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Ver la tierra desde el espacio cambió mi perspectiva, pensé en la humanidad y ahora busco ayudar: Katya Echazarreta

“Después de haber visto nuestro planeta puedo asegurar que es lo más hermoso que un humano puede ver en su vida”

Foto: Katya Echazarreta

Foto: Katya Echazarreta

Katya Echazarreta, la primera astronauta mexicana en viajar al espacio, desde muy pequeña tuvo grandes sueños y determinó hacerlos realidad sin importar la edad que tenía o lo que le decían las personas que la rodeaban.

“A los 7 años tuve un sueño y por primera vez dije las palabras que me cambiarían la vida por completo; yo voy a ir al espacio, yo voy a estar en la NASA”.

Durante un evento organizado por el Gobierno capitalino, la jalisciense, de 27 años, compartió con decenas de niñas cómo alcanzó sus sueños y los obstáculos que atravesó para cumplirlos. Aseguró que el determinar las cosas fue de suma importancia para hacer la diferencia; “yo no decía yo quiero hacerlo, voy a intentar o a ver si puedo, esas no fueron las palabras, las palabras fueron: yo voy a ir al espacio y esa diferencia es muy importante”.

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La ingeniera eléctrica fue seleccionada de entre 7 mil aplicantes de 100 diferentes países para ser tripulante de la misión de vuelo espacial suborbital Blue Origin NS-21, que se lanzó el pasado 4 de junio; a pesar de su logro compartió que no fue fácil cumplir su sueño, siempre tuvo adversidades, pero toda su vida tuvo esa meta en mente, creyó en ella misma y lo logró.

“Lo primero que necesitas tener cuando tienes una misión tan importante es que tienes que creer en ti, no importa lo que pase hay que creer de corazón que van a poder hacerlo”.

Katya compartió que cuando tenía 7 años su familia emigró a Estados Unidos y el hecho de tener que estar sentada en un salón de clases sin entender nada durante más de cinco horas, era lo peor que le podía suceder en ese momento. Tardó tres años en leer, escribir y hablar inglés.

A su corta edad se preguntó ¿qué es lo que estudia una persona cuando quiere ir al espacio?, y buscó la manera de salir adelante y aprender lo necesario para saber más sobre lo que ella quería ser, a pesar de la escasez de materias y actividades relacionadas con sus objetivos.

“Si en la escuela no me enseñaban lo suficiente de lo que yo quería estudiar, cosas relacionadas con el espacio, con la ingeniería y las matemáticas, yo lo buscaba por mi cuenta, les preguntaba a mis maestros si me podían dar más libros, más tarea y cuando no me daban lo suficiente de lo que yo quería aprender, buscaba clases en línea. Si no era suficiente, escribía mis propias tareas, me ponía a ver las estrellas y trataba de crear mapas de las estrellas, trataba de imaginarme como esos científicos que por primera vez lograron crear símbolos en el cielo, nombres de constelaciones y siempre quise ser como ellos”.

Foto: Katya Echazarreta

Foto: Katya Echazarreta

Katya detalló que lo que más le gustaba pensar cuando era pequeña era lo fascinante que es que de un paisaje hermoso se construya todo y aseguró que hay dos cosas que son muy difíciles de entender; la primera es el espacio exterior, la física, la astrofísica y la segunda es la electricidad.

“Decidí que quería estudiar una ingeniería relacionada con la electricidad porque yo quería construir naves espaciales”, indicó que no fue algo sencillo y hubo grandes obstáculos, ya que no contaba con los recursos para pagar la universidad.

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Sus más grandes obstáculos

“Yo no tenía dinero para ir a la universidad, lo que más quería era estudiar y no sabía cómo lo iba a lograr. Dos semanas antes de graduarme para ingresar a la universidad me otorgaron dos becas completas para estudiar. Estaba a punto de graduarme sin saber cómo iba a llegar, pero sabía que lo lograría”, compartió.

Por lo que aseguró que “no importa si no tienes el camino claro o no sabes cómo lo harás, pero tienes que continuar, intentarlo y eventualmente las cosas se arreglan. Eso es lo que ha pasado conmigo toda la vida porque no he tenido un perfecto plan de todo lo que he hecho, solo sé que tengo que acercarme a la meta a pasitos”.

Otro de los obstáculos que atravesó en el camino fue lo que le decían las personas que la rodeaban, compañeros, maestros y hasta familiares: “me decían no tienes ni la más mínima probabilidad de llegar a estar ahí, no vas a poder, es muy difícil, no es para niñas, no es para ti, me decían que estaba desperdiciando un lugar de un hombre que si se lo merecía. Pero tienes que elegir, escucharlos, hacerles caso y decir ok no es para mí o escucharte a ti misma; me decíayo elegí esta carrera, lo voy a lograr, voy a trabajar para la NASA y construir naves espaciales. Las palabras más importantes son las que nos decimos a nosotros mismos”.

