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“Se requiere revalorar la partería como una estrategia de salud”: Cristina Alonso Lord

No sólo disminuyen la mortandad materna e infantil, sino que mejoran la salud, señala Cristina Alonso Lord, presidenta de la AMP ◗ Del 17 al 19 de noviembre llevará a cabo su foro anual

“Se requiere revalorar la partería como una estrategia de salud”: Cristina Alonso Lord

“Se requiere revalorar la partería como una estrategia de salud”: Cristina Alonso Lord

La Crónica de Hoy / La Crónica de Hoy

Suecia, finales del siglo XVII. Pobreza e injusticia social azotaban a la población, principalmente a niños y mujeres, del que hoy es uno de los más claros ejemplos de desarrollo humano en el mundo. Para entonces, la reina Ulrika Eleonora estaba preocupada por la gran mortalidad derivada de la maternidad y pensaba que la atención de partería por personal cualificado podía salvar vidas de mujeres. Esto con base en su experiencia personal con Catherine Wendt, partera real, quien había sido educada en Alemania. Así, en 1685 la reina decidió inaugurar una escuela de partería que impartiera capacitación tanto teórica como práctica.

Transcurrieron décadas, siglos, de perfeccionamiento y de profesionalización de la partería en ese país, así como su ajuste en el sistema de salud. Hoy en día, ésta es la primera opción de las mujeres atendidas durante el embarazo y el parto, así como para la provisión de anticonceptivos y otros servicios de salud sexual. En Suecia existe una legislación para la práctica vinculada con el sistema de salud durante embarazos y partos normales. Cuando existen complicaciones, las parteras trabajan en equipo con obstetras y, conjuntamente con ellos, ofrecen una atención que coloca al país entre los que más bajas tasas de mortalidad materna y neonatal tienen en todo el mundo.

Este ejemplo es una muestra de que la partería no sólo es un trabajo clínico que se lleva a cabo en regiones rurales, pobres o con falta de asistencia sanitaria —aunque eso no significa que dejen de ser los sitios donde se requiere más—, sino reflejo de un desarrollo social, del cual los países nórdicos tienen las tasas más altas.

En México, la partería aún enfrenta problemas, como la falta de parteras especializadas, la estandarización de la práctica y una vinculación y reconocimiento de ésta por parte de las autoridades sanitarias. Pero más aún, la falta de conocimiento de la población sobre ésta, que no sólo implica la asistencia al momento del parto, sino un acompañamiento prenatal con la madre y un seguimiento posterior

“En los países donde las parteras se encuentran dentro del sistema de salud atendiendo a las nuevas madres hay una diminución significativa no sólo de muerte materna, sino de muerte infantil. Además disminuye las intervenciones innecesarias: las parteras profesionales tienen un índice de cesárea de entre el 5 y el 10 por ciento, que no se compara con las tasas registradas en hospitales públicos del país, que es de entre el 40 y 50 por ciento, y que en hospitales privado está por arriba del 70 por ciento”, refiere Cristina Alonso Lord, presidenta de la Asociación Mexicana de Partería (AMP).

Además, las cesáreas innecesarias conllevan a riesgos para la madre y el bebé, como obesidad, alergias, problemas respiratorios, y para la madre complicaciones en ese momento y en el futuro, enfatiza la especialista en entrevista. “Es por ello que necesitamos revalorar la partería como una estrategia de salud y no como una práctica accidental. El parto fisiológico, al igual que la lactancia, salvan vidas y mejoran salud de la población”.

FORMACIÓN DE PARTERAS. La Organización Mundial de la Salud (OMS) ha lanzado la iniciativa “Partería 2030" una agenda de acción para el fortalecimiento de esta práctica en el mundo, que busca aumentar su servicio para esa década, en un entorno donde las parteras con educación y reglamentación acordes a normas internacionales proporcionen el 87 por ciento de los servicios esenciales de atención requeridos por mujeres embarazadas y recién nacidos.  

Por ello, a nivel mundial la OMS y Confederación Internacional de Matronas promueven la apertura de más escuelas de partería y la generación de un marco regulatorio que permita la inserción de la partera en los sistemas de salud, dice Alonso Lord. Esos son los dos principales retos que enfrenta la partería en nuestro país.

Si estuviera en manos de Cristina Alonso, toda mujer tendría una partera asistiendo a las nuevas madres, ya fuese en su domicilio, en una casa de partos, o en hospitales de diversos niveles de especialidad, debido a que, sin importar la gravedad del parto, requieren el acompañamiento de una partera que le ayude en el plano emocional y con su experiencia de ser madre. dice.

Sin embargo, la partera y los especialistas en el área estiman que un número base para alcanzar una amplia atención de parteras es de cerca de 12 mil. En México estiman que existen alrededor de nueve mil que llevan más de 20 años atendiendo partos, sin embargo, requieren la estandarización de sus competencias y una certificación, trabajo que llevan a cabo en la AMP. Porque si bien en México existen escuelas de enfermería y obstetricia que ofrecen este tipo de especialización, sólo hay dos que acreditan como Técnico Terminal en Partería Profesional, una de ellas en San Miguel de Allende y otra en Tlapa, Guerrero, esta última la única institución pública.

Del próximo 17 al 19 de noviembre, se llevará a cabo el cuarto foro “Conéctate, partería hacia la transformación”, organizado por la AMP, donde parteras de todo el país se reunirán para compartir experiencias, recibir talleres y analizar las características del modelo de certificación que se requiere para estandarizar la práctica. Hannah Borboleta es partera y coordinadora del foro y refiere que entre los objetivos de éste también se encuentra buscar las estrategias para resolver los demás retos a las que se enfrentan las parteras en México, entre ellos otro de los más importante, su vinculación e incorporación al sistema de salud.

“No obstante que el gobierno federal busca disminuir la mortalidad materna y neonatal, no emplean las medidas suficientes para incluir a la partería al servicio de salud. Si bien contratan parteras en hospitales y centros de salud, el problema es que éstos no adoptan el modelo de partería por lo que las parteras no pueden hacer de la mejor forma su trabajo”.

Hannah Borboleta refiere que además la vinculación con las autoridades ha sido complicado, principalmente en las restricciones para obtener los certificados de nacimiento de los neonatos a los que han asistido. “Es algo que afecta a las parteras de todo el país; aunque estén dadas de alta en la jurisdicción local, las autoridades ponen muchas trabas para dárselos, por lo que después del parto tienen que referir a las madres al centro de salud u hospital para que les otorguen el certificado, aunque el bebé haya nacido en casa”.

Esto es parte del problema general que enfrenta la partería en el país, puntualiza, que es la desinformación, que va desde las autoridades sanitarias hasta la población, quienes desconocen la importancia y ventajas de la práctica. Por otra parte, las nuevas madres reciben violencia obstétrica en las instituciones de salud, se les induce el parto y muchas veces se practican cesáreas innecesarias. En tanto, la labor de la partera es acompañar a los padres antes del parto, el cual incluso se puede llevar en casa, en un entorno seguro y de bajo estrés para las madres, mientras no haya complicaciones. Esto habla más de una sociedad desarrollada, como la sueca, que de una práctica de países pobres, sin embargo, es de igual forma una de las mejores opciones para las madres en ambos escenarios.