Aleida tiene una pequeña panadería en la Colonia Portales; sus clientes más fieles son sus propios vecinos, pero ella sabe, a diferencia de su padre de quien heredó el negocio, que es indispensable que clientes más lejanos también recurran a ella, que prueben el buen sabor del pan que elabora y de sus productos estrella: pequeños penecillos blancos con tocineta y orégano.

Para Aleida, aún muy joven, fue una verdadera sorpresa descubrir gracias a su hija adolescente que el Google my Business en su teléfono es justo lo que hace. Aún se sorprendió más cuando su hija le dijo que el padre de uno de sus compañeros de escuela había fundado una agencia posicionamiento local.

En primera instancia, al descubrir que su hija buscaba un lugar cercano para impresión a color, algo que requería para su tarea, Aleida se preguntó porqué su panadería no aparecía y, además, saber qué tanto las personas que transitaban por el Metro y la Calzada de Tlalpan buscaban pan para llevar a casa.

Claro, Aleida aprendió de su hija a manjar las bases del Google my Business y le maravilló, aunque notó que la increíble cantidad de beneficios, como saber el tipo de clientes (y usuarios de Google) que buscan su negocio familiar y la impresión que les dejó su compra.

Por supuesto que colocó su panadería para que fuese visible en Google Maps y estableció allí los horarios, el sitio web donde pueden encontrarse fotos de sus panes estrellas y del lugar que, como atractivo, tiene el estilo de las tradicionales panaderías francesas.

Pero Aleida supo casi de inmediato que sumar horas de atención a más tareas dentro de la web podría acarrearle perder tiempo valioso en lo que mejor sabe hacer, que es, precisamente producir pan. De allí que también tuvo su primer contacto con servicios de SEO local, expertos en el manejo de estos temas y supo que podía potencializar sus ganancias convirtiendo su presencia en internet en la base de su promoción de negocio.

Las estadísticas, los cambios en el comportamiento de clientes, la atención digital a dudas sobre revueltas eran del interés de la joven panadera, pero su decisión fue apoyarse en manos expertas para el manejo de su presencia en línea.

La fórmula funcionó bastante bien pues, además de recibir muchas felicitaciones por sus productos, también detectó defectos en el mismo, comentados por pocos compradores, pero que habrían pasado inadvertidos sin ellos. Incluso uno de sus críticos regresó a comprar y la felicitó porque en una nueva compra el problema en las conchas había desaparecido.

Es así como un pequeño negocio se hizo fuerte usando herramientas y apoyos ligados a la presencia en Internet. Es importante señalar que, en realidad, prácticamente ninguna actividad comercial está excluida de las ventajas de la presencia en red, en Google Maps u del manejo del negocio gracias a Google my Business.

Finalmente, esta es la era del comercio en Internet y hay que sumarse lo antes posible.