Escenario

Actuaciones de reparto que eclipsaron a protagonistas en los Premios Ariel

Especial. De actores de la Época de Oro como Marga López, Sara García y Joaquín Cordero; a nuevos talentos como Adriana Paz, Noé Hernández y Lisa Owen, Crónica recuerda a los ganadores de las categorías de coactuación

Especial. De actores de la Época de Oro como Marga López, Sara García y Joaquín Cordero; a nuevos talentos como Adriana Paz, Noé Hernández y Lisa Owen, Crónica recuerda a los ganadores de las categorías de coactuación

Actuaciones de reparto que eclipsaron a protagonistas en los Premios Ariel

Actuaciones de reparto que eclipsaron a protagonistas en los Premios Ariel

La Crónica de Hoy / La Crónica de Hoy

A lo largo de la historia, el cine nos ha demostrado que cada película tiene al menos un personaje principal y no necesariamente es el protagonista. En muchos de los casos son las actuaciones secundarias las que se ganan la admiración del espectador a pesar de no tener tanto tiempo en la pantalla. Los Premios Ariel han reconocido a estos actores de reparto desde su fundación y en el camino nos encontramos con luminarias inolvidables que han alzado la estatuilla en la historia del cine mexicano.

Comenzamos por las damas. Han sido 56 actrices las ganadoras del galardón a la Mejor Coactuación Femenina, desde que se instauró la entrega en 1947, cuando aún se gozaba del esplendor de la Época de Oro. La primera ganadora fue Lilia Michel, conocida por el mote de La Chica del Suéter, quien se llevó las dos primeras entregas, primero por la comedia Un beso en la noche (1945), de Gilberto Martínez Solares, y luego por Vértigo (1946), de Antonio Momplet, en la cual da vida a la hija de María Félix.

En ese tiempo, glorioso para el cine mexicano, también ganaron la estatuilla otras actrices importantes como Marga López, quien ya había estado nominada en la segunda edición pero fue hasta su trabajo en Soledad (1947), que ganó su primer Ariel, de cuatro que tendría en su carrera. Un año después tocó turno a Columba Domínguez por su papel en Maclovia (1948), de Emilio Fernández.

El cine nacional presentaba entonces filmes que marcaron la historia, tal es el caso de Una familia de tantas (1948) y Los olvidados (1950), que se llevaron múltiples premios, incluidos los de Coactuación Femenina para Martha Roth, como la adolescente Maru Cataño, y Stella Inda, como la odiada mamá de Pedro.

Otras de las ganadoras importantes de los años dorados fueron Carmen Montejo por Mujeres sin mañana (1952); Silvia Pinal por Un rincón cerca del cielo (1953); Katy Jurado por El bruto (1954); Blanca de Castejón por Escuela de vagabundos (1956); Lucy Gallardo por Bambalinas (1958) y sobre todo, la emblemática Sara García por La tercera palabra (1957), en una década en la cual también hubo nominadas como Blanca Estela Pavón (Vuelven los García, 1948); Natalia Ortiz (Doña perfecta, 1952); Miroslava (Las tres perfectas casadas, 1953); Rita Macedo (Ensayo de un crimen, 1956) y Amparo Villegas (Una mujer de la calle, 1956).

Debido a que el cine nacional comenzaba a resentir la crisis, pasada la Época de Oro, se decidió suspender la premiación. Los registros señalan que se debió a un pleito entre productores y cineastas, lo cual llevó a la cancelación del evento. Las estatuillas no volvieron a ser entregadas hasta 1972, dejando casi 15 años sin otorgar el reconocimiento a lo mejor del cine. Para cuando regresó, el declive del cine mexicano había comenzado. Helena Rojo y su participación en Fin de fiesta (1972), así como Diana Bracho y su papel en El castillo de la pureza (1973) volvieron a recibir galardones en esta categoría. Años más tarde Bracho repetiría el premio por El infierno de todos tan temido.

Actrices que venían de la Época de Oro como Lina Montes, por su trabajo en El principio (1974), fueron aquellas participaciones rescatables en un periodo que disminuyó su calidad, mientras que también recibieron premios aquellas actrices que serían parte de la historia contemporánea, como Patricia Reyes Spíndola, quien ganó en 1976 por Actas a Marusia; María Rojo, en 1977, por Las Poquianchis y Ana Ofelia Munguía, en 1979, por Cadena perpetua, y más tarde por Los motivos de la luz (1986) y más tarde aún por La reina de la noche (1996). Aunque no ganaron, destacaron por sus nominaciones algunas como Blanca Guerra, Ana Martin y Adriana Roel, que eran actrices prometedoras y otras ya consolidadas como Gloria Marín.

