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“Ampliar oferta educativa, la gran solución a la violencia y desigualdad”: Graue

ENTREVISTA. Hay desesperanza en los jóvenes e indignación ante la desigualdad social; muchas manifestaciones de la violencia desmedida y sin razón tienen origen en ello, señala el rector de la UNAM, quien busca su segundo periodo al frente de la máxima casa de estudios.

ENTREVISTA. Hay desesperanza en los jóvenes e indignación ante la desigualdad social; muchas manifestaciones de la violencia desmedida y sin razón tienen origen en ello, señala el rector de la UNAM, quien busca su segundo periodo al frente de la máxima casa de estudios.

“Ampliar oferta educativa, la gran solución a la violencia y desigualdad”: Graue

“Ampliar oferta educativa, la gran solución a la violencia y desigualdad”: Graue

La Crónica de Hoy / La Crónica de Hoy

"Ampliar oferta educativa, la gran solución a la violencia y desigualdad", dice el rector de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), Enrique Graue Wiechers, quien busca su reelección para un segundo y último periodo al frente de la institución. Históricamente, su Junta de Gobierno ha votado por mantener la continuidad en la gestión de los rectorados anteriores y se esperaría que así ocurra nuevamente.

Los próximos cuatro años serán clave para la transformación, o no, del país y la UNAM será un recurso del que puede valerse el actual gobierno para lograrlo, o no. Este periodo también será  una oportunidad vital, junto con el Gobierno, para ampliar la cobertura en educación superior, lo cual es una solución de fondo para atajar problemas de desigualdad y violencia, señala en entrevista con Crónica.

Enrique Graue ofrece el pulso actual de la UNAM, con énfasis en la seguridad, así como de su papel para los próximos cuatro años, con la cuarta transformación como escenario.

Desde el sexto piso de la Torre de Rectoría, Graue Wiechers señala que la UNAM está en permanente evolución e independientemente de los entornos políticos y sociales, se mantiene cambiando y en transformación. En la última década, añade, eso ha permitido su expansión en otros estados.

“En la gestión pasada se crearon las escuelas nacionales de León y Morelia, en tanto que en este cuatrienio vieron la luz las de Querétaro y Mérida. Eso confirma nuestro carácter nacional, pero además en los últimos cuatro años se crearon 14 licenciaturas, las cuales tienen la finalidad de abarcar los nuevos campos profesionales y de desarrollo”.

También ha crecido su desarrollo científico, dice: aumentaron los miembros dentro del Sistema Nacional de Investigadores y la transferencia tecnológica en forma de patentes. “Adicionalmente, en cuatro años se entregan buenas cuentas en crecimiento y matrícula”.

Graue destaca además los alcances que han tenido en difusión de la cultura: aumentaron los públicos jóvenes y en este periodo se contabilizan alrededor de tres millones de asistentes a estas actividades. “Somos la segunda potencia cultural de la nación”.

El rector refiere que dentro de los retos académicos que enfrentan se encuentra utilizar más las tecnologías de la información y comunicación en los procesos de enseñanza y lograr un 100 por ciento de la conectividad en todos los espacios universitarios.

La seguridad es otro reto por atajar en los próximos años.

— En los últimos cuatro años, la UNAM ha vivido episodios de violencia e inseguridad como no habían ocurrido antes.

— El país mismo no había vivido estos niveles de inseguridad. No es que ésta haya crecido en la UNAM, sino en todo el país, aun así es mucho menor que en los alrededores de nuestros campus —que es de una proporción de 10 a 30 veces menor—. No quiere decir que no tengamos problemas de seguridad, pero hemos tomado medidas que han dado buenos resultados; junto con las autoridades de la capital y de los estados se ha implementado un programa de mayor vigilancia y senderos más seguros. Adicionalmente, en los últimos 10 años se han detenido a más de 100 agresores y se han recuperado espacios que tenían los narcomenudistas. Pero no estamos satisfechos.

— ¿Los siguientes cuatro años significan la consolidación y continuidad de su primer periodo?

— El Plan de Desarrollo Institucional que presentamos hace cuatro años se enriqueció con los proyectos de los demás candidatos a la rectoría y se abrió a su vez a la comunidad. Ese plan se ha cumplido casi en su totalidad, pero surgen nuevos proyectos. Por ejemplo, en el caso de vinculación de ciencias y humanidades para proyectos nacionales. Hoy, con las nuevas orientaciones del propio Conacyt, hay un gran nicho de oportunidad para que trabajemos conjuntamente investigaciones en humanidades y ciencias sociales con investigación científica, eso es nuevo. Hace un par de años firmamos un acuerdo sobre los Objetivos de Desarrollo Sostenible, y a través de una Coordinación de Sustentabilidad hemos buscado que el tema sea un eje transversal en la Universidad. Hay otros proyectos que deben atenderse, como la conectividad y la modernización administrativa.

— La UNAM es la principal productora de investigación del país. ¿Cómo se desarrolla su relación con el Conacyt en esta nueva etapa, donde un amplio sector parece no estar de acuerdo con su política?

