Nacional

El ISSSTE de SLP realiza la primera cirugía endoscópica cerebral

Menor de 10 años que padecía hidrocefalia, es intervenido exitosamente, intervención quirúrgica que permitió evitar daño neurológico y riesgo de muerte

A través de una neurocirugía de mínima invasión, especialistas del ISSSTE realizaron con éxito la primera cirugía endoscópica de cerebro a un paciente de 10 años

A través de una neurocirugía de mínima invasión, especialistas del ISSSTE realizaron con éxito la primera cirugía endoscópica de cerebro a un paciente de 10 años

El equipo de especialistas del ISSSTE lidereado por el médico especialista en neurocirugía Luis Héctor Santoyo Treviño, realizaron con éxito la primera cirugía endoscópica de cerebro en un paciente pediátrico, de apenas 10 años.

El menor fue atendido en el Hospital General del ISSSTE, en San Luis Potosí, debido a que padecía hidrocefalia, intervención que le permitió evitar daño neurológico, pérdida de alguna extremidad e, incluso, la muerte.

El especialista resaltó que la hidrocefalia es una enfermedad que suele ser hasta cierto punto común en la infancia, aunque tiene diferentes causas y consiste en acumulación de líquido en el interior del cerebro.

El tratamiento convencional es mediante la colocación de una válvula, la cual provee una salida alternativa al líquido cefalorraquídeo hacia el abdomen, aunque, en los casos en que el líquido no es drenando de manera adecuada, su acumulación provoca destrucción del tejido cerebral, con el consiguiente daño neurológico y, en algunas ocasiones, hasta la muerte.

En el caso de que al paciente se le coloque una válvula, ésta tiene la desventaja de que puede infectarse o ya no funcionar, por lo que puede requerir cambiarse cada determinado tiempo o retirarse de manera definitiva, con el daño al cerebro que esto implica.

Ante este panorama, el neurocirujano Santoyo Treviño explicó que, en el caso del menor intervenido, la cirugía endoscópica realizada con éxito para corregir la hidrocefalia, permitió evitar los inconvenientes de la válvula, ya que se abrió el conducto de drenaje natural del líquido cefalorraquídeo.

El procedimiento quirúrgico, que fue de mínima invasión, consistió en hacer un pequeño orificio de tres a siete milímetros de diámetro en el cráneo del paciente, a través del cual se introdujo un neuroendoscopio flexible hasta las cavidades naturales del cerebro “y mediante cortes muy finos, precisos y controlados bajo visión endoscópica, abrimos nuevamente el conducto de drenaje natural del líquido cefalorraquídeo”.

Esta neurocirugía permite en algunos casos, prescindir de la válvula de derivación. “Vale la pena resaltar que es un procedimiento más rápido y con menos posibilidades de complicaciones que la colocación de la válvula”, enfatizó.