Sin embargo, en la década de los años 80 no hubo actuaciones memorables. Pocas actrices destacaron como fue el caso de Margarita Sanz y su participación en Frida (1985) o Saby Kamalich en Mariana Mariana (1988). En ese entonces fue nominada por primera vez Angélica Aragón por La furia de Dios; sin embargo, sería hasta 1994 cuando ganó por Novia que te vea. En los años 90 también destacaron las estatuillas para actuaciones memorables como la de Claudette Maillé, en Como agua para chocolate (1992); Julieta Egurrola, en Profundo carmesí (1997) y Katy Jurado, en El evangelio de las maravillas (1999).

El nuevo milenio trajo consigo a toda una nueva generación de talentos: Isela Vega ganó por La ley de Herodes (2000), Fuera del cielo (2007) y Las horas contigo (2015); Arcelia Ramírez ganó por Perfume de violetas (nadie te oye), en el 2001; Angélica Aragón por El crimen del Padre Amaro, en el 2003; Ofelia Medina por Voces inocentes (2005) y Las buenas hierbas (2011); Eileen Yañez por Desierto adentro (2009) y Días de gracia (2012) y Lisa Owen por Los insólitos peces gato (2014), en algunas de las actuaciones más recordadas. La más reciente ganadora es Adriana Paz por su trabajo en Hilda, y también está nominada este año por La caridad.

Ahora los caballeros. De regreso a la Época de Oro, los Ariel también reconocieron a algunos de los actores más talentosos de esos tiempos. El primer ganador fue José Baviera, quien participó en la primera cinta ganadora a Mejor Película, La barraca; mientras que Fernando Soto ganó en la segunda edición por Campeón sin corona. Una actuación destacada también le valió el reconocimiento a Víctor Manuel Mendoza por Cuando lloran los valientes (1948).

Uno de los más galardonados fue Víctor Parra, quien se llevó dos estatuillas consecutivas por El muchacho alegre (1949) y Ángeles del arrabal (1950) y un año más tarde el ganador indiscutible fue el emblemático Joaquín Cordero por Las dos huerfanitas, mientras que el elegante Carlos Navarro lo obtuvo por Doña perfecta, y Carlos López Moctezuma por El rebozo de Soledad, en los años siguientes (este último volvería a ganar en 1982, por Como México no hay dos).

Jorge Martínez Hoyos también fue de los que repitió galardón: primero lo ganó en 1955 por Sombra verde y luego en 1957 por Canasta de cuentos mexicanos. Antes de que se cancelaran los premios, Federico Curiel se llevó el premio por su papel en El buen ladrón (1957). En esos tiempos también figuraron nominaciones a actores como Andrés Soler, René Cardona y Carlos Riquelme.

A su regreso, los premios reconocieron trabajos indiscutibles del cine de autor de los años 70. Entre ellos figura Arturo Beristáin, quien ganó por su trabajo en El castillo de la pureza (1973); posteriormente Ernesto Gómez Cruz tendría una racha, que hasta la fecha es inigualable, con cuatro estatuillas, de las siete que ha conseguido en su carrera. En Coactuación Masculina ganó por La venida del Rey Olmos (1975), Actas a Marusia (1976, en un premio compartido con su compañero de elenco Eduardo López Rojas), Maten al León (1977) y Cadena perpetua (1979); mientras que Gonzalo Vega también fue premiado por su personaje en El lugar sin límites (1978).

En esas fechas también comenzó a destacar el actor José Carlos Ruiz, quien después de dos nominaciones en esta categoría por Los albañiles (1977) y Cascabel (1978), ganó por fin por Fuego en el mar (1980), más tarde repetiría por Toña Machetes (1986) y Dos crímenes (1995). Uno de los grandes actores de los Premios Ariel es Alejandro Parodi, quien figura en el tercer lugar de más nominaciones en su carrera con diez, de las cuales recibió cinco, el primero de ellos lo había ganado en 1958, cuando existía la categoría de Mejor Actuación Juvenil, con su papel en El buen ladrón, luego ganó dos premios de Coactuación en los 80: Nocaut (1984) y El imperio de la fortuna (1987).

