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La importancia de cuidar tu hígado, para no necesitar un trasplante de órgano

Cuidar este vital órgano antes de necesitar un trasplante, evitando factores de riesgo como consumo excesivo de alcohol, virus de la hepatitis B o C, obesidad

Preservación de hígado para transplante

El trasplante de hígado, es la última alternativa cuando este órgano ha perdido la capacidad de continuar con sus funciones. Muchos factores de riesgo se pueden modificar a fin de tener un hígado sano

Carlos Garcia Pozo

El hígado, órgano esencial para el organismo, es capaz de procesar cerca de 100 litros de sangre cada hora, además, regula los niveles químicos en la sangre, produce la bilis (importante para la digestión), ayuda a transportar sustancias de desecho.

También se encarga de descomponer las grasas, sintetiza colesterol y proteínas especiales, depura fármacos y regula la coagulación sanguínea, entre muchas otras funciones.

A diferencia de cualquier otro órgano, el hígado es capaz de regenerarse a sí mismo, con lo que, por ejemplo, alguien se convierte en donador vivo de hígado, este órgano tanto en el donador como en el receptor crecerá a un tamaño normal.

Las complicaciones comienzan cuando algo ocurre en el organismo y este vital órgano comienza a fallar, más grave aún si se toma en cuenta que el daño hepático regularmente se manifiesta cuando ya se encuentra en etapas avanzadas.

Entre los factores de riesgo que pueden ocasionar daño hepático se encuentran los virus de la hepatitis B o C, la obesidad y el sobrepeso, debido a que la grasa se acumula alrededor del hígado, ocasionado lo que se conoce como “hígado graso”, también el consumo excesivo de alcohol en el largo plazo, la automedicación, alguna enfermedad hereditaria.

También se debe tomar en cuenta como factor de riesgo el uso de jeringas contaminadas, relaciones sexuales de alto riesgo (con desconocidos, sin protección), así como transfusiones de sangre contaminada, piercings, e incluso tatuajes en establecimientos no certificados, por la contaminación de las agujas que se utilizan en múltiples ocasiones, todos ellos ponen en peligro a las personas de contraer el virus de la hepatitis C, que puede causar hepatitis aguda o crónica.

Pero, cuando el hígado se ha dañado y ya es incapaz de regenerarse, muchas veces el paciente con daño hepático necesitará un trasplante. Al respecto, es importante mencionar que datos de la Secretaría de Salud, al cierre del 2021, la lista de pacientes en espera de un hígado era de 238.

OPTAR POR ESTILOS DE VIDA SALUDABLE

Ante este panorama, el doctor Juan Andrés Beck, médico cirujano de Caritas Pharma, en entrevista con Crónica, enfatizó la importancia de que las personas, de preferencia desde temprana edad y adultos en general, opten por estilos de vida saludables que reduzcan en un futuro, el riesgo de tener complicaciones en el hígado.

Ello, debido a que cuando las personas llegan a la etapa en la que necesitan un trasplante de hígado, los tiempos son muy inciertos, si no se cuenta con un donador de órgano vivo que acceda a donar un segmento de su hígado.

De no ser así, hay que entrar a una lista y esperar a correr con suerte de que el tan anhelado órgano llegue, una vez, realizado el trasplante, la vida del paciente no vuelve a ser la misma, ya que tendrá que tomar inmunosupresores durante una temporada, cuya función es precisamente hacer que el organismo no rechace el nuevo hígado, como un sistema de defensa, al no reconocerlo como parte del organismo, además de mantener un estilo de vida saludable.

Al respecto, el doctor Juan Andrés Beck enfatizó que los inmunosupresores dan esperanzas a los pacientes trasplantados, al cumplir con la función de suprimir la respuesta inmunológica del organismo para “defenderse” del rechazo del nuevo órgano trasplantado.

Asimismo, estableció que una vez que se concreta el trasplante, el consumo de los inmunosupresores, es obligado, como la vigilancia médica estricta y puntual “para evitar efectos secundarios a largo plazo o riesgo de contraer infecciones y enfermedades”.

Respecto al tipo de inmunosupresores, señaló que las terapias pueden ser de inducción, de uso intravenoso, para prevenir el rechazo agudo y crónico durante las primeras semanas post-trasplante, o de mantenimiento, de uso oral, que deben tomar a largo plazo para conseguir una buena función del injerto con la máxima supervivencia del receptor.

El llamado, dijo, es a que la población en general comience a tomar conciencia respecto de la importancia de la salud hepática, adoptar hábitos de vida saludables y buscar atención médica oportuna en caso de cualquier preocupación relacionada con su hígado”.