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Mexicanos, seis de cada 10 migrantes en albergues de Tijuana

Mientras los parranderos van dejando sus dólares en los congales, esta urbe se transforma en una postal de periplos, donde todos los días se aspira a cruzar hacia la vida, aunque se muera en el intento.

Reportaje

Albergue en Tijuana

Albergue en Tijuana

Daniel Blancas

Tijuana se abrevia en una estampa discordante: en medio de los dos burdeles más colosales de la ciudad: Hong Kong y La Adelita, cuyos bailoteos se extienden hasta el amanecer, se asienta la sede de una legendaria iglesia cristiana donde anuncian sermones dominicales.

Eso es Tijuana: plegarias y excesos. Carmines y cánticos. Culpa y deseo.

Contrastes de Tijuana: burdeles e iglesia cristiana

Contrastes de Tijuana: burdeles e iglesia cristiana

Daniel Blancas

Sobre la calle de Coahuila -en la zona norte de la ciudad- cientos de aventureros, en especial jubilados estadounidenses y jóvenes descarriados de aquel país, desfilan hacia la gran manzana de las tentaciones. Sorprende, en el trayecto de la garita de San Isidro a la zona de tolerancia, la cantidad de establecimientos ofertando pastillas y otros fármacos para el “vigor sexual”, indispensables para gringos, asiáticos y mexicoamericanos ya entrados en años, los clientes más asiduos.

Y allá van. Vamos…

Desde la garita, es posible abordar una suntuosa limusina para llegar al primer bamboleo del día.

Mientras los trasnochadores aceleran el paso rumbo al monstruo escarlata, el emblemático Hong Kong y su complejo hotelero para servicios VIP, a unos cuantos metros decenas de mujeres migrantes, la mayoría embarazadas, suplican por atención médica.

Mujeres migrantes a la espera de atención médica

Mujeres migrantes a la espera de atención médica

Daniel Blancas

Mientras los parranderos van dejando sus dólares a cada movimiento de cadera, como generosa propina, esta urbe se transforma en una postal de periplos, donde todos los días se aspira a cruzar hacia la vida, aunque se muera en el intento.

Mientras se barren billetes verdes de las plataformas húmedas y sudorosas, Tijuana es un mosaico de olvido e ineficacia gubernamental -en todos sus niveles-, en el cual se van amontonando historias de crueldad y desdicha.

Los congales y cantinas, desbordados. También los refugios para migrantes, con sus testimonios desgarradores.

MICHOACÁN Y GUERRERO.

“El mayor porcentaje es migración interna. Es más silenciosa, no vienen en caravanas, por eso no hay tanta cobertura, pero su flujo es constante, diario. Los mexicanos están llegando en familias: 8, 10, 15 personas. La mayoría tenía trabajo, o cultivos, pero fueron amenazados por el crimen: les cobran suelo, les mataron a un integrante, venden lo que pueden y se vienen todos”, describe a Crónica Enrique Lucero, titular de la Dirección de Atención a Migrantes (DAM) en Tijuana.

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Migrantes en Tijuana

“Es un fenómeno que viene de la famosa guerra contra el narco, desde principios de 2008, pero no ha parado, y hoy se ve con mayor nitidez”.

La red de albergues de esta urbe, acostumbrada desde hace años a las oleadas migrantes, comprende 25 albergues: 22 subsidiados por privados, filántropos, iglesias y donantes del extranjero; y 3 oficiales: uno del gobierno estatal, otro del federal y uno más de organismos internacionales.

Su capacidad total, según la DAM, es de 5 mil personas. Hoy, está desbordada, y el 60 por ciento corresponde a connacionales; de entre éstos, más del 90 por ciento son familias desplazadas, la mayoría de Michoacán y Guerrero.

La sobrepoblación se ha agudizado desde el 20 de mayo pasado, cuando un juez federal en la Unión Americana ratificó el Título 42 impuesto por Donald Trump en marzo de 2020, el cual permite la expulsión inmediata de migrantes de territorio estadounidense -sin el debido proceso- por razones sanitarias.

