Emprender es un camino lleno de decisiones, y no todas serán acertadas. Para el empresario Nacer Daggak, los errores forman parte del proceso de aprendizaje, pero algunos de ellos pueden evitarse si se reconocen a tiempo. A través de su experiencia, Daggak ha identificado patrones que se repiten entre los nuevos emprendedores y que pueden marcar la diferencia entre avanzar o quedarse estancado.
Los errores más comunes y cómo prevenirlos
Uno de los errores más frecuentes es empezar sin un propósito claro. Según Daggak, muchas personas se enfocan únicamente en generar ingresos, pero no reflexionan sobre el verdadero objetivo detrás de su negocio.
“Si no tienes claro qué quieres lograr y cómo tu proyecto aporta valor, es fácil perder el rumbo cuando las cosas se complican”, comenta.
Para él, definir un propósito es crucial no solo para tomar decisiones estratégicas, sino también para mantenerse motivado a largo plazo. Saber por qué haces lo que haces da sentido a cada esfuerzo y ayuda a superar los momentos difíciles.
Otro error habitual es descuidar las finanzas. En sus primeros años como emprendedor, Daggak enfrentó problemas por no prever costos ocultos ni reservar fondos para imprevistos. Esto le enseñó que el flujo de caja es el corazón de cualquier negocio.
“Las ventas no son todo. Puedes generar ingresos altos, pero si no tienes un control claro de lo que entra y lo que sale, el negocio puede desmoronarse rápidamente”, explica. Su recomendación es llevar un registro detallado de los gastos, crear un presupuesto realista y, sobre todo, mantener siempre un fondo de emergencia.
Tener control financiero desde el inicio ayuda a tomar decisiones con mayor confianza y evitar sorpresas desagradables.
Daggak también menciona la importancia de escuchar a los clientes. Uno de los errores más perjudiciales que un emprendedor puede cometer es ignorar la retroalimentación de las personas a las que quiere servir. Según él, es fácil caer en la trampa de enamorarse tanto de una idea que se pierde de vista lo que realmente necesitan los consumidores.
“Escuchar a tus clientes no significa que renuncies a tu visión, significa que la ajustas para que sea relevante”, señala. Aceptar críticas constructivas y estar dispuesto a realizar cambios no solo mejora el producto o servicio, sino que también crea una relación de confianza con los consumidores.
Otro error común, según Daggak, es subestimar el marketing. Al principio de su carrera, él mismo pensaba que un buen producto sería suficiente para atraer clientes. Sin embargo, aprendió que incluso la mejor idea necesita ser comunicada de manera efectiva.“Si las personas no saben que existes, no importa qué tan bueno sea lo que ofreces”, comenta.
Para Daggak, el marketing no tiene que ser caro ni complicado. Con las herramientas actuales, como las redes sociales, cualquier emprendedor puede llegar a su público objetivo con creatividad y constancia. Lo importante es ser auténtico y mantener una comunicación regular con la audiencia. Un aspecto que muchos emprendedores pasan por alto es la importancia del trabajo en equipo.
Tratar de hacerlo todo solo es un error que Daggak conoce de primera mano. En sus primeros proyectos, intentó abarcar todas las tareas, desde las operaciones hasta las ventas, pensando que así tendría más control sobre los resultados. Sin embargo, esta estrategia pronto lo llevó al agotamiento y a cometer errores evitables.
“Delegar no es perder el control, es ganar tiempo para enfocarte en lo que realmente importa”, asegura. Contar con un equipo que comparta la visión del proyecto y que aporte habilidades complementarias es esencial para el crecimiento.
Para Daggak, estos errores no son inevitables, pero sí comunes. Reconocerlos a tiempo puede hacer que el camino sea menos complicado. Emprender no es fácil, pero con las herramientas adecuadas y la disposición de aprender, es posible construir algo valioso y sostenible. Como él mismo dice,“No se trata de no cometer errores, sino de estar dispuesto a corregirlos y seguir adelante”.