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Recorte presupuestal y cancelación de proyectos merman esquema de vacunación

 Otro austericidio en salud; una investigación de Daniel Blancas en Crónica

Vacunación a niños menores de 15 años

Vacunación a niños menores de 15 años

Cuartoscuro

El descenso en la cobertura del esquema básico de vacunación durante la 4T, también está ligado a un recorte presupuestal…

De acuerdo con datos proporcionados por el gobierno mexicano a la Organización Mundial de la Salud (OMS) para la elaboración del informe “Retroceso en la inmunización infantil” -el cual fue publicado el año pasado-, el gasto gubernamental en este servicio tuvo una reducción drástica a partir de 2019.

Mientras en 2018 se destinaron 8 mil 300 millones de pesos -incluye compra de vacunas e implementación del sistema ordinario a nivel nacional-, el monto se desmoronó en 2019 hasta llegar a 3 mil 750 millones de pesos.

Para 2020 creció un poco, pero quedó rezagado en comparación con los años previos: 4 mil 437 millones de pesos.

2a parte de la investigación

Para 2019 y 2020, monto para este servicio en México se desmoronó más de 50%: OMS. El sistema, fracturado: anulan desde la Federación Cartilla Electrónica, pero en algunos estados sigue vigente. Información de casi 3 millones de niños, a la deriva.

En 2016 y 2017, por ejemplo, el presupuesto había rondado los 6 mil millones de pesos.

El gasto de 2021 deberá ser compartido con la OMS en las siguientes semanas, para presentar un nuevo reporte en julio de este año.

A la reducción financiera se sumó la cancelación de proyectos como la Cartilla Electrónica de Vacunación (CEV), el cual, en teoría, pretendía dar mayor certeza a los insumos relacionados con vacunas, y había sido financiado por la Fundación Carlos Slim, en conjunto con otras organizaciones y empresas.

Pero el plan del magnate mexicano fue desechado…

Hoy, se desconoce cuál es el abasto real de vacunas para el esquema básico y cuántas se suministran de manera efectiva. También se carece de un modelo de seguimiento al avance de aplicaciones. En suma, no hay en el país un sistema de información confiable sobre la vacunación tradicional.

El proyecto de la CEV está descartado en la presente administración, confirmó a Crónica José Luis Díaz Ortega, director del Centro Nacional para la Salud de la Infancia y la Adolescencia (CeNSIA) y responsable del programa.

SIN UNIFORMIDAD. Según el documento “Avances, logros y retos de los programas de prevención y promoción de la salud”, editado por la Secretaría del ramo a finales de 2018, la Cartilla Electrónica buscaba “contribuir a proteger a la población, asegurando que todas las personas reciban efectivamente sus esquemas completos de vacunación, mediante el uso de una herramienta que facilita el acceso a información en tiempo real sobre las acciones de inmunización”.

Además de “unificar los criterios para la administración de vacunas y facilitar el trabajo del personal de vacunación mediante la automatización de procesos”.

Se trataba de una plataforma operable con o sin conectividad, la cual funcionaba en dispositivos móviles o computadoras. Usaba etiquetas electrónicas adheribles a la cartilla de papel, así como códigos QR para transmitir datos a un sistema integral de información.

Las pruebas piloto se desarrollaron entre octubre de 2014 y mayo de 2015 en unidades de salud de Toluca y Colima. A finales de 2018 se reportaba la incorporación de cerca de 4 mil 500 unidades en 19 estados de la República.

La anulación dictada por la actual administración lopezobradorista fracturó el sistema de vacunación: mientras a nivel federal se prohibió el uso de la CEV, a nivel estatal algunos gobernadores han respaldado su implementación.

De acuerdo con datos de la Fundación Slim actualizados a marzo de este año, el sistema aún es operado en siete estados: Guanajuato, Querétaro, San Luis Potosí, Zacatecas, Campeche, Durango e Hidalgo.

La propia Fundación contribuyó a la creación de un Observatorio Mexicano de Vacunación (OMEVAC), el cual, hasta la fecha, sigue informando de los avances: admite contar con información de más de 2 millones 800 mil niños. Casi el 45 por ciento de estos casos (1 millón 253 mil menores) corresponden a las entidades donde se sigue utilizando esta cartilla. En 2022 se han añadido 25 mil registros nuevos.

Nadie sabe, tampoco, cuál es el destino y uso de estos datos.

La inversión es incierta: la única referencia la dio la propia Fundación Slim en agosto de 2017, cuando sólo llevaba 200 mil niños registrados -ahora, como ya se informó, son casi 3 millones- e informó de un desembolso, hasta ese momento, de más de 370 millones de pesos.

-¿Sabe el gobierno mexicano cuánto dinero se ha destinado a ese proyectó? -se preguntó al director del CeNSIA?

-No se tiene información sobre el costo de esa política, ya que la cartilla electrónica no estaba definida como una política oficial.

Hugo López-Gatell, subsecretario de Prevención y Promoción de la Salud, acusó en una entrevista previa un mal manejo de la información recabada sobre la niñez mexicana:

“Durante casi un sexenio nunca se le dio a la Secretaría los accesos razonables y suficientes (a la información). Lo intentamos, no teníamos prejuicio, pero no teníamos un sistema de información, y esa información es propiedad del gobierno, por ley. Nunca vimos que el sistema estuviera encaminado a ser útil”.

Pero en campo, los mensajes son contradictorios. No hay uniformidad ni coordinación en torno a la estrategia nacional de vacunación.

“La cartilla electrónica se quedó en proyecto, ya no existe. Desde 2020 se terminó. Ahora la OPS recomienda el registro nominal de vacunación, y en esa parte se tiene que trabajar para fortalecer la tecnología y el registro de todas las personas vacunadas”, dijo a este diario Conchita Félix, coordinadora de vacunación en Sonora.

Pero en Guanajuato, por ejemplo, la postura fue opuesta…

“Nosotros seguimos operando el sistema de la cartilla electrónica, es una decisión del estado. La plataforma está alineada a tabletas electrónicas en las cuales descargamos el programa, la información de vacunación de los niños queda registrada en un chip, de tal manera que, cuando ellos regresan a la unidad, nos despliega todo su esquema y nos marca cuáles son sus vacunas pendientes”, contó Laura Patricia Quintero, durante muchos años líder de vacunación en la entidad.

“La ventaja es que no necesitamos Internet al momento de captura, podemos andar en el cerro y funciona, y ya cuando se llega a la cabecera municipal la información se sube a la nube. El problema es que la Federación nos quitó recursos: ya teníamos trabajando a gente que capturaba los registros a través del Ramo 12, y decidieron quitar el presupuesto para pagarle a quienes ya estaban capacitados”.

-¿Falta entonces dinero?

-Lo que hace falta es que se quiten esa idea de politizarlo todo, de alardear que en el poder hay un nuevo partido y un nuevo presidente y que se está corrigiendo todo lo mal que se hizo antes. No son los salvadores del mundo, al contrario, nos están dando en la madre porque están tirando a la basura los avances en muchos programas.