Opinión

Angry Birds y la física

Cristóbal Miguel García Jaimes, el joven que revolucionó la industria de la tecnología en México
Cristóbal Miguel García Jaimes, el joven que revolucionó la industria de la tecnología en México Cristóbal Miguel García Jaimes, el joven que revolucionó la industria de la tecnología en México (La Crónica de Hoy)

Aunque pueda parecer insospechado que un videojuego de unos pájaros enojados, y según la película es porque unos cerdos forasteros tratan de robarse sus huevos, todo lleva física. 

Un claro ejemplo de que la física no sólo se estudia, también se vive y en algunos casos muy variados, hasta divierte. 

Recuerdo con mucha alegría la emoción de tomar mi celular y adentrarme en este juego de video que básicamente era apuntar una resortera usando a pájaros furiosos como proyectiles. Enfocados a una estructura cuyo objetivo era derribarlo. Podías pasarte horas y días tratando de tumbar cada uno de esos castillos improvisados con piedras, cristales y madera. Bastante curioso que siempre ganara las partidas en contra de mi hermano. Normalmente yo sacaba tres estrellas cuando él apenas podía obtener una o con mucha suerte tomar dos.

Esto se debía a que después de analizar un poco la trayectoria que hacían siempre los pájaros me di cuenta que ésta era en forma de parábola y que no era otra cosa más que caer como si fuera un proyectil: estaba desarrollando el mismo razonamiento que hizo Galileo Galilei hace más de 400 años. 

El objeto (los pájaros enojados) se comportan como una bala de cañón. Básicamente lo que hacemos es jugarle al tiro al blanco. Sólo que aquí hay un bonito detalle: la fricción del aire no existe, y el pájaro siempre cae en forma de “onda”, por lo que predecir a dónde va a pegar se transforma en sólo verificar qué velocidad inicial debemos de impregnarle y el ángulo al que debemos elevar dicho tiro. 

Como si fuéramos ese manager del hombre bala de cañón del circo y queremos que nuestra figura estrella nos dure un rato más y hacemos los cálculos con precisión para que éste siempre caiga en la red. Eso es jugar con algo de física y una que otra pizca de suerte para calcular los mejores ángulos. De cualquier manera la física está ahí, hasta para divertirnos. ¡Hasta la próxima mis amigos! 

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