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Aprende a leer en el encierro; el amor es su motivación

A sus 77 años de edad, Magdalena se decidió y pudo aprender a leer y escribir; la ayuda de su esposo es la que le impulsó a seguir adelante.

A sus 77 años de edad, Magdalena se decidió y pudo aprender a leer y escribir; la ayuda de su esposo es la que le impulsó a seguir adelante.

Aprende a leer en el encierro; el amor es su motivación

Aprende a leer en el encierro; el amor es su motivación

La Crónica de Hoy / La Crónica de Hoy

Originaria de Puebla, Malena, como la llaman sus familiares, llegó siendo apenas una niñita a la CDMX; cuenta a Crónica que después de llevar una vida como costurera, ahora al fin aprendió a leer y escribir.

Siendo huérfana de padre y como única hija, ella y su madre Teresa dejaron atrás su tierra natal para buscar una nueva vida en la capital.

Aunque a Malena le hubiera gustado asistir a la escuela como lo hacían otros niños, esta oportunidad nunca se dio, pues sin un padre en quien apoyarse, ella se convirtió en el único soporte de su madre.

Alojadas en el barrio de Mixcoac, la madre de Malena cosía, planchaba y lavaba ropa ajena, vivieron ahí durante 20 años. Y mientras otros niños jugaban o iban a la escuela, Malena ayudaba a su madre a planchar cortinas, remendar pantalones y otros trabajos del hogar.

Cuando Magdalena cumplió 25 años, su madre falleció debido a un problema cardiaco; sin nadie más con quien contar, Magdalena se casó con su en ese entonces novio Vicente.

“Desde que lo vi, me enamoré de él. Después de tantos años de casados, aún seguimos juntos, como si el amor no se acabara”, comenta Magdalena.

Vicente su esposo, tenía una peluquería en la Portales. A pesar de haber terminado sus estudios hasta la secundaria, optó por seguir el oficio que su padre le inculcó.

Mientras Vicente pasaba gran parte de su día en la peluquería, Magdalena se quedaba en casa cuidando a sus dos hijos y “nunca pude ayudar a mis hijos con su tarea o leerles un cuento... me sentía mal, pero aun así ellos salieron adelante”.

Además no sólo era el no saber leer y escribir, sino que para ella era difícil pues su trabajo como costurera y ama de casa la absorbían.

Vicente, su esposo era el encargado de ayudar a ambos hijos con sus labores escolares, aunque él siempre insistía en que Magdalena aprendiera a leer, a ella no le convencía la idea y siempre contestaba con un: “Yo sólo sé barrer y trapear, a mí no me gusta aprender”.

Después de dedicar gran parte de su vida a trabajar y criar a sus hijos, este matrimonio ahora enfrenta una realidad que jamás pensaron que podría ocurrir. El encierro del COVID los tomó por sorpresa como a todos.

“A mis 77 años todavía salía por el mandado, iba por mi material para coser las cortinas, pero ahora con esto del virus no puedo salir de mi casa”.

El aislamiento para Malena representa todo un reto y comenta que extraña los días en que podía salir con su nieto al parque o a realizar sus actividades normales.

Gracias a la pensión gubernamental que reciben ambos pueden solventar sus gastos, lo que aminora un poco la crisis a la que se enfrentan; el estar lejos de sus seres queridos los entristece, aunque son conscientes que por ahora lo mejor es estar separados de ellos y cuidarse.

Como una forma de sobrellevar esto, que ambos describen como un encierro necesario, Vicente ha optado por enseñar a su esposa los principios básicos de la lectura y escritura.

“Al principio era complicado, pero con el tiempo comencé a entender mejor”, comenta Magdalena.

Todos los días, a las 2 de la tarde ella, y su esposo encienden el radio sintonizan la estación en AM “el fonógrafo” y juntos comienzan a escribir en una libreta el nombre de Malena, su esposo le explica cuáles son las vocales y las letras del abecedario.

“Me gusta ver feliz a mi esposa, estar con ella me recuerda a nuestra época de novios”, comenta Vicente.

Aunque ha estado apunto de tirar la toalla, Malena se mantuvo firme en aprender a leer. Ya puede hacerlo y espera con ansias que la pandemia termine para sentarse con sus nietos y, juntos, poder leer su primer libro.