
Una familia venezolana se guió con un mapa escolar, comprado en una papelería, para llegar a la frontera con Estados Unidos.
Padre, madre e hijos esperaron tres días en el municipio de Huehuetoca, Estado de México, para poder subirse a La Bestia, para ir en busca del sueño americano.
“Fue dura la travesía: en el primer tren duramos ocho horas, en el segundo 38 horas y el tercero 24 horas”, narró la migrante venezolana.
El pasado 17 de abril, la familia partió de la Ciudad de México al Estado de México en busca de la casa migrante que se encuentra en el municipio de Huehuetoca, de ahí abordarían el tren de la muerte.
Tres días después lograron subir a La Bestia. “Nos llevamos telas y cartones para taparnos del sol, íbamos arriba de los contenedores; de día el calor nos caló, pero de noche nos congelamos tanto que no podíamos mover las manos y nos tuvimos que acurrucar entre todos para no pasar frío mientras el tren avanzaba”, contó el hombre.
“Guardamos galletas María para no pasar hambre y había lugares en los que la gente aventaba comida y botellas de agua; si alcanzabas, pues comías bien a gusto, pero a muchos no nos tocó, yo agarré puras botellas de agua, con eso sobrevivimos”.
Los venezolanos llegaron a Tamaulipas este domingo 23 de abril con sueño y hambre, pero felices de estar en la frontera en busca del sueño americano.
Alejandra, una de las venezolanas confía en que podrán ingresar a EU, sin embargo, están pensando en cómo cruzar; “nos estamos quedando en un parque mientras reunimos un poco más de dinero, estamos pidiendo limosna, no podemos trabajar porque piden muchos papeles y no tenemos el permiso de la Comisión Mexicana de Ayuda a los Refugiados (COMAR).
Los cinco migrantes venezolanos, entre ellos una niña de dos años y medio y un bebé de 7 meses, tardaron dos meses y medio en poder cruzar la República Mexicana su último objetivo lo tienen a unos pasos, pisar suelo estadounidense.
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