De la nueva generación de actores de finales de los 80 figura el premio a Roberto Sosa, por Lola (1990), Jorge Fegan por Rojo amanecer (1991), Eduardo Palomo por La mujer de Benjamín (1992) y los dos premios a Damián Alcázar, primero por Lolo (1994) y luego por El anzuelo (1996). Entre ellos se reconoció al primer actor Luis Aguilar en 1993, por su trabajo en Los años de Greta.

La transición con el nuevo milenio trajo consigo reconocimientos a actores importantes de nuestros tiempos: Jesús Ochoa alzó la estatuilla por Bajo California, el límite del tiempo (1999); Pedro Armendáriz Jr. por La ley de Herodes (2000); el primer actor José Alonso por Crónica de un desayuno (2001); Damián Alcázar repetiría por El crimen del Padre Amaro (2003) y Daniel Giménez Cacho, triunfó después por Nicotina (2004), y luego por Colosio, El asesinato (2013).

Los más recientes talentos en brillar con luz propia como actores de reparto son el fallecido Carlos Cobos (Conejo en la luna, 2005, y Pastorela, 2012); José María Yaz-pik (Las vueltas del Citrillo, 2006); Gerardo Taracena (El violín, 2007), Mario Zaragoza (La zona, 2008); José Sefami (Conozca la cabeza de Juan Pérez, 2010); Joaquín Cosío en una impresionante ovación por El infierno (2011) y recientemente Noé Hernández lleva dos premios consecutivos en la categoría por La tirisia (2015) y 600 millas (2016).

Los nominados 2017. La oferta de actuaciones coactorales de este año tiene trabajos interesantes que figuran en cintas de drama, comedia y hasta terror. Por el lado femenino están Xochiquetzal Rodríguez, Adriana Paz, Carmen Beato, Tiaré Scanda y Mariana Treviño.

Xochiquetzal Rodríguez está nominada por su trabajo en la cinta La carga, una película de acción y romance que se desarrolla en la Nueva España a finales del Siglo XVI. La cinta habla sobre la historia de una mujer indígena tameme y una joven española de la nobleza. Xochiquetzal da vida a una de las mujeres de Coyoli, un indígena interpretado por Harold Torres:

Adriana Paz busca su tercer Ariel al hilo, luego de ganar como Mejor Actriz en el 2015, por La tirisia, y el año pasado a Mejor Coactuación por Hilda. Esta vez forma parte de la cinta que nos muestra el intenso drama de una pareja de 30 años de casados, un día el esposo pierde la pierna y eso cambia la visión de la vida y la rutina en pareja. Adriana Paz es la enfermera de aquel hombre y representa su fantasía sexual.

Por su parte Carmen Beato, quien también tiene un Ariel en su carrera (Mejor Actriz, en 2003, por En la mente del asesino), esta vez está nominada por su papel de la mamá de un niño extraño en la cinta de horror Los parecidos, “yo acepté formar parte de esta película porque era un guion arriesgado”, comentó.

Finalmente, Tiaré Scanda, nominada por El cumple de la abuela, y Mariana Treviño por La vida inmoral de la pareja ideal, interpretan a personajes cómicos. La primera en una cinta sobre una revelación que hace la abuela de cuatro hermanos en plena celebración, y la segunda consejera y chismosa hermana de la protagonista de una historia de amor.

Por el lado de las coactuaciones masculinas tenemos a Diego Cataño, Manuel Ojeda, Hoze Meléndez, Carlos Valencia y Antonio Parra. Tanto Manuel Ojeda como Carlos Valencia forman parte de la cinta La 4ª compañía, el primero dando vida al Chaparro, la corrupta autoridad de la prisión de Santa Martha, mientras que el segundo a uno de los presos que forma parte del escuadrón de futbol americano conocido como Los Perros.

Diego Cataño fue nominado por dar vida a El Mechas en la cinta Desierto, de Jonás Cuarón, el cual es un thriller que tiene como contexto la migración en la frontera entre México y Estados Unidos. Antonio Parra es parte de El sueño del Mara’akame, una cinta sobre la ilusión de un joven indígena huichol, cuyo sueño es viajar con su banda musical a tocar en un concierto en la gran Ciudad de México. Finalmente está Hoze Meléndez, el coprotagonista de Almacenados, una inteligente comedia sobre dos trabajadores de un almacén de dos generaciones completamente distintas, Hoze es el más joven y representa el cambio.