La ingeniera jalisciense compartió que toda la vida “las personas te van a decir que no puedes, yo lo he escuchado toda la vida, pero me doy las gracias a mi misma por escuchar todo eso, y aunque sentí que no merecía estar ahí tuve la fuerza para no hacer caso. Cuando quieres algo tienes que seguir adelante sin importar lo que pase, no se llega de un día para otro, son pasitos hasta llegar a la meta”.

Sobre su experiencia en la misión

Katya Echazarreta reveló que cuando le notificaron que había sido seleccionada para la misión NS-21, le tomó casi 15 días creer la noticia.

“Recuerdo que me despertaba en las mañanas y no me acordaba de la realidad, pensaba que era un sueño, luego recordaba que realmente estaba sucediendo y que iba a ir al espacio. Es algo muy difícil de entender”.

Compartió que el día de la misión, a pesar de la preparación, tenía mucho miedo, “no porque tengamos miedo quiere decir que no lo haremos, el miedo es humano y normal. Ese día me sentía muy relajada, sentía que estaba lista, antes de salir del planeta me senté a esperar 34 minutos para el lanzamiento y cuando sucede el lanzamiento se sienten las vibraciones y en las ventanas se ve cómo cambia de color el cielo cuando vas subiendo, primero el color del cielo azul que conocemos, luego más arriba se ve como si hubiera un círculo, como un portal y adentro se ve el cielo como si fuera de noche. Ver el cielo azul a tu alrededor y luego un portal obscuro es lo más bonito”.

Relató lo impactante que fue sentir la separación de la capsula del cohete, “es impactante, se escuchó un ruido muy fuerte y de repente estás flotando y tu mente no sabe qué hacer con esa información”.

Detalló que desde niños los seres humanos coleccionan memorias y experiencias desde el nacimiento y la mente sabe cómo reaccionar ante ciertas circunstancias como golpes y quemaduras, pero en el espacio exterior, un lugar completamente nuevo,  el cerebro no reacciona.

“El cerebro colecciona experiencias a lo largo de la vida. En el espacio no reacciona, no sabe qué hacer, intentas hacer algo, pero no puedes. Mi mente me decía que todo estaba la revés y no era cierto, mi mente me decía que todo estaba mal y después de unos segundos puedes quitarte tu cinturón y comenzar a flotar en el espacio. La fuerza en la microgravedad es la que se tiene en dos dedos, con un impulso de dos dedos ya te puedes desplazar, si haces movimientos muy fuertes puedes golpearte”.

Lo mejor de la misión NS-21

La jalisciense compartió que lo más bonito de su experiencia fue ver el planeta. “Es redondo y es lo más bonito que he visto en toda mi vida, pensé que lo más bonito que podía ver era el cielo de noche con estrellas, pero después de haber visto nuestro planeta puedo asegurar que es lo más hermoso que un humano puede ver en su vida, se ve en tres dimensiones”.

Aseguró que su belleza es inexplicable, recordó que cuando se ve en una foto o video sólo se ve en 2 dimensiones.

“Sientes que puedes meter la mano y tocar la atmosfera, las nubes, las montañas. No piensas en nada, lo ves y lo único que quieres es recordar, memorizar ese momento, para tener esa imagen de por vida. Es algo que cambió mi perspectiva por completo. Siempre fui una persona dedicada a mi carrera, sentía que mi carrera era lo mas importante en la vida, quería ser una mujer exitosa y me importaban cosas como los reconocimientos, mejores proyectos, mejor posición en el trabajo, pero cuando estás viendo el planeta no estas pensando en el trabajo, en tecnología, celulares, computadoras, ciudades, no piensas en nada de eso, piensas en las personas, en la humanidad, en los seres en la tierra”.

Foto: Katya Echazarreta

Foto: Katya Echazarreta

La nueva perspectiva de Echazarreta la llevó a querer ayudar a los demás a lograr sus sueños.

“No quiero ser conocida por los reconocimientos, sino porque quiero ser una persona que ayuda y cambia la vida de las personas, que inspira, que motiva y que ayuda a las niñas que son como yo era a lograr todo lo que quieren hacer. Como mujeres somos muy fuertes y podemos hacer lo que queramos hacer, por favor cada que piensen en algo que quieren hacer no digan, yo quiero hacerlo, digan yo voy a hacerlo”.