Hace más de 56 años, Yuri Gagarin se convirtió en el primer hombre en observar la Tierra desde fuera de la atmósfera, después de que su nave, Vostok 1, despegó del cosmódromo soviético de Baikonur.

“La primera nave espacial del mundo con un hombre a bordo, la Vostok, se puso en órbita desde la Unión Soviética el 12 de abril de 1961. El navegante espacial que pilota la nave Vostok es un ciudadano de la URSS, el mayor Yuri Gagarin”. Así se anunció uno de los hitos espaciales más importantes de la historia, que aceleró la carrera espacial durante la Guerra Fría.

Para conmemorar la proeza, la Secretaría del Medio Ambiente (Sedema) del gobierno capitalino develó este jueves, en el Museo de Historia Natural, un busto conmemorativo en honor al cosmonauta ruso. La pieza de bronce, creada por el artista Alexey Dimitrievich Leonov, es una donación del Fondo Público Internacional de Beneficencia “Diálogo de Culturas Mundo Unido”, realizada a través de la embajada de la Federación rusa en nuestro país, en coordinación con la Agencia Espacial Mexicana.

Con la develación de este busto de bronce, la Ciudad de México se suma a diferentes países como Francia, Bulgaria, Hungría, Alemania, Estados Unidos, India, China, República Checa, El Salvador y Cuba, mismos que también han recibido una réplica de la escultura.

“Eéste es el sexto busto en el hemisferio occidental, que marca la amistad entre nuestros pueblos y la amistad entre Rusia y México”, dijo durante la develación Ruslan Baiyramov, director de “Diálogo de Culturas Mundo Unido”, quien estuvo acompañado del embajador de Rusia en México, Eduard Malayan. El embajador agradeció a las autoridades del gobierno de la CDMX la oportunidad de compartir la herencia rusa con la sociedad mexicana.

VUELO Y CAÍDA. El 12 de abril de 1961 Gagarin despegó en un cohete que lo elevó hasta la órbita terrestre a bordo de una pequeña cápsula esférica. En su interior viajaba el cosmonauta, un piloto de la fuerza aérea soviética que a sus 27 años se convirtió en el primer ser humano en viajar al espacio y completar una órbita alrededor de la Tierra. Después inició el descenso y a siete mil metros de altitud el cosmonauta salió despedido de la cápsula y aterrizó en paracaídas en un campo del sur de Rusia. 

Siete años después de aquel viaje de 108 minutos que lo hizo célebre en el mundo entero, Gagarin perdió la vida al estrellarse en un caza durante un vuelo de entrenamiento. Sus cenizas se depositaron en la muralla del Kremlin en Moscú y, en su honor, un cráter lunar y un asteroide recibieron el nombre del cosmonauta

MUSEO CAPITALINO. Durante la develación del busto de Yuri Gagarin, la titular de la Sedema, Tanya Müller García, destacó que el Museo de Historia Natural se ha consolidado como un espacio de divulgación científica que promueve el conocimiento acerca del Universo, la Tierra y la vida.

Señaló que, durante más de 50 años, este recinto ha sido punto de encuentro y aprendizaje para personas de todas las edades, “por lo que hay que estar entusiasmados por recibir esta importante pieza para el disfrute e inspiración científica de los visitantes del Museo”.