Nacional

Puebla, primera crisis regional de la Guardia Nacional

 El regreso del “entre” (la extorsión a transportistas), así como el incremento de asaltos carreteros y el asesinato de un candidato morenista, configuran el estatus de la estación Puebla de la Guardia y la respuesta tajante que se dará después de Semana Santa

Puebla y sus autopistas

Puebla y sus autopistas

Especial

La primera crisis regional de la Guardia Nacional se generó en Puebla, donde se verificará –después de Semana Santa– un manotazo decidido por el mando superior militar. “La reestructura”, una limpia general en realidad, fue decidida luego de que se detectara la corrupción entre los uniformados que deben cuidar las autopistas y evitar el asalto a transportistas.

El detonante de la decisión ha sido la ejecución del candidato morenista a la presidencia municipal de Acatzingo, Jaime González Pérez, quien, además, fue ultimado a plena luz del día en su lote de venta de autos usados el pasado 23 de marzo.

En efecto, la situación en Puebla termina vinculada, de una u otra manera, a los vehículos y a los delitos que han proliferado en la entidad ligados a ellos: robo de carga, robo de autopartes o unidades completas y, ahora, la corroboración de que guardias nacionales se corrompieron para participar en esos negocios ilegales.

Las estadísticas de robos a transportistas y tráfico de autopartes en la entidad es alarmante, pues si bien se trata de un área de mucho tráfico vehicular, incluyendo el transporte pesado, se supondría que la vigilancia en Puebla es mucho más fácil que en otras entidades. El tráfico corre prioritariamente sobre caminos que cruzan de este a oeste y que tienen buena infraestructura para que la Guardia Nacional realice la vigilancia.

Crónica publicó recientemente el regreso del “entre” en la Guardia Nacional, hábito en el que los uniformados cobran a gremios de transportistas para que sus unidades no sean detenidas en sus trayectos. Esto involucró mandos y policías rasos de la guardia y desencadenó recorridos sorpresa y, en efecto, se detectó a una escuadra de guardias con un sujeto al que mantenían secuestrado. El sujeto había participado en el traslado de un vehículo robado y los guardias, en lugar de remitirlo junto al vehículo a la autoridad ministerial, pidieron un rescate en efectivo al jefe de la banda criminal.

Los elementos asociados a ese hecho ya están bajo proceso, pero la revisión a caso del caso Puebla tiende a convertirse en emblemático para evitar la propagación de la corrupción en la aún joven corporación que sustituyó a la Policía de Caminos y a la Policía Federal.

Las alarmas ya en rojo de la estación Puebla de la Guardia Nacional terminaron por convertirse en crisis total ante el artero ataque contra Jaime González Pérez, el candidato morenista asesinado. 

La Guardia Nacional en Puebla estaba ya con problemas de corrupción justo cuando las protestas de transportistas y el ataque a candidatos se incrementó.

Los anuncios sobre lo que se hará en Puebla para enderezar el camino se darán a conocer después de Semana Santa.