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Desarrollo Económico Local en México: Potenciando el Futuro

El Fondo Monetario Internacional anunció recientemente que el pronóstico de crecimiento del Producto Interno Bruto de México para este año sería de un 2.6%

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El Fondo Monetario Internacional (FMI) anunció recientemente que el pronóstico de crecimiento del Producto Interno Bruto (PIB) de México para este año sería de un 2.6%. Esto representa una mejora del 0.8% con respecto a la proyección que el FMI hizo el abril pasado.

La razón detrás de estas expectativas al alza se basa en la recuperación del sector de servicios tras la pandemia y en los efectos positivos de la sólida demanda en Estados Unidos. Si estas predicciones se cumplen, México superará la tasa de crecimiento de Brasil, que se estima en un 2.1% e incluso el 1.7% que se prevé que alcance la economía conjunta de América Latina y el Caribe.

El incremento del PIB ha coincidido con una disminución en la inflación en el país.

El Instituto Nacional de Estadística, Geografía e Informática (INEGI) informó en su reporte mensual que la inflación general se ubicó en 4.79% anual en julio de 2023, representado el menor nivel de aumento en los precios al consumidor en los últimos 28 meses.

Paralelamente, entre 2020 y 2022, casi nueve millones de mexicanos han salido del umbral económico más bajo, según el reciente comunicado del Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval).

Estas cifras representan la mayor caída de la pobreza en México en seis años, mostrando una fuerte recuperación de la pandemia y respaldando las políticas del Gobierno de Andrés Manuel López Obrador, que ha adoptado el lema “por el bien de todos, primero los pobres” como bandera.

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Dicho esto, la realidad de la pobreza multidimensional en el país sigue siendo cruda.

Aunque el porcentaje de personas en situación de pobreza se ha reducido cerca de un 5.6%, de 51.9 millones de personas en 2018 a 46.8 millones en 2022, las carencias sociales han incrementado y los niveles de pobreza extrema han fluctuado más bien poco.

Aún hay millones de mexicanos que no tienen acceso a una vida digna y saludable, a pesar de las políticas públicas instrumentadas por el gobierno para abordar este problema.

El aumento del desempleo, la escasez de oportunidades laborales de calidad, la prevalencia de empleos informales y la subocupación son factores que contribuyen a la persistencia de la pobreza y al nivel de desarrollo tan bajo que hay en México.

De acuerdo con estadísticas del INEGI, durante el primer trimestre de 2023, aproximadamente 32.2 millones de mexicanos trabajaban en la informalidad, lo que refleja un aumento de más de 1.2 millones de individuos en comparación con el mismo periodo del año previo.

La informalidad no se limita solamente al comercio callejero y a los trabajadores autónomos, sino que abarca diversas ocupaciones en las que las personas carecen de beneficios como seguridad social, contratos formales y acceso a planes de pensiones para el retiro. Estos elementos no solo dejan a las personas expuestas a riesgos físicos y psicológicos, también perjudican su capacidad de obtener atención médica esencial y de tener una vida digna.

Teniendo esto en cuenta, es importante considerar que, en México, una cuarta parte de la población habita en más de 180,000 localidades rurales, cada una con su propia historia y tejido social.

El país en sí es verdaderamente diverso, por lo que cuando hablamos de potenciar su crecimiento de manera sostenible, es necesario valorar que cada una de esas comunidades representa oportunidades de desarrollo económico local.

Este concepto se basa en potenciar las fuentes de riqueza de las poblaciones a partir de los recursos naturales que dispone, de sus tradiciones culturales y del capital más importante que es la capacidad intelectual y creativa de su gente.

Entre otras ventajas, fomentar el desarrollo económico local genera empleo en la comunidad y reduce la dependencia de grandes corporaciones y cadenas comerciales nacionales e internacionales.

A modo de ejemplo, en el estado de Chiapas, el cual tiene uno de los índices de pobreza más altos del país, Grupo Avimarca, perteneciente al empresario Marden Camacho Rincón, brinda empleo en torno a 7,000 chiapanecos, convirtiéndose así en un motor de desarrollo clave en la región.

De manera similar, en Oaxaca, empresarios como Omar Ricárdez, están generando desarrollo económico en la localidad a través de su negocio, la Unidad de Verificación de instalaciones eléctricas 617 (UVIE617).

Históricamente, los países en América Latina han establecido políticas de desarrollo macroeconómicas sin tener en cuenta la participación de los actores locales ni los objetivos de desarrollo que forman la base de una visión futura del país.

Potenciar ideas y empresas o actores locales es necesario donde se carece de oportunidades laborales y se requiere que la población tenga opciones para generar ingresos. Es decir, promover el desarrollo económico a nivel local es esencial para lograr un México más próspero y equitativo en su conjunto.