Descuidos de las autoridades estadounidenses en el procedimiento contra el ex secretario Salvador Cienfuegos y violaciones a los acuerdos en materia de seguridad, derivaron en la petición de retorno del general a México, aseguró a Crónica el presidente Andrés Manuel López Obrador.

“Existe un acuerdo de colaboración suscrito años atrás en la materia, pero no se hacía valer y fue violado, porque nosotros no tuvimos ninguna información. Es algo que teníamos la obligación de hacer, porque no se había cuidado el procedimiento”.

“No hay nada oculto. Lo que se hizo fue intervenir en materia política, diplomática, para expresar nuestra inconformidad ante el hecho de que deciden juzgar en Estados Unidos sin conocimiento de nuestro gobierno”.

El acuerdo transgredido, según el Ejecutivo, es el firmado en 1992 sobre cooperación para combatir el narcotráfico (DOF: 02/03/1992), en el cual ambos países se comprometen a compartir información y a respetar la soberanía y disposiciones legales de la contraparte.

“Existe un marco jurídico, no estamos actuando de manera extralegal. Para nosotros, ese acuerdo no se cumplió”.

— ¿Hubo presiones de las Fuerzas Armadas para retornar al general? —cuestionó este diario a AMLO.

— No admitimos presiones de nadie… No hay impunidad y, al mismo tiempo, no permitiremos en ningún caso que se fabriquen delitos, tiene que haber pruebas y nadie puede ser víctima de una injusticia. Si la Fiscalía General, al reponerse el procedimiento, encuentra culpabilidad, entonces se castiga. Como es asunto importante para México, sí hubo intervención diplomática.

En juego está, dijo, “el prestigio de una institución fundamental para el Estado, que es la Secretaría de la Defensa, las Fuerzas Armadas. No podemos permitir, sin elementos, que se socaven nuestras instituciones fundamentales”.

—Dada la importancia que han tenido las Fuerzas Armadas en su gobierno, incluso más allá de la seguridad, ¿tiene un interés particular en que no se mine la figura militar?

—Estoy interesado en que prevalezca la verdad y la justicia. Ya no es de que habrá un operativo encubierto y el presidente dice: ‘no sabía’, y van a meter armas, y el presidente se va a quedar callado. Eso ya se terminó. Es respeto a nuestra soberanía, mutuo. No somos colonia, no somos protectorado.

De principio a fin, la mañanera se abocó al caso Cienfuegos. Previo al arranque, iban y venían las sillas en el estrado. Al final, quedó una: la de Marcelo Ebrard. Las frases del canciller y del presidente revelaron un desencuentro con el gobierno estadounidense, por guardarse los datos de la investigación y captura -el 15 de octubre pasado- de Cienfuegos, aunque fueron cuidadosos. No hubo exabruptos.