Cultura

Arnoldo Kraus presenta su reciente libro Bitácora de mi pandemia

Todo el dolor que hemos acumulado, las pérdidas humanas –tanto por el acecho del COVID-19 como por la carencia de equipo– nos debe dejar lecciones a esta humanidad que no aprende, explica Arnoldo Kraus, médico y escritor

Arnoldo Kraus presenta su reciente libro Bitácora de mi pandemia

Arnoldo Kraus presenta su reciente libro Bitácora de mi pandemia

La Crónica de Hoy / La Crónica de Hoy

Pensar en la humanidad que continuará después del coronavirus es obligatorio, epidemias anteriores sirvieron para discriminar a la población homosexual y a los africanos, médicos censurados por gobiernos ante postulados que salvaron a la humanidad y la pobreza como la gran epidemia de todos los tiempos, son algunas reflexiones que comparte Arnoldo Kraus (Ciudad de México, 1951) en su reciente libro electrónico Bitácora de mi pandemia.

“Todo el dolor que hemos acumulado, las pérdidas humanas –tanto por el acecho del virus como por la carencia de equipo– nos debe dejar lecciones a esta humanidad que no aprende. Parece que somos bastantes torpes en hacer de las lecciones graves algo bueno, tratar de corregir, de mejorar, de evitar, de prevenir”, comenta en entrevista el también médico.

Para Kraus, los humanos somos una especie contumaz y tozuda. “No nos movemos de donde hay que moverse cuando hay algo enfrente que nos está diciendo que hay que cambiar, modificar y caminar en otro sentido”.

En Bitácora de mi pandemia el autor anota reflexiones hechas de febrero a junio, entre éstas aparecen la historia de Li Wenliang (1985-2020), oftalmólogo chino que trabajó en el Hospital Central de Wuhan y que advirtió sobre el brote de una nueva viremia, sin embargo, la policía china lo amonestó por “hacer comentarios falsos en internet”

“Propongo en el libro que esta pandemia se debería llamar Pandemia Li Wenliang. A este doctor lo censuraron en China. China es un país donde la ética es difícil de pensar que se distribuya, él avisó, pero fueron a su casa y casi lo condenaron”, expresa.

Otro personaje que refiere Kraus es el médico judeo-húngaro Ignaz Semmelweis (1818-1865) quien sugirió el lavado de manos en las salas de partos para evitar la mortandad de mujeres.

“Él dijo que había que lavarse las manos, ahora nos parece obvio, pero ése fue un gran descubrimiento y lo atacaron, acabó en un hospital psiquiátrico porque fue muy atacado por ese postulado: lavarse las manos para evitar las fiebres alrededor del parto y evitar muerte de mujeres parturientas. En ese tiempo no había guantes”, detalla.

POBREZA. Arnoldo Kraus afirma: un binomio terrible en la realidad y en la medicina es ser pobre y estar enfermo.

“Las personas pobres que enferman tienen menos oportunidades de lidiar bien con la enfermedad o de sobrevivir, que las personas con acceso a buenos centros hospitalarios, a médicos bien preparados. La pobreza per se es una invitación a que las enfermedades se reproduzcan con creces y que acaben dañando irreversiblemente a quien padezca alguna enfermedad”, indica.

Desde ese punto de vista, Kraus explica que en México una de cada dos personas es pobre.

“Los pobres mueren más rápido, sí. No tienen acceso a hospitales adecuados, sí. No cuentan con los hospitales a donde pueden llegar con suficiente equipo y personal médico bien entrenado, también. Hemos visto que como parte de esta pandemia de la pobreza y de la pandemia política de manejar inadecuadamente la situación, el personal paramédico y médico con más muertos es México, lo cual es terrible”, lamenta.

Kraus escribe que la pandemia del VIH sirvió para discriminar a la población homosexual y el Ébola mostró cuán poco valen las vidas de la población negra.

“Trump en un principio habló del virus chino y culpó a China por esto. Escuchar a un presidente de más de 320 millones personas es muy grave, eso estigmatiza y produce señalamientos. Los virus muestran lo mejor y peor de la humanidad. En cuanto a los políticos, vemos actitudes muy insanas de cómo enfrentar la pandemia, llámense López-Gatell, Bolsonaro o Trump”, indica.

El autor reconoce que la pandemia por coronavirus es un problema complicado, pero también es veraz que algunos políticos no han lidiado con un punto de vista ético y racional.

“Un ejemplo muy sencillo: no comprendo cómo Andrés Manuel López Obrador y López-Gatell prácticamente nunca usan un cubrebocas, eso es muy grave, igual que sucede con Trump, porque ellos son la cara y lo que demuestran a la población es que el cubrebocas no sirve”, advierte.

Eso es un acto de mal ejemplo porque los grandes científicos han escrito acerca del cubrebocas como la mejor medida, además del confinamiento, para prevenir del coronavirus, agrega el autor.

Kraus expresa que la humanidad sigue preguntándose ¿cómo fue que saltó el virus de animales, se dice sobre todo a animales que son comestibles en los mercados chinos, al ser humano? La respuesta no se sabe aún, señala.

“Las preguntas van aparejadas con cierta molestia y enojo, si bien el ser humano no es el responsable de la emergencia de este virus –aunque hemos destrozado bastante la naturaleza–, sí es responsable de no tener la capacidad de atender adecuadamente en buenos centros hospitalarios y a las personas que enferman por COVID-19”, indica.