
México siempre se ha ubicado como uno de los mercados más importantes a nivel mundial para cualquier sector económico. Y tiene cierta lógica, México cuenta con una población de poco más de 130 millones de habitantes. Cifra que lo ubica entre los países más poblados del mundo. Condición que muchas áreas han tratado de aprovechar para su crecimiento.
El póker, por ejemplo, es una disciplina que ha sabido aprovechar el boom de la tecnología para abrirse paso y aumentar su popularidad en diferentes latitudes. México se ha convertido en uno de los objetivos más interesantes de la actividad y esto a pesar de que en el país no cuentan con una legislación clara y específica sobre los juegos en línea.
Sin embargo, el póker se ha convertido en uno de los principales pasatiempos de los mexicanos en los últimos tiempos. Cada vez existen más salas disponibles y mejores opciones para los jugadores. Y no es una sorpresa teniendo en cuenta que en el país existe una gran tradición con los juegos de cartas.
Además, entre las claves del crecimiento del juego en línea y la popularidad del póker está que las herramientas tecnológicas han mejorado en el país. La mayor penetración de la telefonía móvil en México, la mejora de la banda ancha y la inversión en la ampliación de la red ha permitido que el mundo en línea sea mucho más accesible para toda la población.
Ya son casi 100 millones de usuarios con acceso a internet en el país. Un acceso a internet que ha permitido que el póker llegue a nuevas y diferentes generaciones y se desmitifique. Un avance que solo debe ser respaldado con resultados. Actualmente no hay ningún mexicano entre los mejores 30 jugadores latinoamericanos de póker según el ranking Global Poker Index (GPI). El primer mexicano en el ranking de latinoamericanos aparece en el puesto 38 y es Josue Aguirre.
Sin duda, una tarea muy complicada la de ubicarse entre los mejores del póker. A nivel latinoamericano, pero también a nivel mundial donde los jugadores estadounidenses llevan la batuta. El jugador profesional de poker, Riku Vihreasaari, ha compartido sus tips para dominar las reglas y los trucos del juego, pero no solo eso es suficiente y si no solo basta analizar a los mejores jugadores mexicanos de los últimos tiempos.
Han destacado por ejemplo nombres como Juan Carlos Alvarado, Luis Velador, Ángel Guillen, Santiago Nadal o David Cossio.
Alvarado, por ejemplo, es la cara más popular del póker mexicano en los últimos años. 2007 fue uno de sus años más exitosos, con dos subcampeonatos. A pesar de su popularidad, Alvarado nunca ganó un brazalete de la Serie Mundial de Póker (WSOP), el reconocimiento más importante para un jugador de póker.
Hasta ahora solo tres jugadores mexicanos han logrado inscribir su nombre entre los mejores del mundo. El primer mexicano en lograrlo fue Victoriano Perches, en el año 2006 cuando ganó el evento 36 de la Serie Mundial. El evento 36 (WSOP $1,500 Limit Hold’em Shootout) duró tres días y el podio lo completaron Arnold Spee y Anders Henriksson. Además del brazalete, la victoria sirvió para que Perches pudiera sumar a su cuenta la nada despreciable suma de 150 mil dólares.
También Ángel Guillén puede presumir de brazalete. En su caso, fue conseguido en 2009. Guillen venció a más de los más de mil quinientos jugadores que estaban inscritos en su evento, que duró tres días. La batalla más importante fue la que protagonizaron Guillen y Mika Paasonen para el triunfo final. Duró seis horas y terminó con el mexicano con el campeón y dueño de un premio de medio millón de dólares.
Resultados importantes, pero que igual no se acercan a lo conseguido por José Luis Velador, único jugador mexicano con dos brazaletes en su poder. El primero lo logró en 2008 y el segundo en 2010. El jugador nacido en Jalisco tuvo que superar a más de dos mil jugadores para ganar su primer brazalete. En la final se enfrentó al estadounidense Anthony Signore y se embolsó casi 600 mil dólares.
Dos años más tarde, hizo lo propio en el evento 33 en el que participaron casi 500 jugadores. Derrotó a David Chiu en el duelo final y sumó poco más de 250 mil dólares.
Por ahora, Josue Aguirre lidera la representación mexicana, algo que ya ocurrió durante 2021. Y justamente el máximo exponente del póker en la actualidad cree que el principal problema de los jugadores del país es que se enfocan en conseguir las cifras más altas posibles en cuenta a premios monetarios. Mientras que los estadounidenses centran su atención en desarrollar su juego, con especial énfasis en la modalidad del Texas Hold’em.
Mientras se espera el cambio de mentalidad de los jugadores de póker en México, también seguirá la espera por otro jugador que sea capaz de colocarse entre los máximos exponentes de la disciplina. Sin duda una tarea complicada, pero para la que México cuenta con todas las herramientas posibles.
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