Metrópoli

Amor al arte en La Portales

Ulises Calderón descubrió que quería dedicarse a las artes desde los 13 años, sin embargo, se decantó por la pintura y la escultura. Su mayor inspiración son las imágenes que le otorga la colonia en que reside.

Un hombre asiático en una ciudad
Un hombre asiático en una ciudad Un hombre asiático en una ciudad (La Crónica de Hoy)

Ulises Calderón es un personaje peculiar de la Colonia Portales; nacido en 1972, a los 13 años sintió el impulso de ser escritor, se formó como ceramista en el Instituto Nacional de las Bellas Artes y terminó por volcarse a la pintura, un arte que también lo llamó desde adolescente. Se considera, en buena medida, autodidacta.

De La Portales guarda las vivencias de los viernes en los que acompañaba a su abuela al mercado, el epicentro de la vida en esa parte de la capital, para hacer las compras de la semana y pasar por un flan en un puesto que aún existe. Esa colonia le ha regalado imágenes peculiares, como aquella que recuerda de la muerte de Chico Ché: vio desfilar a imitadores del músico en camino a un concurso que se realizaría en la vecina colonia San Simón. Se buscaba al mejor imitador del difunto. A Ulises, pintor y ceramista, le gusta vivir en una colonia como ésta, que es capaz de generar ese tipo de anécdotas visuales.

Como artista, le apasiona lo que hace. Además de crear esculturas con barro y cerámica, apoya a otros artistas amigos; mueve e intercambia obras. Ha colaborado también con artistas reconocidos como Jorge Marín.

Como quería ser escritor, decidió meterse a cursos en los que conoció a personajes que lo introdujeron aún más en las artes plásticas. Empezó a pintar y eso le apasionó. Descubrió el gusto por los trabajos en tercera dimensión e intentó trabajar la escultura en piedra, pero decidió que no tenía la condición física que se necesita para ello. Intentó con otros materiales. Lo conquistó la cerámica y el barro.

No detuvo su aprendizaje ni las ganas de hacer más y más proyectos.

Más allá de las fronteras de La Portales, organiza o participa en actividades culturales, por ejemplo, trabajó junto con un cuentista y una poeta en un taller dirigido a niños para elaborar cuentos e ilustraciones.

Ulises comenta que cada trabajo tiene su historia, cuando empieza a pintar es porque algo le sucede, le gusta pintar la vida, lo que siente y  le rodea.

La Portales es dinámica en muchos sentidos. Siempre está ocurriendo algo en sus calles y es fácil moverse desde allí a talleres y cursos de arte. Calderón puede conseguir materiales para su trabajo.

La Portales se deja querer y también consiente a Ulises. Una vez que caminaba sin dinero, decidió vender un par de sus pinturas de desnudos a los chachareros de la colonia.

No se presentó como el autor de los cuadros, respetó el código local y les dijo que las encontró arrumbadas, que estaban “cachondas” y así encajó su trabajo.

Sus obras, o al menos esas dos, podrían estar ahora mismo en una pared destinada a la chica del mes en un taller mecánico de La Portales, por supuesto.

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