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Labores domésticas y cuidados a familiares, excluyen a mujeres del mercado laboral 

De 45 millones de mujeres de 15 años o más, sólo 16 millones tienen un empleo remunerado con permanencia a un año: CEEY

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Trabajo doméstico excluye a mujeres

Trabajo doméstico excluye a mujeres

Las labores domésticas o el cuidado de otras personas, entre ellas familiares, han provocado que millones de mujeres en México sean excluidas del mercado laboral y la pandemia vino a agravar ese problema pues alrededor de 29 millones de ellas no tienen un trabajo remunerado con permanencia a un año.

De 45 millones de mujeres de 15 años o más, sólo 16 millones tienen un empleo remunerado con permanencia a un año.

“La baja participación de las mujeres en actividades remuneradas se asocia con el elevado trabajo de cuidados que realizan dentro y fuera del hogar, lo que las mantiene fuera de la Población Económicamente Activa (PEA) o en trabajos de baja remuneración y limitadas posibilidades de desarrollo laboral”, aseguró el director de Movilidad Social del Centro de Estudios Espinosa Yglesias,(CEEY), Rodolfo de la Torre.

Detalló que el principal obstáculo a la movilidad laboral de las mujeres ha sido su exclusión del mercado de trabajo para realizar, sin reconocimiento ni remuneración alguna, labores domésticas o de cuidado de otras personas.

Una vez empleadas las mujeres pueden enfrentar menores salarios, escasas oportunidades de ascenso y falta de prestaciones sociales, en comparación con los hombres, pero la mayor desventaja de las mujeres para su movilidad laboral es pasar del trabajo en el hogar, el desempleo o las tareas no remuneradas a tener un empleo remunerado.

Este obstáculo se acentuó durante los dos últimos años con la pandemia de COVID-19, de acuerdo al reporte de Movilidad Social en el Mercado de Trabajo del CEEY.

La baja participación de las mujeres en actividades remuneradas se asocia con el elevado trabajo de cuidados que realizan dentro y fuera del hogar, lo que las mantiene fuera de la Población Económicamente Activa (PEA) o en trabajos de baja remuneración y limitadas posibilidades de desarrollo laboral.

Rocío Espinosa, investigadora del CEEY, indicó que, en materia de ingresos continuos por el trabajo en el transcurso de un año, se han recuperado respecto a 2021 el total de personas, tanto hombres como mujeres, en esta situación.

En el documento se enfatiza que, durante el periodo 2006 a 2019, las mujeres tuvieron menos posibilidad que los hombres de transitar del desempleo o del trabajo no remunerado hacia un trabajo remunerado, así como acceder a los servicios de salud debido a su empleo

Esto se debe, en buena medida, a que tienen a su cargo casi la totalidad del trabajo de cuidados, y lo realizan de forma no remunerada, en el ámbito privado, al margen de la protección y de la seguridad social. Estos factores, junto con otros, hacen que la movilidad social ascendente desde los estratos de bajos ingresos sea más complicada para las mujeres y las hace vulnerables, incluso, a abandonar empleos de altos ingresos en caso de llegar a ellos.

En el cuarto trimestre de 2019, la población económicamente activa era de alrededor de 22.2 millones de mujeres y 35.1 millones de hombres.

Cayó drásticamente a 18 millones de mujeres y 30.4 millones de hombres para el segundo trimestre de 2020, y regresó a un nivel y composición semejantes a los previos a la pandemia en el segundo trimestre de 2021 (22.7 millones de mujeres y 35.2 millones de hombres).

Lo anterior significó que, de finales de 2019 al primer trimestre de 2020, 8.3 millones de personas pasaron de la PEA a la inactividad económica. De estas, alrededor de 3.7 millones fueron mujeres.