como se define técnicamente, es un punto débil aún en el país a raíz de un problema más general de identificación poblacional.

Eli citado Informe evalúa una década de acciones antilavado en México y deberá actualizarse hacia mediados de década; en él se señala que hay conciencia entre profesionales de la banca e instituciones financieras, así como abogados, notarios y otros profesionales que les brindan apoyo, de la necesidad de que cada persona que se integra al sistema financiero esté plenamente identificada, sea al momento de abrir operaciones personales o bien por ser el beneficiario final de alguna operación.

Los ciudadanos de a pie saben, en efecto, que este tipo de verificaciones están ocurriendo más ahora que en el pasado, pues por ejemplo en los bancos principales del país existe ya la capacidad de verificar que una credencial para votar está integrada efectivamente al registro del Instituto Nacional Electoral. Incluso una credencial INE dada de baja por pérdida y que fue repuesta, brincará como no aceptable para realizar operaciones de apertura de cuentas.

El dilema es que, a pesar de la conciencia sobre el tema que ha levantado en el sector la omnipresencia del narco en México, las revisiones de identidad pueden ser “superficiales” en parte de los operadores financieros, y más cuando se trata de sociedades pues entonces no hay un intento suficiente para “alcanzar a las personas físicas que, en última instancia, poseen o controlan la entidad”.

El Grupo de Acción Financiera Internacional sobre el Blanqueo de Capitales (GAFI) es el organismo internacional que promueve las acciones globales para combatir el blanqueo de capitales y promotor del Informe de Evaluación Mutua 2018. La revisión de la que da cuenta el documento incluyó a bancos e instituciones financieras clásicas, pero también a casinos, vendedores de metales preciosos, corredores inmobiliarios o joyas de alto valor. En ese contexto más amplio, la utilización de identificaciones falseadas para generar identidades alternas es un riesgo mucho mayor pues entre estos actores hay la creencia de que “no es su función identificar a los beneficiarios finales”.

El problema se torna complejo pues la vulneración de un sistema de identificación, el de licencias de conducir, por ejemplo, puede abrir la puerta a que con la misma identidad falsa se generen otros documentos oficiales.

Crónica ha relatado con detalle la vulnerabilidad en los sistemas de identificación actualmente existentes, iniciando por las licencias de conducir que hoy se expiden en diferentes estados con nulas normas de seguridad, y que de allí saltan hacia la credencial para votar, las actas de nacimiento y posibilitan la introducción de identidades ficticias al sistema financiero nacional.

La Comisión Nacional Bancaria y de Valores realizó una verificación in situ hacia 2015 e identificó deficiencias “con respecto a la información sobre las identidades de los clientes”, por tanto, las calificaciones de riesgo y el monitoreo necesario quedaban igualmente vulneradas. Las verificaciones arrojaron múltiples fallas que tendieron a crecer en número a lo largo de dos años.

Los bancos son el eslabón más fuerte de la cadena financiera y el número de irregularidades detectadas en los procedimientos destinados a corroborar la identidad de los clientes fue presentado abiertamente porque en realidad, señaló la Comisión, eso significaba que las fallas estaban siendo localizadas con prontitud y se realizaron acciones proactivas para terminar con ellas.

Los enviados de GAFI avalaron que en efecto ha mejoras en este punto, por lo que la cantidad de bancos con deficiencias en sus procedimientos de identificación de clientes debería estar disminuyendo.

Ya con los sistemas de pagos, préstamos, apertura de cuentas de crédito en línea, el GAFI emitió una guía de identidades (marzo de 2020) en la que refiere que la identidad que cada usuario debe estar identificado y que la identidad verificada debe empatarse con la identidad oficial de la persona. En lenguaje llano, que la persona se corresponda con la credencial con la que se identifica ante el organismo financiero y que esa credencial se corresponda con los registros oficiales para la persona con el nombre y características descritas.

Suena conveniente, aunque de implementación incierta en México, un país sin registro poblacional firme, que usa la credencial para votar como identificación oficial (no hay para menores) y que ha intentado infructuosamente generar, desde hace tres décadas, una cédula de población general.