Cultura

Última escala en ninguna parte, el último cuento de Ignacio Padilla

Es una metáfora sobre la vida del escritor, dice Socorro Venegas. Lo desarrolló en un momento de melancolía, revisaba lo que había perdido y dónde estaba parado, añade

El presidente de la empresa
El presidente de la empresa El presidente de la empresa (La Crónica de Hoy)

La vida de Abilio cambió el día que iba a regresar a su casa después de un viaje por Europa: en el aeropuerto le anunciaron que había ganado 20 mil millas gratis de viaje y fue así como iniciaron sus años de vida en aeropuertos. Ese personaje que ganó todos los premios de millas gratis que existían y que se perdió momentos familiares para vivir entre aviones, es el último personaje que construyó el escritor mexicano Ignacio Padilla (1968-2016) y que ahora el Fondo de Cultura Económica (FCE) da a conocer en el libro Última escala en ninguna parte.

En dicha publicación dirigida a jóvenes, no es casualidad que Abilio narre su historia de viajero frecuente cuando ha estado 46 años en aeropuertos, casi la misma edad que tenía Padilla al momento de su muerte, tampoco es coincidencia que Abilio haya ganado todos los premios por haber o que sintiera miedo ante la frase: el destino no es de fiar.

“Sí, hay una escritura autobiográfica en esta historia y eso lo ha visto mejor que nadie su amigo Jorge Volpi, quien ha escrito recientemente sobre este libro y habla de esa metáfora de la vida del escritor, de cómo Ignacio Padilla fue con él persiguiendo los premios, lográndolos todos con una obra de excelente calidad. Fue un intelectual muy completo”, señala Socorro Venegas, editora y coordinadora de Obras para Niños y Jóvenes del FCE.

Efectivamente, añade, Padilla ganó todos los premios literarios, pero como en el libro se narra y al igual que Volpi nos comentó, en la vida literaria en la que trabajó Ignacio, en ese ejercicio de hacer una obra nueva, el escritor está pensando en ganar el siguiente premio, pero al mismo tiempo puede existir una competencia feroz dentro del medio literario.

“Ignacio Padilla estaba escribiendo este cuento largo en una edad en la que él ya estaba muy consolidado como escritor y también en un momento de melancolía porque debía revisar qué se había perdido, en dónde estaba parado y en este libro existen esos guiños para el lector”, comenta la editora.

Desde la perspectiva del FCE, la voz de Abilio tiene un gran símil con las actitudes de adolescentes. “Abilio quería viajar, salir ya del mundo, quería conocerlo todo, una actitud muy compatible con la de los jóvenes, quienes quieren salir a probar, a ver cómo es el mundo afuera sin sus padres, enfrentándose solos al destino, quieren saber qué les depara la vida. Esa sed de conocer está muy viva en la historia”, comenta Venegas.

Por esa razón, la editora consideró que el cuento debía estar dirigido a lectores jóvenes, en la colección A través del espejo. “Poco tiempo antes de morir, Nacho Padilla me envío aquí, al FCE, esta historia que es un cuento largo del cual él tenía dudas de a qué publico estaría dirigido”, recuerda Venegas.

Padilla publicó en el FCE en las colecciones para niños, concretamente en A la Orilla del Viento: Por un tornillo (2009), Todos los osos son zurdos (2010) y El hombre que fue un mapa (2014).

“Esos libros están en la colección A la Orilla del Viento y fue para esa colección que me propuso el cuento Última escala en ninguna parte. En su correo me decía que tenía unas dudas, que no estaba seguro si era un cuento para niños porque la historia era triste y melancólica. Esa discusión se nos quedó pendiente, de manera que fue con amigos muy cercanos a Nacho como Rocío Martínez Velázquez y Jorge Volpi, con quienes tuvimos esa conversación”, detalla la editora.

Aquí, agrega, quiero detenerme en un antecedente muy importante, Nacho además de ser autor nuestro con muchos registros, temas y dirigido a diferentes perfiles lectores, también tradujo para esta casa editorial Alicia en el país de las maravillas, la primera traducción mexicana que hoy es uno de los libros más vendidos; “lo que él me dijo es que quería participar en la traducción para nuestra colección A través del espejo, es decir, no deja de ser un guiño interesante que ahora en esa colección lo podamos leer”.

SIN REGRESO. En Última escala en ninguna parte está presente el humor, por ejemplo cuando Abilio gasta sus monedas porque las ha aventado en cada fuente que vio en Londres, Madrid o Italia, o cuando un personaje llamado Liborio La Momia que es transportado en silla de ruedas, gana un cupón para viajar en primera clase a cualquier parte del mundo por el resto de sus días.

“El humor está presente por la capacidad que tenía Nacho de darle la vuelta a las situaciones cotidianas, tal es el caso de lanzar las monedas a las fuentes, el burlarse de las entregas de los premios que hacen algunas empresas o bancos. Convirtió esos lugares comunes en la vuelta de tuerca que el relato necesita para ponernos a pensar, a reflexionar”, señala Socorro Venegas.

¿A Padilla le atormentaba el olvido?, se le pregunta a la editora. “En esa búsqueda feroz de pasar de una escala a otra y de llegar a lo que en la historia llama La Escala Tropecientos, que es el punto de no retorno, ahí el relato se torna melancólico por todo aquello a lo que ya no es posible volver, darte cuenta que en este viaje que es la vida hay lugares y tiempos a los que es imposible regresar”.

Por último, Venegas comenta que Padilla siempre entregaba los textos limpios, “era un escritor muy vigilante de su propia escritura, no hubo mucho que hacer en cuanto a correcciones, prácticamente la decisión más importante de nosotros fue dónde colocar ese libro, a qué lectores queríamos que llegara”.

➣  Última escala en ninguna parte se presentará el sábado 26 de agosto a las 19:00 horas, en la

Librería Rosario Castellanos, ubicada en Tamaulipas 202, Hipódromo Condesa, CDMX

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