
La reforma laboral en México, que busca reducir la jornada laboral, trae consigo una serie de desafíos y oportunidades, sobre todo en el contexto de la inteligencia artificial (IA). Para hablar sobre esta transición tecnológica y sus implicaciones, conversamos con Carlos, CEO de Konfront, una empresa que trabaja en la integración de soluciones de IA para negocios. A continuación, su visión sobre cómo la tecnología puede transformar el panorama laboral mexicano.
Carlos comienza destacando que, si bien la reforma laboral busca reducir las horas de trabajo, lo que realmente está en juego es la productividad del país. Según él, la inteligencia artificial puede ser una herramienta clave para este cambio. “México es uno de los países con las jornadas laborales más largas, pero la productividad no está al nivel de otras naciones europeas. Si comparamos, ellos tienen más herramientas tecnológicas, y la diferencia radica en cómo las empresas invierten en ellas para aumentar la productividad de sus colaboradores,” explica Carlos.
A pesar de las largas jornadas laborales, Carlos señala que la clave no está en la cantidad de horas, sino en cómo se utilizan esas horas de trabajo. “Lo que tienen los países más avanzados no es algo que nosotros no tengamos, más bien es que ellos usan el tiempo de manera diferente. La reforma es una oportunidad para darles a las empresas un incentivo para ser más productivas, o en su defecto, quebrar. Es un marco que obliga a las empresas a adaptarse a nuevas formas de trabajo.”

El sector manufacturero y de servicios son los que, según Carlos, se verán más impactados por la reforma. “En manufactura, cada minuto de trabajo tiene que convertirse en productividad, por lo que la tecnología es esencial. Las empresas tendrán que invertir en herramientas que faciliten esa producción sin depender únicamente de las horas trabajadas,” comenta. En el caso de los servicios, resalta que la automatización será un cambio fundamental. “Por ejemplo, en el sector salud, hemos logrado que la inteligencia artificial facilite la programación de citas a través de WhatsApp, sin necesidad de aplicaciones adicionales. Esto no solo mejora la eficiencia, sino que también democratiza el acceso a la tecnología,” agrega.
Sin embargo, la gran pregunta es cómo las empresas pueden integrar la inteligencia artificial sin perder empleos. Carlos lo tiene claro: “La inteligencia artificial no debe reemplazar trabajos, sino liberarlos de tareas repetitivas. Debe permitir que las personas se concentren en actividades de mayor valor agregado. Al hacerlo, se mejora la productividad y se permite que el talento humano se enfoque en lo que realmente importa,” explica. En su opinión, la integración de la IA debe comenzar con proyectos pequeños, fáciles de medir y adaptados a las necesidades de cada empresa.
Uno de los principales errores que las empresas cometen al implementar IA, según Carlos, es no tener claros sus procesos internos. “La IA solo funciona cuando los datos y los procesos de trabajo están bien definidos. Muchas empresas cometen el error de implementar tecnología sin tener una estrategia clara, lo que lleva al fracaso. La clave está en identificar qué áreas necesitan automatización y cómo puede ayudar la IA a mejorar esos procesos,” señala. A su juicio, es esencial comenzar con algo sencillo, medible y bien estructurado.
Carlos también opina que, en términos de preparación tecnológica y cultural, México aún está lejos de estar completamente listo para la transición digital. “El 90% de las empresas en México no están preparadas, pero este es el momento para cerrar esa brecha. Si las empresas no se adaptan, quedarán atrás. Es una oportunidad única, como cuando se adoptó el internet. Las empresas que lo hagan rápido serán las ganadoras,” afirma con certeza. Aunque reconoce que la mayoría de las empresas no están en el camino digital, señala que, con el enfoque adecuado, cualquier empresa puede ponerse al día rápidamente.

El papel del gobierno y las instituciones educativas también juega un rol clave, señala Carlos. “El sector público y educativo deben preparar a las nuevas generaciones para usar herramientas de inteligencia artificial. Además, las empresas necesitan apoyo para integrar estas tecnologías. Es necesario que el gobierno ofrezca los incentivos y recursos necesarios para que las pequeñas y medianas empresas puedan competir en el mercado global,” explica.
Finalmente, Carlos ve en la jornada laboral de 40 horas una gran oportunidad para mejorar la productividad en México, pero también un reto. “Si no adoptamos tecnología y la inteligencia artificial, los empresarios tendrán que pagar horas extras a sus colaboradores, lo que afectará su rentabilidad. La reforma es la mejor oportunidad que tenemos para posicionarnos como líderes en productividad,” concluye.
La conversación con Carlos nos deja claro que la inteligencia artificial no es una amenaza para los empleos, sino una oportunidad para liberar talento humano y aumentar la competitividad. Las empresas que se adapten rápidamente a esta nueva realidad tendrán una ventaja significativa, mientras que las que no lo hagan, corren el riesgo de quedar atrás en un mundo cada vez más digitalizado.