— La relación es respetuosa y de colaboración. Hace unos días, su directora, Elena Álvarez-Buylla, nos convidó a que planteáramos qué nos gustaría que se plasmara en la nueva Ley de Ciencia, Tecnología e Innovación, y lo haremos con mucho gusto. La Coordinación de la Investigación Científica tiene instrucciones de alimentar ideas e integrar una propuesta que se entregará al Conacyt y a las cámaras de representantes.

“Por otra parte, ha habido una disminución del presupuesto para el sector, lo cual aflige a los investigadores y a la Universidad, porque crear conocimiento es una de las funciones sustantivas que tenemos y la mayor parte del presupuesto proviene de los recursos federales a través de Conacyt. Por ello, hemos incrementado con los ahorros generados en la gestión administrativa para duplicar la inversión que existe en los proyectos y programas de investigación, tecnología e innovación. De esta forma, parcialmente compensamos el problema, pero seguimos diciendo que se requieren mayores recursos para la investigación a nivel federal y para la Universidad”.

Enrique Graue refiere que hasta ahora, la UNAM no se ha visto comprometida por la falta de recursos y que se espera que para el presupuesto asignado en 2020 no sea la excepción.

— Aunque en el proyecto de presupuesto de 2019 no se plasmaba así.

— Sí, hubo esta pequeña dificultad.

— Un error, dijo el Presidente, al igual que en la redacción del Artículo tercero acerca de la autonomía de las universidades. Entonces, ¿ha habido pequeños traspiés en la relación con el Gobierno?

—Lo importante es que han sido corregidos. Esto no lo veo como problema porque se corrigió, las explicaciones las ha dado el Presidente y me da gusto que el contenido de la fracción séptima del Artículo 3ro Constitucional haya pasado intacto en la nueva ley y que nuestro presupuesto se haya mantenido, el resultado es lo importante. Además hemos venido generando muchos convenios, lo recursos por concepto de servicios al Estado no han dejado de fluir.

— Le esperarían cuatro años trabajando con el Gobierno, ¿la UNAM ejercerá su papel como actor político?

— La Universidad no es un actor político, genera ciudadanos nuevos y conocimientos nuevos que debemos transmitir hacia nuestros alumnos. Este proyecto se enmarca como los valores universitarios, de una institución que debe ser autónoma, pública, laica, tolerante, diversa y respetuosa. Esos valores hay que transmitirlos a los jóvenes para que así sean en su vida.

— ¿Pero defender su presupuesto, la autonomía y el papel de las universidades con los distintos poderes no es ejercicio político?

— Es un ejercicio de convicción. Veamos, primero, los presupuestos deberían de ser multianuales y crecientes, lo que nos permitiría planear. También hemos planteado que el presupuesto para educación superior debe alcanzar el 1 por ciento del PIB, estamos alrededor del 0.5 por ciento. Si lo consiguiéramos, todas las universidades públicas podríamos plantearnos un futuro con más certidumbre. ¿Es desgastante?, bueno, es parte de la función del rector: gestionar el presupuesto anual con las autoridades federales y no ha sido distinto con este Gobierno.

“El tema de la defensa de las instituciones de educación superior es una vocación misma de la Universidad más grande de la nación, y lo hacemos en colaboración con las universidades autónomas, privadas y tecnológicos del país, porque creemos firmemente que la educación es una manera de transformar el país, y siempre seremos solidarios con ellas, dando cuentas y con transparencia”.

— ¿Cómo se puede hacer un buen proyecto de ampliación de la oferta educativa teniendo a la UNAM como referente?

— Es un tema numérico. En la educación media superior tenemos una oferta que permite absorber el 80 por ciento de los aspirantes, la cual baja a 38 por ciento en el nivel superior, es decir, la oferta para estudiar excluye a seis de cada 10, por eso debe crecer. Todos estamos convencidos de que debe ampliarse, de ahí que celebremos que el Estado haya reconocido su obligación para que se lleve a cabo. Por otra parte, siempre que la UNAM se expande a otros estados colaboramos con las instituciones locales para sumar esfuerzos.

— En la ceremonia de los honoris causa, Alicia Bárcena señaló que la juventud está enojada por la falta de oportunidades en el país. ¿Qué mensaje envía a los jóvenes sobre que hay otras opciones que no son el crimen organizado?

— Esa nunca será una opción. Hay desesperanza en los jóvenes e indignación ante la desigualdad social; muchas manifestaciones de la violencia desmedida y sin razón tienen origen en ello. El mensaje es que mantengan esa capacidad de indignación, mantengan un espíritu de progreso y reflexión, que sean propositivos, tolerantes y entiendan que existen otras alternativas, por supuesto educarse. Ampliar la oferta educativa, en el fondo ésa es la gran solución.

— En esa misma ceremonia se subrayó que la UNAM es una de las mejores cosas que tiene este país.

— Claro, si no es que la mejor. Es una gran institución y ha ayudado a transformar a la nación. Es difícil imaginar al país sin su presencia. Durante todo el siglo XX produjimos a los profesionistas que dieron origen al gran cambio de la nación; hoy tenemos la obligación de formar jóvenes plurales, capaces de adaptarse a lo que viene, resilientes, con capacidad de imaginar cosas distintas y que sean emprendedores. Ésa es la misión más importante en la siguiente década y hay que hacerlo pronto, con decisión e imaginación.