
Con subjercicios, subfinanciado, desabasto de medicamentos,fragmentado y segmentado, el sistema de salud en México es uno de los grandes pendientes del gobierno del presidente Andrés Manuel López Obrador quien ha presumido hasta el final de su gobierno que está a los niveles o aún mejor que el de Dinamarca, considerado uno de los mejores del mundo.
De hecho, México registró en estos últimos años, un menor avance en indicadores de salud en comparación con América Latina y el Caribe.
De acuerdo con el informe de la OCDE sobre el panorama de salud actualizado a 2022, cerca de 3 de cada 10 mexicanos están fuera del derecho a los servicios médicos de prevención y atención.
En otras palabras, sólo el 72% de la población tiene una cobertura de salud básica, este nivel es el más bajo entre los 38 países de la OCDE (Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos).
El acceso a servicios médicos en México es bajo incluso comparada con economías más pequeñas de América Latina, como Chile y Costa Rica que tienen al 77 y 86% de sus poblaciones con cobertura de salud.
Por si fuera poco, el subjercicio aparece como una de las medidas más incomprensibles en el sector salud, sobre todo cuando hay una serie de carencias en infraestructura, insumos y medicamentos que impactan de manera importante en la salud de la población.
Prueba de ello es el 2023, donde se aprobó un aumento de 4.2% en el gasto en salud respecto a 2022, lo que sumaría 937,492 millones de pesos.
Pero de poco sirvió ese aumento pues solo se aplicaron 875,353 millones de pesos, esto es 62,139 millones de pesos menos, lo que equivale a un subejercicio de 6.6%, el mayor en los últimos diez años, según el Centro de Estudios de Investigación Presupuestaria (CIEP)
En el estudio “Evolución del gasto en salud”, el CIEP admitió que si bien todos los años existen ajustes respecto al gasto aprobado, de 2019 a 2023 se identifican las mayores diferencias entre el gasto aprobado y el gasto ejecutado.
GASTO DE BOLSILLO
En México, el gasto de bolsillo, es decir, aquel donde las familias deben costear los gastos médicos, es casi igual al que destina el gobierno federal equivalente al 5.5% del PIB. En promedio, el gasto en salud per cápita es de 1,181 dólares. Estos son también de los niveles más bajos entre los países miembros de la OCDE.
Casi la mitad (47%) del gasto total en salud recae en las familias, con los desembolsos periódicos que realizan en consultas, medicamentos, dentista u hospitalización. El 53% restante viene de los recursos públicos.
Sin embargo, esta situación es complicada para millones de mexicanos principalmente en los estratos socioeconómicos más bajos, pues ello reduce su acceso efectivo a la salud. Con ello, quienes no pueden pagarlo, no tienen acceso a la salud.
“La desigualdad limita el acceso a la salud, el desarrollo y la movilidad social de los mexicanos”, establece un análisis del Centro de Estudios Espinosa Yglesias
Dicho análisis que demuestran las carencias en nuestro sistema de salud; información diferente a las versiones oficiales donde se establece que la esperanza de vida se ha estancado en 74.8 años
Detalla que la esperanza de vida en México ha mostrado pocos avances en los últimos años, estancándose alrededor de los 74.8 años desde 2014, sin cambios significativos en 2022, con un aumento en la mortalidad por causas violentas.
El gasto en salud apenas alcanza 3 % del PIB, muy por debajo de la recomendación internacional de 6 %.
Asimismo la prevalencia de sobrepeso y obesidad en la población adulta y el aumento en la prevalencia desde la infancia,
Recalca que el sistema de salud mexicano enfrenta tres problemáticas:
Subfinanciamiento donde el gasto en salud apenas alcanza 3 % del PIB, muy por debajo de la recomendación internacional de 6 %.
La segmentación pues el sistema ofrece funciones de manera diferenciada dependiendo de la situación laboral de las personas.
De igual manera la fragmentación donde la falta de articulación entre los servicios de atención primaria y los de mayor especialidad contribuye a su fragmentación.
En ese contexto, el CEEY advierte que el subfinanciamiento, segmentación y fragmentación del sistema de salud afectan la calidad de la atención, que además no se distribuye de manera equitativa perjudicando a la población más vulnerable. Esto se traduce en una alta desigualdad de oportunidades para recibir atención médica.
PREVALECENCIA DE DIABETES E HIPERTENSION
El estudio advierte que la prevalencia de sobrepeso y obesidad en la población adulta y el aumento en la prevalencia desde la infancia, seguirán ocasionando el aumento de padecimientos no transmisibles, sobre todo diabetes e hipertensión, que representa desafíos adicionales que requieren atención inmediata.
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