
La próxima semana, la UNAM entra en periodo vacacional y cerrará el año con la atención académica de su comunidad de alrededor de 360 mil estudiantes y 10 mil docentes, quienes a finales de enero de 2021 concluirán su primer semestre de manera remota. Desde la segunda mitad del año, además de la investigación y atención a la comunidad en la pandemia COVID19, la Universidad ha puesto en marcha programas de préstamos de computadoras para su comunidad, así como aulas digitales en sus campus y becas de conectividad, entre otras medidas, para contrarrestar las limitaciones de equipo e infraestructura que parte de comunidad afrontó.
En uno de sus mensajes recientes, el rector, Enrique Graue, manifestó que uno de los resultados de esta pandemia y el empleo de las Tecnologías de la Información y Comunicación por docentes y alumnos, será un programa educativo más flexible con la educación a distancia y que se mantendrá más allá de la emergencia sanitaria.
En un mensaje a la comunidad universitaria, hace alrededor de un mes, Graue Wiechers dijo que el regreso a las actividades presenciales —que no ocurrirán si no hasta que el semáforo epidemiológico sea amarillo— no será igual. Un ejemplo de ello, es que “la mayoría de nuestros profesores ya son diestros en el manejo de las tecnologías de la información y esto abre un complemento educativo notable, lo cual permitirá mayor flexibilidad entre el sistema presencial y el sistema a distancia”.
Dijo además que esta nueva realidad académica disminuiría el rezago escolar al poder llevar materias en línea simultáneamente. “Todas esas oportunidades tenemos que plasmarlas en los meses por venir”.
Lo perfectible de este objetivo quedó plasmado en el informe “Transición de los profesores de la UNAM la educación remota e emergencia durante la pandemia”, realizado por la Coordinación de Universidad Abierta Innovación Educativa y Educación a Distancia (CUAEED).
Entre los resltdos de su versión ejecutiva señala que “los profesores demostraron una alta disposición a hacer la transición hacia la ERE (educación remota de emergencia), sin embargo, los resultados del cuestionario indican que, si bien los docentes pudieron salir adelante con su trabajo de enseñanza, la significatividad para el aprendizaje de sus estudiantes pudo estar comprometida.
“Cuando se observa el tipo de recursos digitales que emplean, la interacción didáctica que mantienen y el tipo de evaluación que realizan, se evidencian las limitaciones que existen para plantear estrategias didácticas que involucren al estudiante y lo coloquen en una dinámica de mayor actividad, así como establecer una comunicación más fluida, formativa y basada en la retroalimentación”.
A su vez, el informe “La UNAM no se detiene. Acciones en torno a la pandemia de COVID19”, refiere adicionalmente que la Universidad oferta 12 mil becas de conectividad UNAM, que consisten en un bono equivalente por 310 pesos para gastos de internet y datos que serán otorgados de manera mensual hasta por tres meses de diciembre 2020 a febrero 2021.
A partir de enero, de acuerdo a la convocatoria de la Dirección General de Orientación y Atención Educativa, se otorgarán en préstamo 25 mil tabletas con capacidad de datos incluida a estudiantes de bajos recursos.
No obstante, garantizar equipo e infraestructura es sólo el primer paso para no comprometer el aprendizaje de los estudiantes y apoyar a los docentes en este panorama inédito.
En la versión extensa del informe del CUAEED se señala que en el primer cuestionario —realizado la tercera semana de marzo— los docentes consideraron como primer la logística “que referían a circunstancias relacionadas con el manejo del tiempo, los horarios de clase, los espacios físicos para trabajar a distancia, la comunicación institucional, entre otras; la segunda problemática fue de tipo tecnológica que abarcaba circunstancias relacionadas con el acceso a Internet, disposición de equipos de cómputo, conocimientos de plataformas educativas, entre otras; la tercera problemática fue de tipo pedagógica que considera las circunstancias relacionadas con el conocimiento de herramientas didácticas de educación a distancia, el manejo de grupos a distancia, la evaluación de los estudiantes, entre otras; finalmente, la problemática que tuvo menos observaciones fue la de tipo socioafectivo y que se relacionan con aspectos emocionales y de salud que viven los docentes como sentimientos de tristeza, frustración, ansiedad, cansancio, entre otras.
En su segundo cuestionario, la CUAEED refiere que hallaron una correlación entre los aspectos tecnológicos y pedagógicos lo cual da pistas acerca de cómo se presentan las posibles problemáticas en los docentes.
“Acerca de las situaciones que se presentaron a los docentes, se destaca que el 34% señaló que pocas veces o algunas veces sus estudiantes logran los aprendizajes del curso en modalidad no presencial; mientras que el 30% señaló que pocas o algunas veces sus conocimientos sobre el uso de herramientas y plataformas digitales les permiten desarrollar su práctica docente de manera presencial; por último, el 29% indicó que pocas o algunas veces la retroalimentación que ofrecen a través de medios digitales favorece el aprendizaje de sus estudiantes”.
Es por ello que esta dirección universitaria enfatiza que se requiere explorar si la poca competencia de los profesores acerca de la educación en línea y las plataformas para el aprendizaje y el conocimiento se correlacionan con su percepción acerca de los bajos resultados en los aprendizajes durante la ERE con relación al sistema escolarizado-presencial.
“Los datos cualitativos reflejan que en general los docentes tienen pocas expectativas sobre el trabajo a distancia, debido en gran parte a que consideran que el tipo de interacción e intercambio que tienen con sus estudiantes está limitado y que existe poco involucramien- to de su parte para continuar con su formación”.
El documento finaliza puntualizando que se requiere investigación evaluativa del desempeño y el aprendizaje de estudiantes durante la pandemia, lo cual habría ocurrido en los últimos meses. Asimismo, es necesario ahondar acerca de las maneras de retroalimentar, evaluar durante el curso y la manera de hacerlo, con el aprendizaje de los estudiantes para sustentar dicha percepción docente”.
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