Migrantes en Tijuana

Migrantes en Tijuana

Daniel Blancas

“Antes de este fallo judicial entró a Estados Unidos gente de diferentes albergues, por el programa Farol Humanitario, que abría la puerta a familias con más de un año en la frontera. Aunque el Título 42 seguía, el paso de ucranianos empujó también la entrada de centroamericanos y mexicanos. Como los ucranianos eran aceptados, diversas organizaciones lanzaron una controversia por discriminación a otros migrantes y hubo cierto éxito, pero desde finales de mayo, todo se paró”, cuenta José María García, director del Movimiento Juventud 2000, el cual da cobijo a migrantes, a unas cuantas calles de los antros eróticos.

“Viviremos, quizá, el tránsito más largo de migrantes en la historia de Tijuana. Antes, las solicitudes de asilo se resolvían en semanas; ahora, con la extensión del Título 42 y el discurso antiinmigrante que va ganando terreno en Estados Unidos, somos ya un cuello de botella. Sigue llegando migración y no se procesan solicitudes de asilo, hay un rezago de más de 20 mil”, refiere Lucero Vázquez.

-¿Qué implicaciones tendrá para la ciudad? -se le pregunta.

-Los albergues no están diseñados para una estancia tan larga, porque su función es reintegradora: los migrantes reciben apoyos y servicios y, después de un par de meses, salen con una decisión de vida. Pero hoy no tomarán otras opciones hasta que resuelvan la incógnita de ayuda humanitaria o asilo político.

-¿Cuáles son esas opciones?

-Quedarse en Tijuana y encontrar trabajo; regresarse a su lugar de origen o brincarse de manera forzada. Ahorita no se moverán de donde están, acaso trabajarán de manera informal ganando muy poco y sin incorporarse a la sociedad, y lo que esperamos son albergues con problemas por cobros altos de luz, agua y otros servicios, escasez de alimentos, contagio de enfermedades, inseguridad y falta de higiene. Nadie cambiará de opinión hasta que un agente de migración les diga: ´no aprobado´.

-¿Cuál es el perfil con más probabilidades de aprobación?

-Hondureños, guatemaltecos o salvadoreños tienen más chance que los mexicanos, porque vienen huyendo de todo un país, y los nuestros de un estado o un municipio. Quizá no pueden vivir en Michoacán, pero les dirán que sí pueden vivir en otra entidad. Para los agentes y jueces estadounidenses, México no es considerado un estado fallido, como sí otros países centroamericanos. Tampoco un país autoritario, como Rusia, Cuba o Venezuela. Sí hay casos que entran, pero hay que demostrar el por qué, lo que se llama el miedo creíble, con pruebas o documentos de quién o cómo te están amenazando o persiguiendo.

ME FREGARON CON FIERROS.

Yo podría llevar una radiografía, para que vean cómo tengo los huesos de fuera, que ya ni andar puedo -se ilusiona Anselmo Ruiz, desplazado de Tecpan de Galeana, Guerrero, y quien llegó a Tijuana con su esposa y cuatro hijos: de 15, 13, 11 y 9 años.

Su padre fue asesinado, “por no ceder sus terrenos para sembrar cochinadas”.

-¿Qué cochinadas?

-Amapola. Ellos quitan las tierras y, si armas escándalo, te matan. Así mataron a una familia de ocho, se quedaron con las parcelas, el ganado y todo, y el pueblo siguió como si nada -narra entre sollozos.

Anselmo camina con dificultad: “Me agarraron los malos y me fregaron los pies con unos fierros, dijeron que seguiría yo o alguno de mis hijos si me negaba a dar las tierras. Yo tenía que ir al doctor, pero la familia no quiso, porque, decían, ahí me rematarían. Con una tabla, mi esposa me pegó el pie, por eso quedé mal, tengo el hueso salido y, cuando hago fuerza, me duele. Ya me lo iban a arrancar, como un animal”.

-Vete ya, hazlo por los niños -le dijo su madre-. Prefiero saber que están lejos a enterrarlos aquí…

Como pudo, en secreto y de madrugada, un tío los llevó a Zihuatanejo, donde tomaron un camión hacia la frontera.

-Papá, ¿por qué no hemos ido a visitar a la familia que nos prometiste? -le pregunta con insistencia el más pequeño, a quien mintió para evitarle un susto.

-Ya iremos. Anda a ver la tele -le dice Anselmo en este refugio hacinado desde el cual se escuchan los murmullos de esta ciudad fragorosa, de pecado y destierro…

Migrantes ven la televisión

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Daniel Blancas